Pasar al contenido principal
CERRAR

La resiliencia educativa de la población en proceso de reincorporación

Ellos aspiran a terminar sus estudios, hacer una reincorporación económica y social con oportunidades de trabajo sin ser discriminados.

Por: Jesús Díaz, Radio Nacional Chaparral

Muy pocos pensaron que el Acuerdo de Paz les abría la posibilidad de terminar sus estudios. Un 80 % de los exguerrilleros ingresaron a las filas de las Farc sin siquiera terminar la primaria. Desde pequeños en sus casas primó el trabajo por encima de la educación y muchos se vieron obligados a abandonar sus estudios para dedicarse a otras actividades. Pero la reincorporación les dio otra visión al llegar a los ETCR, en la actualidad Nuevas Áreas de Reincorporación (NAR), y unos decidieron empezar sus estudios y otros terminarlos.

Según datos de la Agencia para la Reincorporacion y Normalización en Colombia (ARN), existen 24 antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), donde habitan 2.893 personas en proceso de reincorporación, de las 13.046 que hicieron dejación de armas. En estas zonas conviven con sus familias y población aledaña que se ha ido sumando paulatinamente a los diferentes programas institucionales y proyectos productivos colectivos e individuales de los exguerrilleros, principalmente los relacionados con educación.

El proyecto ‘Arando la educación’, modelo flexible de educación para los habitantes de los ETCR, inició con el convenio interinstitucional 931 de 2017 suscrito entre el Consejo Noruego y el Ministerio de Educación Nacional, el cual tuvo por objeto “aunar esfuerzos técnicos y financieros para prestar el servicio educativo a la población joven y adulta en proceso de reincorporación de las Farc – EP y de las comunidades aledañas, a partir de la caracterización de las necesidades educativas”.

En tres años, de 2017 a 2020, el proyecto ‘Arando la educación’ ha venido desarrollando los procesos educativos de más de 3.053 reincorporados. Entre 2017 y 2019, 984 personas en proceso de reincorporación han obtenido su título de bachiller y esperan que en el segundo semestre de este año las cifras crezcan.

El 21 de diciembre de 2017 el Ministerio de Educación Nacional (MEN), entregó un informe donde señala que de los 3.418 exguerrilleros matriculados en ese año, 2.429 terminaron su proceso académico, registrando una deserción del 29 % que equivale a 990 personas. Ese mismo año 1.601 personas de la comunidad cerca a los espacios territoriales, se presentaron a dichos estudios graduándose de bachilleres 260 personas.

Un año después, en el 2018 el Ministerio destinó más recursos para garantizar la continuidad educativa de las comunidades aledañas a los ETCR, reportando en ese año 2.775 matriculados en los diferentes modelos flexibles para adultos y el piloto del modelo ‘Arando la educación’. Dicho programa fue implementado por la Universidad Distrital, terminando sus estudios 2.554 estudiantes, algunos de ellos, desde fuera de los ETCR en donde desarrollaban sus proyectos productivos.

Sandra Patricia Isaza ha sido la fundadora y representante legal de la Fundación Colombiana de Excombatientes y Promotores de Paz (FUCEPAZ) y cabeza principal del proyecto ‘Arando La Educación’. Ha impulsado diferentes iniciativas comprometidas con la reincorporación económica y social de decenas de exguerrilleros desde mucho antes de la firma de los Acuerdos de Paz. Ahora emprendió el reto de educarlos desde la primaria hasta hacerlos profesionales; para ello ha tocado varias puertas, buscando cupos y becas en universidades como la Universidad Distrital, UNAD (Universidad Nacional Abierta y a Distancia) y Universidad Nacional de Colombia.

“Este ha sido un ejercicio mancomunado, un trabajo de equipo que nos permite irnos fortaleciendo conjuntamente. Ahora nos queda la tarea de encaminar los bachilleres a que se vinculen a la educación superior. No todo está terminado, la educación, el saber es algo infinito, cada día que pasa vamos aprendiendo más y más cosas, más elementos para fortalecernos en la colectividad, en lo personal, en lo familiar, así que no todo está terminado con el tema educativo”, dijo orgullosa Sandra Isaza.

Estas ganas de estudiar y salir adelante se ven reflejadas en la resiliencia educativa de la mayoría de exguerrilleros que han decidido terminar sus estudios. Farid Marín con 39 años de edad, en noviembre de 2019 recibió su título de bachiller en el ETCR de Buenavista - Mesetas (Meta).

“Tener un cartón de bachiller es un sueño que uno creía imposible, porque en el monte uno no creía que se iba a graduar de bachiller. Quiero seguir estudiando para ser profesional y espero que el tema de escasez de recursos no dificulten mi meta”, puntualizó Farid.

Otros como Antonia Nariño, Isabela Sanroque, Fidel Rondón, Manuel Bolívar y Carlos Villarraga por mencionar algunos; retomaron sus estudios universitarios en Ciencia Política, Sociología y otras carreras en aras de recuperar lo avanzado antes de hacer parte a las Farc.

“Este ha sido un proceso complicado, ya que en este aspecto de implementación de educación superior, son muy pocas las garantías y más que las garantías es poco el acompañamiento por partes de las instituciones delegadas para la implementación del acuerdo como la ARN. A mí me tocó hacer solo toda la tramitología para ingresar nuevamente a la Universidad Nacional”, afirmó Carlos Villariaga quien también señaló que se presentan dificultades en las validaciones de quienes venían desempeñando alguna función práctica, como enfermeros.

Todos ellos aspiran a terminar sus estudios, hacer una reincorporación económica y social con oportunidades de trabajo sin ser discriminados o señalados por su condición de exguerrilleros, y que se valore mayormente que aprovecharon su compromiso con el país para superarse personal y colectivamente en todos los aspectos.

ETIQUETAS