Ministra de Minas le pidió a EPM una evaluación de riesgo en el macizo rocoso de Hidroituango
Durante los últimos días se ha llevado a cabo una serie de reuniones con funcionarios de EPM y delegados del gobierno nacional para establecer la entrada en funcionamiento de proyecto energético Hidroituango.
La ministra de Minas y Energías habló sobre el encendido de las primeras turbinas de Hidroituango, programadas para noviembre por EPM. La funcionaria manifestó que el Gobierno le pidió a EPM un informe pormenorizado acerca de los posibles riesgos, en vista de la preocupación de la comunidad del corregimiento Puerto Valdivia (Antioquia).
“Hemos solicitado en cada uno de los PMU a EPM, que nos comparta cual es la evaluación de riesgo que tienen hasta el momento, cual es el monitoreo que han hecho del macizo rocoso y de las vibraciones que se están generando sobre el rebosadero y con base en eso quisiéramos comprender mucho mejor ahora, es muy importante reconocer que el dueño del riesgo es la empresa”, expresó Irene Vélez, ministra de Minas y Energía.
La Comisión de Regulación de Energía y Gas, CREG, había declarado qué EPM tenía como plazo máximo el 30 de noviembre, para que se iniciará la operación en Hidroituango. No obstante, algunas entidades gubernamentales, principalmente las encargadas de atender los riesgos, siendo está la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, mantuvieron la duda sobre el buen funcionamiento en caso de empezar a trabajar en la fecha máxima señalada.
“Nosotros como gobierno tenemos la responsabilidad de enterarnos y pedirle a la empresa que sea lo más responsable posible, respecto a su gestión de riesgo y en esas estamos. Por eso el día del último PMU le hemos solicitado formalmente a Hidroituango y a EPM como empresa responsable de este proyecto que nos muestre cual es el análisis de riesgo que han hecho, cuales son las variables que están considerando y eso que significa para el proyecto”, sostuvo la funcionaria.
La obra comenzó en 2010 y debía estar concluida en 2018 pero el derrumbe de un túnel de desviación del río Cauca ese año obligó a los constructores a inundar la sala de máquinas, que estaba casi terminada, para evitar que el agua destruyera el muro de la presa que entonces estaba en construcción.
