La Tribuna: imágenes y sonidos para proteger el bosque seco tropical del Huila
Gracias a un esfuerzo de Ecopetrol y el Instituto Humboldt, es posible acceder a un completo catálogo con fotografías de esta reserva en el norte del Huila, y oír los sonidos y cantos de aves e insectos.
Por primera vez en el Huila, La Tribuna, una reserva ambiental protegida y dedicada a la conservación del bosque seco tropical -uno de los ecosistemas más amenazados en Colombia-, cuenta hoy con un asombroso catálogo que muestra no solo las imágenes sino también los cantos y los sonidos que emiten varias de las más de 350 especies de fauna identificadas en la zona. Además, incluye imágenes de plantas reseñadas en la misma reserva.
Entre las muy variadas especies de fauna encontradas en La Tribuna están la rana de cristal, a la que se puede ver el corazón latiendo bajo su casi transparente piel, o la culebra ciega, un anfibio no descrito aún para la ciencia y que solo ha sido reportado en el desierto de La Tatacoa.
El documento visual y sonoro -varias de las magníficas fotografías van acompañadas del audio de la especie en referencia-, es el resultado de una rigurosa investigación que realizó el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt en convenio con Ecopetrol, y que hace parte de un estudio para el conocimiento y manejo de seis áreas en todo el país.
La Tribuna, en el cálido norte del Huila y en la cuenca del río Magdalena, es una de ellas y su propósito, como propiedad de Ecopetrol, es el de la conservación.
El estudio fue realizado a finales de 2020 e incluye una mirada a animales y plantas que habitan la reserva, de 259 hectáreas, localizada en las veredas San Francisco, Tamarindo y Peñas Blancas, en zona rural de Neiva. El terreno muestra algunas de las características del bosque seco tropical con una altura que oscila entre los 248 y 771 metros sobre el nivel del mar. La vegetación está adaptada a condiciones en las que el agua puede llegar a ser muy escasa.
Allí mismo el grupo de investigadores encontró coloridas aves, algunas de ellas que pueden escucharse desde muy lejos; diversos anfibios, insectos de todas las formas y tamaños, así como una muy amplia gama de reptiles, peces y mamíferos.
En el completo inventario es posible conocer algunos de los paisajes y su densa vegetación, la cascada Chispiadal -una de las que alimentan la quebrada El Neme-; una formación rocosa vertical conocida como “El muro de la vida”, y la cueva y cascada El Chímbilo, hoy sitio de anidamiento de fauna y -durante las épocas de la violencia partidista-, refugio de comunidades de la zona.
Además, están el espléndido mirador “Puerta del Sol”, un corral en roca y hasta un afloramiento natural de crudo. El enorme esfuerzo por el cuidado de la reserva permite preservar el bosque seco tropical, afectado por la producción agrícola y de ganadería, y actividades como la minería, el crecimiento urbano y actividades turísticas.
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