El próximo 10 de noviembre, la Corte Constitucional citó a una sesión técnica para escuchar a varios expertos y así definir si los animales de compañía pueden considerarse parte de la familia y, por lo tanto, contar con la posibilidad jurídica de otorgar reconocimiento a los animales de compañía como integrantes de un núcleo familiar.
En esta sesión, el alto tribunal también busca definir las afectaciones que puede sufrir el animal por la separación de los humanos y las afectaciones de las personas por la separación de un perro con el que conviven, en especial cuando hay menores de edad involucrados.
“Precisar cuáles son los principales retos o problemas jurídicos que se derivan de la doble connotación que ostentan los animales de compañía al ser reconocidos por la legislación como seres sintientes y, al mismo tiempo, bienes, respecto de los cuales se predican derechos reales”, explicó la Corte.
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Esto surge tras conocer una tutela en un proceso de familia, en el que se busca establecer quién tiene la tenencia y cuidado de dos animales de compañía que quedaron en el medio de la separación de la pareja de sus cuidadores.
En Colombia ya hay un procedente sobre esta situación y es que hace un mes el Tribunal Superior de Bogotá reconoció por primera vez a Simona, una perrita, como integrante de una familia y ordenó que un juzgado de familia defina cómo deben ser sus visitas con quienes la consideran su hija, así como los deberes y otros derechos que tendrían sus familiares con ella.