Al menos 43 personas han muerto por un motín registrado este lunes de madrugada en una cárcel de la ciudad ecuatoriana de Santo Domingo, según un nuevo balance publicado por la Fiscalía. El Gobierno ha destacado que 80 presos han podido ser capturados tras la fuga.
"Tras amotinamiento en el CRS Bellavista de Santo Domingo, la Fiscalía de Ecuador y la Policía de Ecuador levantan indicios y receptan versiones en el lugar. Hasta el momento se cuentan 43 internos fallecidos (en desarrollo)", ha publicado la Fiscalía en Twitter.
El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, ha trasladado su pésame a los familiares. "Mi más sentido pésame a los familiares y seres queridos de los fallecidos en el amotinamiento en la cárcel de Santo Domingo. Este es un lamentable resultado de la violencia entre bandas", ha publicado en Twitter.
"El ministro del Interior, Patricio Carrillo, está a cargo de los operativos para recuperar la paz", ha apuntado el mandatario ecuatoriano.
Decenas de familiares de los presos se han desplazado hasta los exteriores de la prisión para poder conocer más información, acuciados tras conocer la difusión en redes sociales de internos asesinados en pasillos, informa el diario ecuatoriano 'El Universo'.
La masacre ha ocurrido el día en que Fausto Salinas ha asumido como el nuevo comandante de la Policía Nacional. El propio Salinas ha explicado que unos 40 presos que intentaron escapar fueron apresados tras el amotinamiento, aunque más tarde se ha informado de que han sido 80 los detenidos.
El nuevo comandante de la Policía ha explicado que la riña estaría ligada al traslado de un reo de la cárcel de La Roca de Guayaquil a la de Santo Domingo. "La presencia de esa persona genera una pugna", ha indicado.
Esta es la segunda masacre que ocurre en los últimos dos meses. En abril 20 reclusos fueron asesinados en la cárcel de Turi en una pelea vinculada por la Policía a una disputa entre bandas.
El Gobierno de Guillermo Lasso ha prometido reformar el sistema penitenciario, marcado de forma recurrente por incidentes que llegan incluso a cobrarse decenas de vidas. Sólo el año pasado habrían muerto unos 300 reclusos, por lo que el Ejecutivo ha planteado una serie de iniciativas, entre ellas un censo penitenciario.