El famoso frailejón Ernesto Pérez ha centrado su misión en enseñar a las personas cómo cuidar el agua. Por medio de su canción, que se hizo viral en redes sociales, este personaje de la serie Cuentitos Mágicos de Señal Colombia invita a niños, niñas, adolescentes y adultos, a apagar las luces, a cerrar la llave y a reciclar. El tema musical es una excusa para motivar a preservar este recurso, como lo es sí misma la conmemoración del Día del Agua, que se celebra en todo el mundo cada 22 de marzo desde 1992, gracias a Naciones Unidas.
En Colombia hay cuatro vertientes y seis cuencas hídricas: la del Pacífico, la del Caribe, que incluye las cuencas Magdalena, Cauca, Atrato y el Catatumbo, principalmente; la vertiente del Orinoco y la del Amazonas. Son sistemas hídricos que alimentan ríos, lagos y mares, y son necesarios para los ecosistemas del país.
"Comprender y reconocer la complejidad de una cuenca es muy importante para poder hacer un uso sostenible del recurso, y gestionar de manera adecuada el agua, de tal forma que permita el desarrollo de los ciclos vitales de los ecosistemas, a la vez que se pueda garantizar agua en calidad y cantidad suficiente para el consumo humano y para el desarrollo de las actividades productivas", cuenta Yaddi Miranda Montagut, politóloga con maestría en Medio Ambiente y desarrollo de la Universidad de Sussex, en Reino Unido, quien ha realizado investigaciones sobre cuencas hídricas.
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Las cuencas, que pueden tener cientos de kilómetros, conectan con los territorios de todo el país, y son interdependientes; es decir, lo que sucede en parte de un canal de agua afecta, como una reacción en cadena, a otro tramo de la cuenca, que se divide entre la parte alta, media y baja.
“La alta es donde usualmente nace el recurso hídrico, que es en las montañas, y donde hay ecosistemas estratégicos como nevados, páramos, lagunas altiplánicas, entre otros. Allí se comienzan a formar los ríos que van a descender y a bifurcarse en varios afluentes, y que van a permitir la vida de ecosistemas diversos, el desarrollo de comunidades, pueblos, ciudades, y actividades productivas”, dice Miranda.
Frailejón Ernesto Pérez, que se dedica a cuidar el agua en los páramos colombianos, es como el primer protector de los recursos hídricos del país, que en la parte baja terminan en el mar Caribe y en el océano Pacífico.
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Las cuencas, sin embargo, están expuestas a actividades extractivas y contaminantes como la agricultura, la ganadería, la minería y la producción de energía hidroeléctrica; o a la basura que arrojan las comunidades aledañas, de acuerdo con Miranda, quien señala además que el cuidado de las mismas es una tarea pendiente de los colombianos, y que esto radica, principalmente, en que los consumidores del agua usualmente no conocen de dónde proviene este recurso ni hacia dónde se va una vez es utilizada para su actividad consumo/productiva.
“La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) recomienda que se trabaje con la comunidad, que es clave para hacer uso sostenible de las cuencas; y que las autoridades nacionales y locales tengan en cuenta un enfoque territorial para preservarlas. También es importante no deforestar y proteger los suelos. Esto último se logra evitando el uso excesivo de agroquímicos y fertilizantes”, afirma Brandon Cerpa, biólogo de la Universidad Nacional.
Las cuencas, sin duda, son importantes para las regiones del país, que habitan, conviven y necesitan de ellas. Por eso es vital que se siga al pie de la letra los consejos de frailejón Ernesto Pérez, sobre todo para preservar las partes media y baja, donde no están estas plantas que se dedican a cuidar el agua.