Una nueva ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania se inició el lunes por videoconferencia, mientras los combates no dejaban de aumentar, con una veintena de muertos en un bombardeo en la región separatista prorrusa de Donetsk y dos fallecidos en ataques en Kiev.
Estos últimos días, los combates se intensificaron en las proximidades de la capital ucraniana, casi totalmente rodeada.
El Kremlin dijo este lunes que el ejército ruso no descarta "tomar el control total de las principales ciudades que ya están rodeadas". Esto implicaría un asalto militar de envergadura, ante una resistencia que se muestra feroz.
En la madrugada del lunes, un edificio de ocho pisos del barrio de Obolon, en el norte de Kiev, fue blanco de "un disparo de artillería", y causó un muerto y 12 heridos, según los equipos de urgencia ucranianos. Más tarde, un bombardeo en otro barrio, cerca de la fábrica aeronáutica Antonov, causó otro fallecido.
En la periferia noroeste de Kiev, donde se producen violentos combates desde hace días, murió el domingo el videasta estadounidense Brent Renaud, el primer periodista extranjero fallecido en el conflicto, debido a disparos cuyo origen todavía se desconoce.
La capital es "una ciudad en estado de sitio", dijo el domingo un consejero del presidente ucraniano.
En Donetsk, los separatistas prorrusos, apoyados por Moscú, que controlan este centro industrial desde 2014, anunciaron que un bombardeo del ejército ucraniano había causado al menos 17 muertos en el centro de la ciudad. Publicaron fotos que muestran varios cuerpos ensangrentados tendidos en una calle entre escombros.
- "Ningún lugar seguro" -
Más al oeste, otra gran urbe industrial, Dnipró, hasta ahora considerada un refugio para los civiles procedentes de Járkov o Zaporiyia, las sirenas de alarma retumbaron el lunes por la mañana durante cinco horas, por primera vez desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero.
Finalmente no cayeron proyectiles, pero "ya no hay ningún lugar seguro", dijo a la AFP Yilena, de 38 años, que vino de Zaporiyia.
En el sur de Ucrania, Rusia estrechó el cerco, según el ministerio británico de Defensa, que tuiteó que las fuerzas navales rusas establecieron "un bloqueo a distancia de la costa ucraniana del mar Negro".
La situación sigue siendo dramática en el puerto estratégico de Mariúpol. Sitiado, sin luz ni alimentos, sigue a la espera de la ayuda humanitaria. Según las autoridades municipales, 2.187 habitantes perecieron desde el 24 de febrero.
Los combates llegaron también al oeste del país, hasta ahora relativamente tranquilo, con bombardeos el sábado por la noche contra la base militar de Yavoriv, cerca de Polonia --miembro de la OTAN y de la Unión Europea-- y de Leópolis, ciudad refugio para miles de desplazados.
Según Moscú, decenas de "mercenarios extranjeros" murieron. Para las autoridades ucranianas, las víctimas mortales eran todas civiles.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó de nuevo a la OTAN a crear una zona de exclusión aérea en su territorio, lo que la alianza militar rechaza para no verse involucrada en la guerra.
"Si no cierran nuestro cielo, es cuestión de tiempo antes de que los misiles rusos caigan sobre su territorio, territorio de la OTAN, las casas de ciudadanos de la OTAN", declaró el mandatario en un mensaje por video.
- ¿Putin-Zelenski? -
Es en este contexto que se reanudaron, hacia las 10H15 GMT de este lunes por videoconferencia, las negociaciones entre las delegaciones rusa y ucraniana.
Poco antes del inicio, Mijailo Podoliak, negociador y consejero de Zelenski, aseguró que Ucrania seguiría exigiendo"un alto el fuego inmediato y la retirada de todas las tropas rusas".
"Solamente después de eso podremos hablar de nuestras relaciones y de nuestras diferencias políticas", afirmó en Twitter.
Hasta la fecha, las anteriores negociaciones entre rusos y ucranianos fracasaron, pero esta vez las dos partes parecen mostrarse más optimistas.
Del lado ruso, Leonid Slutsky, del equipo de negociaciones, admitió que "vemos avances significativos", en declaraciones el domingo a la televisión estatal RT.
Para Zelenski, su delegación tiene una meta clara: "Hacer todo para asegurar una reunión de presidentes, una reunión que estoy seguro la gente está esperando".
Mientras se desarrollan estas nuevas negociaciones, persiste el temor a que el conflicto se propague y se multiplican las acciones diplomáticas.
Altos responsables estadounidenses y chinos se reúnen en Roma este lunes. La Casa Blanca está inquieta ante una posible ayuda de Pekín a Moscú.
Y unas grandes maniobras militares de la OTAN, "Cold Response 2022", planificadas desde hacia tiempo, empezaron el lunes en Noruega, con el objetivo de poner a prueba la capacidad de sus miembros a ayudar cuando uno de ellos es atacado. Unos 30.000 soldados, 200 aviones y unos 50 navíos de 27 naciones serán movilizados en el Ártico.
El bando occidental mostró de nuevo su apoyo a Kiev el domingo. El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, aseguró a su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, "la solidaridad inquebrantable de Estados Unidos con Ucrania", según su portavoz Ned Price.
Washington y sus aliados europeos han enviado fondos y ayuda militar a la antigua república soviética, e impusieron sanciones económicas sin precedentes sobre Rusia.
Pero Estados Unidos descartó intervenir directamente y el presidente Joe Biden advirtió que si la OTAN entra a combatir a Rusia será "la Tercera Guerra Mundial".
Biden conversó el domingo con el presidente francés, Emmanuel Macron, y ambos "destacaron su compromiso de responsabilizar a Rusia por sus acciones y de apoyar al gobierno y el pueblo de Ucrania", indicó la Casa Blanca.
- "Default artificial" -
Ante las sanciones que congelan unos 300.000 millones de dólares de reservas de Rusia en el extranjero, Moscú acusa a los países occidentales de intentar provocar un "default artificial".
"Las declaraciones según las cuales Rusia no puede cumplir con sus obligaciones respecto a su deuda pública no se corresponden con la realidad", insistió el lunes el ministerio de Finanzas, asegurando que "la congelación de las cuentas en divisas del Banco de Rusia y del gobierno puede considerarse como el deseo de los países extranjeros de provocar un default artificial".
Estas sanciones ponen en aprietos a Rusia a la hora de hacer frente a varios pagos de deuda en divisas que vencen en marzo y abril, haciendo resurgir el recuerdo humillante de 1998, cuando no pudo pagar.
Otro efecto del pulso entre rusos y occidentales fue el impacto en la red social Instagram, propiedad del gigante estadounidense Meta, que quedó inaccesible en Rusia el lunes.