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Gorbachov y la primera dama Raísa, una vida "tomados de la mano"

La pareja se conoció siendo estudiantes en la Universidad Estatal de Moscú a inicios de los años 1950.
Gorbachov y la primera dama Raísa, una vida "tomados de la mano"
Foto: TERESITA CHAVARRIA / AFP
AFP

Mijaíl Gorbachov nunca ocultó su relación cálida y de apoyo con su esposa Raísa, una mujer elegante con la que aparecía en público y cuya muerte prematura por cáncer fue un golpe devastador para él.
Su aire de seguridad y sentido de estilo la convirtieron en una celebridad e impulsó la imagen de Gorbachov en Occidente.

Desafió los estereotipos de las esposas de los líderes soviéticos, aburridas y retraídas, y demostró que su marido representaba a una nueva generación.

Pero para Gorbachov era mucho más: una compañera y confidente que viajó con él mientras impulsaba grandes cambios en la Unión Soviética.

"Caminamos por toda nuestra vida tomados de la mano", dijo Gorbachov en un documental de 2012. "Ella tenía algo magnífico (...) era como una princesa".

La pareja se conoció siendo estudiantes en la Universidad Estatal de Moscú a inicios de los años 1950. 
Raísa venía de la pequeña aldea de Rubtsovsk, cerca de la frontera con Mongolia, para estudiar filosofía cuando Gorbachov era un estudiante de derecho de la ciudad sureña de Stavropol.

En una memoria de 2012 titulada "Solo conmigo mismo", Gorbachov dijo que Raísa inicialmente no estaba interesada en la relación.


Puedes leer: Murió Mijaíl Gorbachov, último dirigente de la Unión Soviética


"Yo sentí que perdía la cabeza. Yo quería ver a Raísa y estar donde ella estuviera", escribió, pero Raísa venía saliendo de una separación dolorosa y le dijo que no quería salir con él.

"Le dije que no podía cumplir lo que quería, que para mí sería una catástrofe. Esa fue mi confesión de amor", contó.

Sentido de estilo

Su primer beso fue en un parque de Moscú, cuando fueron a nadar en un lago y de repente estalló una tormenta eléctrica.

"Recuerdo la cara de Raísa en un relámpago, sus ojos asustados. Yo la abracé y de manera torpe pero apasionada comencé a besarla", escribió.

Se casaron en 1953 y se mudaron a Stavropol, donde Gorbachov comenzó a ascender en el Partido Comunista y para 1979 era el miembro más joven del Politburó, con 49 años. Raísa daba clases de filosofía y sociología.

En 1985, Gorbachov fue electo secretario general del Partido Comunista y se convirtió en líder del país más extenso del mundo y segunda superpotencia, con Raísa a su lado.

"Toda mi vida, donde quiera que estuviera, Raísa y yo no parábamos nuestro diálogo. Cuando me convertí en secretario general y presidente, llamaba a Raísa dos o tres veces por día o ella me llamaba a mí", recordó.

Aunque se rumoraba que Raísa era el poder detrás del trono, Gorbachov lo negó.

"Esas historias constantes de que ella tomaba decisiones políticas o que me presionaban son tonterías. Ella ni siquiera sabía cómo funcionaba el Politburó", afirmó en sus memorias.

Su variado vestuario de trajes entallados y abrigos de piel generó polémica en un país donde la mayoría de las mujeres no tenían acceso a ese tipo de ropa.

Ella posteriormente reveló que vendía la ropa después de usarla algunas veces en una tienda de segunda mano porque el salario de Gorbachov como secretario general no alcanzaba para tantos trajes.

"Espero que nos veamos de nuevo"

Sus problemas de salud comenzaron a aparecer tras el fallido golpe de 1991 contra Gorbachov.

Raísa sufrió una mini apoplejía y no pudo hablar por varios días.

En 1991, luego de que su esposo fuera sustituido por una nueva generación de políticos rusos, Raísa fue diagnosticada con leucemia. 

Fue tratada por varios meses en una clínica alemana, pero murió ese año a la edad de 67 años.

Poco después, Gorbachov expresó: "nunca me sentí tan solo en mi vida (...) Espero que nos veamos de nuevo".

En 2006, Gorbachov creó una fundación con el nombre de Raísa que recauda fondos para ayudar a niños con leucemia y otras formas de cáncer, y luego una clínica en San Petersburgo para niños con leucemia, también con el nombre de Raísa.

La pareja tuvo una hija, Irina, quien fue vicepresidenta de la Fundación Gorbachov.

La respuesta de una mujer soviética se convirtió en un símbolo de la supuesta ingenuidad en la URSS.

"En nuestro país no hay sexo y estamos totalmente en contra", dijo Lyudmila Ivanovna, entre el público.
Otra mujer rusa le respondió: "En nuestro país hay sexo ¡pero no tenemos publicidad!".

En 2010, Lyudmila Ivanovna dijo que había añadido "había amor", pero que la frase fue cortada en la edición del programa.

"Gorbi"

En Rusia se acostumbra a llamarle por su nombre y apellido, pero en Occidente Gorbachov heredó un apodo cariñoso de mediados de la década de 1980: "Gorbi", el héroe de una "Gorbimanía" evocada por los medios de comunicación.

Sobriedad

Una de las reformas más impopulares de Gorbachov fue la de reducir el alcoholismo para impulsar la productividad y reactivar la economía soviética.

En 1985, el Consejo de Ministros de la URSS emitió un decreto que se publicó en todos los periódicos. Esta decisión marcó el inicio de una campaña de templanza cuyo lema pasó a ser: "La sobriedad es la norma de vida".

Para hacer la compra de alcohol más difícil, Gorbachov decide limitar los horarios de venta, lo que crea enormes filas fuera de las tiendas. También ordenó la destrucción de miles de hectáreas de viñedos a lo largo de la URSS. 

Estas "leyes secas" golpearon duramente a la industria legal y fomentaron la producción clandestina de alcohol, pero al final solo tuvieron un impacto limitado.

Putsch

En agosto de 1991, un grupo de altos funcionarios soviéticos dio un golpe de Estado mientras Gorbachov estaba de vacaciones en Crimea. Los partidarios de la línea dura se oponían a las reformas liberales del líder de la URSS y a su deseo de dar más autonomía a las repúblicas soviéticas.

Después de tres días de incertidumbre, el "putsch", como lo llamaron sus opositores, fracasó tras gigantescas manifestaciones.

El acontecimiento debilitó aún más a la URSS y sirvió de trampolín para uno de los críticos más acérrimos de los putchistas, Boris Yeltsin, entonces presidente de la Rusia soviética.

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