A tiro de piedra de Catar, Dubái propone cubrir el eventual déficit de alojamientos durante la Copa del Mundo que organiza su vecino, pero los hinchas con menos medios se quedarán de nuevo al margen.
Alrededor de 1,2 millones de visitantes se esperan del 20 de noviembre al 18 de diciembre en Catar, que cuenta con 2,8 millones de habitantes.
Con una oferta de alojamientos limitada en Doha, Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, se presenta como una opción para atraer a hinchas de alto nivel adquisitivo: A una hora de avión, es un templo de los hoteles y de los restaurantes de lujo.
La empresa Expat Sport, que se presenta como líder en el turismo deportivo en el Golfo, propone diferentes paquetes, incluyendo el billete de avión a Doha.
"Este nuevo público incluirá gente que nunca ha tenido una experiencia en esta región", subrayó a la AFP Sue Holt, directora de Expat Sport.
La empresa propone paquetes en Dubái a partir de 1.500 dólares (1.505 euros) por cuatro noches y ya tiene reservas de clientes de Norteamérica, Europa, China o India.
- 'Demasiado caros' -
La oferta estrella incluye varias noches en un nuevo hotel gigantesco en el corazón de una isla artificial con forma de palmera.
Tanto en Doha como en Dubái, los aficionados tradicionales al fútbol se verán sorprendidos por el precio de los alojamientos y de los restaurantes.
Según Ronan Evain, director de Football Supporters Europe, una gran parte de los europeos que compraron entradas para los partidos "podría anularlos porque no pueden permitirse este presupuesto para el alojamiento".
"En Brasil o en Rusia puedes tomar un tren, alquilar un coche, dormir a 200 kilómetros, venir justo para el partido, incluso acampar. Todo esto no es posible en Catar y Dubái no es abordable", explicó.
"Hay efectivamente una clientela premium que viene a las Copa del Mundo, pero no llena los estadios, es marginal. La mayor parte no puede permitirse estancias a 5.000 dólares la semana en un transatlántico", subrayó.
- 'Encontrar un equilibrio' -
Ronan Evain reprocha a la FIFA "tener parte de culpa" por su complacencia con Catar, "que no es capaz de cambiar su modelo".
Para Catar, la organización de la Copa del Mundo es "una cuestión de prestigio y no tiene como objetivo cambiar el modelo turístico del país", señaló Robert Mogielnicki, investigador del Arab Gulf States Institute.
"Creo que los cataríes no quieren, supondría encontrarse con un exceso de infraestructuras turísticas para una categoría de turistas que probablemente no tendrá una presencia regular y constante en el país", explicó este experto a la AFP, que cree que el objetivo del emirato es "continuar atrayendo turistas de élite".
Mogielnicki cree que las autoridades cataríes deben "encontrar un equilibrio entre las necesidades inmediatas ligadas a la Copa del Mundo y los objetivos turísticos a largo plazo".