En los juegos Paralímpicos de Tokio, que finalizan el próximo 5 de septiembre, nuestro país participa con una delegación de 69 deportistas, entre los que se encuentran ocho guías que cumplen una labor importante para la obtención de medallas.
Los guías son necesarios para el apoyo de los atletas que padecen alguna discapacidad visual, motriz y parálisis cerebral severa. Entre las nueve disciplinas en las que participa Colombia, tres de ellas necesitan de estos deportistas de apoyo: atletismo, natación y boccia.
Camilo Andrés Lancheros es un deportista que hace pocos días llego de Tokio en donde participó como guía de Francy Osorio en atletismo, en la modalidad de 1.500 metros. Allí alcanzaron a llegar a la semifinal de esta competencia.
Radio Nacional de Colombia dialogó con Lancheros sobre su paso del deporte convencional al atletismo adaptado. También acerca de la labor que realiza un guía en esta disciplina.
Lancheros lleva más de 17 años como deportista. Fue campeón nacional en 800 metros planos. En varias ocasiones representó a Bogotá en eventos nacionales.
Cuando estaba haciendo un curso de entrenamiento deportivo en el SENA, uno de los instructores, que era atleta con discapacidad visual, le comentó que había muchos deportistas que no tenían guías y que necesitaban correr con personas que los acompañaran.
“Yo siempre he tenido esa aptitud de servicio muy marcada y me pareció importante colaborar en una tarea así, más en un deporte que a uno le gusta. Hicimos una prueba con un deportista que se llama Raúl Zarate, con él llegamos a ser campeones nacionales, pero luego Zárate decidió cambiar de deporte y se pasó al judo”, señala.
Entonces, Camilo se quedó sin deportista hasta que tuvo la oportunidad de conocer a Francy Osorio (una de las mejores para-atletas del país), y pudo ser su guía. Empezaron a entrenar en enero del 2020 pero por el aislamiento de la pandemia les tocó parar. Luego retomaron los ejercicios y alcanzaron a correr en competencias de los 800 y 1.500 metros planos.
“El guía, básicamente, es los ojos del deportista con discapacidad visual. Es la persona que guía la carrera, que hace la estrategia, que lleva el ritmo de la carrera, que se ubica dentro de la competencia, que sabe en qué momento atacar y en qué momento aflojar. También en qué momento rematar. Es quien siempre le está hablando al atleta para marcarle los tiempos y decirle cuánta distancia falta”.
En el atletismo paralímpico, según Camilo, hay tres categorías que son: la 11, en donde se agrupan los deportistas con discapacidad visual completa; la 12 (que es en la que compiten Francy y Camilo), en donde participan personas con un campo visual muy reducido y la 13, que son los deportistas de baja visión, es decir, los que mejor ven.
Sobre el reglamento, Camilo señala que “el guía no puede halar al deportista. Tampoco puede obstaculizar a los otros competidores porque quedaría descalificado. Nunca el guía puede pasar a su compañero ni pasar la meta primero que él. El guía no puede levantar a su pareja si esta se cae. Además, en ningún momento se puede soltar del amarre con que va sujetado al otro deportista”.
Para finalizar, Camilo Lancheros dice que lo clave como guía es que haya una buena coordinación entre los dos deportistas. El guía tiene que adaptarse a la longitud de la zancada del atleta. Debe conocer a su pareja y saber en qué momento se le puede exigir. Esa experiencia se consigue con mucho entrenamiento y participando en muchas competencias.
Paraciclismo
También conversamos con el experimentado ciclista antioqueño Marlon Pérez, quien fue campeón mundial de pista en 1994 y que ha tenido una gran trayectoria en el ciclismo convencional a nivel nacional e internacional. Desde hace cuatro años se ha dedicado al ciclismo paralímpico como guía de Javier Serna, con quien han conseguido importantes triunfos.
“En el 2016, cuando pensaba correr mi último año con el equipo SuperGiros, por cuestiones del destino conocí en el municipio de la Ceja (Antioquia) a un ciclista paralímpico al que le faltaba la mano izquierda. Él me pidió que lo entrenara y me dijo que yo podía ser guía de tándem. Yo no había escuchado sobre este tipo de carrera. Entonces me aseguró que me iba a presentar a Javier Serna, quien era el campeón panamericano, para ver qué decía él”, señala.
Al comienzo, cuenta Marlon, que cuando conoció a Serna, él no se emocionó mucho. Pero que al año siguiente Serna lo llamó para ver si le podía colaborar como guía. Así comenzó esta dupla que después de fuertes entrenamientos, logró acoplarse tan bien, que han sido considerados como uno de los mejores Tándem de América.
El Tándem es una bicicleta de dos plazas en línea, guiada por un ciclista sin problemas de visión que acompaña a un ciclista con discapacidad visual. Las bicicletas pueden costar entre 10 y 50 millones de pesos según el material (aluminio o carbono). Hay que importarlas porque en el país no se fabrican.
“La clave es llevar el mismo ritmo entre los dos corredores. Asimismo, tener la misma fuerza y confiar uno en el otro. El guía es el que tiene la visual, el que maneja los cambios, los frenos y el que toma las decisiones. Su compañero se limita a lo que el guía le dice y a hacer el mismo esfuerzo. Es un deporte de pareja porque hay que entrenar siempre juntos, pensar siempre en lo mismo, con la misma mentalidad”, comenta.
Marlon, quien vive en La Ceja y Javier en el Guarne (Antioquia) entrenan entre tres y cinco horas, cuatro veces a la semana. Cuenta Marlon que a veces Javier, como tiene un rango de visión baja, hace sus entrenamientos individualmente por las carreteras que él conoce. De vez en cuando entrenan en el velódromo de Medellín en donde también montan en bicicleta de pista, la cual es totalmente diferente a la Tándem.
“Desde el 2017 hemos sido campeones nacionales, tanto en pista como en todas las modalidades. Fuimos campeones mundiales de ruta en Sudáfrica en 2017. También quedamos campeones de los Juegos Panamericanos que se realizaron en Lima, Perú, hace dos años. Teníamos toda la expectativa de participar en los Juegos Paralímpicos de Tokio, pero a última hora decidieron llevar a otros ciclistas”, concluye Marlon Pérez.
Boccia
Colombia debutó en este deporte el cual forma parte del programa paralímpico desde los Juegos de Nueva York de 1984. Se practica de forma individual, por parejas o equipos, sobre una pista rectangular en la que los deportistas tratan de arrojar sus bolas lo más cerca posible de la pelota blanca que sirve de objetivo, a la vez que intentan alejar las de sus contrincantes.
La boccia lo practican personas en silla de ruedas que tienen parálisis cerebral, lesión cerebral o discapacidad física severa. De acuerdo al tipo de capacidad se requiere un guía.
Para esta ocasión Colombia envió a tres deportistas con sus respectivos guías: Duban Camilo Cely (guía: Mario Augusto Verdugo), Euclides Grisales Díaz (guía: Jairo Orlando Galindo) y Leidy Johanna Chica (guía: Lina Marcela Lozano).
Natación
En el caso de la natación, los deportistas con problemas de visión compiten ayudados desde el borde de la piscina por el guía que les indica a través de un bastón de señalización de viraje cuándo están a punto de llegar al extremo de la piscina.
En este deporte, compiten en Tokio los colombianos Luis Eduardo Rojas Osorno con su guía Jorge Raúl Villa Osorno. También participa Richard Mateo Vega Correcha y su guía Ricardo Vega Cucunubá.
Los guías son una parte fundamental en las pruebas de atletismo, ciclismo y otras disciplinas en el deporte paralímpico. A partir de la olimpiada de Londres 2012 se resolvió premiar a los guías de ruta de todos los deportistas que sufren de ceguera parcial o total, dándoles un lugar en el podio.
Asimismo, el Ministerio de Deporte y el Comité Paralímpico colombiano (CPC) tienen programas de apoyo al deportista guía en cuanto al salario que puede devengar de acuerdo a los resultados en las competencias.
Aunque en el país hay pocos deportistas que se dedican a esta actividad, un poco desconocida, es loable la labor de los atletas convencionales que se lanzan al deporte paralímpico para apoyar a los atletas en situación de discapacidad.