Una educación para la paz: creando nuevas narrativas desde la comunicación
En Radio Nacional de Colombia, conversamos con el profesor Pablo Gómez de la facultad de Comunicación Social de la Universidad Santo Tomás, para hablar de cómo se está enseñando la paz en la academia.
¿Cómo hacemos la paz entre nosotros? Es una pregunta que por milenios se ha hecho la humanidad, para detener conflictos y tramitar desacuerdos entre naciones o individuos que pertenecen a una comunidad.
También lleva a cuestionarnos el papel que ha jugado la educación para fomentar la cultura de paz, una invitación que hace la Organización de las Naciones Unidas en el Día Internacional de la Paz del 2024, para que sigamos construyendo sociedades más justas, democráticas y que se entiendan entre ellas.
Por eso, en Radio Nacional de Colombia conversamos con el profesor Pablo Felipe Gómez, de la facultad de Comunicación Social para la Paz de la Universidad Santo Tomás, acerca de cómo la paz se ha enseñado desde la academia, en las aulas y con las comunidades.
¿Qué es la paz?
Conviene entender lo que es la paz, el profesor Gómez advierte que “no es una finalidad, que es como nos han enseñado a comprenderla”, donde la oscuridad se vuelve luz o el desorden llega a un estado de orden.
Por el contrario, es un “proceso dinámico, de construcción diaria y constante (…) a partir de la gestión sana de los conflictos, protegiendo la vida y protegiendo ciertos principios de convivencia que nos generan bienestar”, explica el docente.
Esto conlleva a que la paz diariamente muestre múltiples desafíos, por lo que no se puede considerar como un “estado paradisiaco o un estado ideal al cual se ha llegado”.
¿Por qué es importante hablar de paz en Colombia?
La historia de nuestro país muestra episodios donde la violencia y la paz han sido protagonistas, con actores armados y crisis institucionales. Para el profesor Pablo Gómez, esto hace a Colombia como “un laboratorio perfecto”, porque pese a los conflictos “continuamos como país”.
“Hay que hablar de la paz para entenderla como esos procesos que se pueden dar, incluso en pequeños entornos, y se pueden dar en los contextos más violentos. En qué momentos se da eso, en momentos donde empieza haber colaboración, cooperación, solidaridad dentro de las prácticas culturales de cada uno de los territorios”, menciona el docente.
De acuerdo con el profesor, es necesario que en Colombia se superen las viejas concepciones sobre la paz como una ‘palomita’ o como ‘un lugar de luz’, ya que “siempre vamos a vivir en una frustración constante, porque vamos a pensar que todo está perdido y que la paz es algo que nunca se va a lograr”.
“La paz es algo que se logra todos los días y algo que hay que estar recomponiendo todos los días, por eso es importante que este en el temario y generar una cultura de paz”, dice el docente de Comunicación Social.
¿Qué significa enseñar paz desde la academia?
Desde la década de los cincuenta, se consolidó la idea de paz como un campo de estudio con la creación del Instituto de Estudios de Paz de Oslo, fundado por Johan Galtung.
Una apuesta que para el profesor Gómez permitió ver la paz “como algo que es muchísimo más estructurado y que merece ser estudiada no como contraposición a la violencia, sino como un campo de estudio basado en la teoría de conflictos”.
Así mismo, llevar la paz a las academias significó que los estudiantes comprendieran de una forma académica que “detrás de todo acto violento, hay factores culturales y estructurales mucho más profundos”, partiendo del modelo triangular de Galtung.
El profesor Pablo Gómez menciona que cuando se firma un acuerdo de paz, como el que ocurrió en 2016, “la paz se vuelve un concepto de moda”. Esto trae implicaciones en cómo se concibe la paz, porque por un lado se apuesta a diferentes iniciativas, pero también se banaliza.
Por eso, apunta que hablar de paz desde la academia “permite que siempre la tratemos de comprender de una manera científica, de cara y junto a las comunidades y generando una academia de impacto social”.
Lo anterior implica que, la paz pueda trascender de los escenarios de las aulas de clase, hacia “propuestas que impacten y transformen de manera positiva a las comunidades y sus territorios”.
De la teoría a una praxis para la paz: la experiencia de la Universidad Santo Tomás
La experiencia de la facultad de Comunicación Social para la Paz, de la Universidad Santo Tomás, ha tenido dos caminos en las que aborda este concepto desde las aulas de clase con sus estudiantes, así como desde la labor investigativa de los docentes con las comunidades.
Por un lado, cada semestre los estudiantes realizan un trabajo modular, que involucra todos los espacios académicos. Cuando llegan a quinto y sexto semestre, el profesor Gómez menciona que realizan un trabajo comunitario donde:
“Vemos que más allá de la teoría o de una comunicación instrumental y mediática, los estudiantes ya son capaces junto con las comunidades de proponer procesos de transformación positiva, de respeto a la vida, los derechos humanos, el mejoramiento de la calidad de vida así sea en un pequeño grado de esas comunidades”.
Por otro lado, desde el grupo de investigación ‘Comunicación, Paz, Conflicto’ se generan procesos de teorización en la que los docentes proponen sus categorías, pero en la que se hace “trabajo de campo y hacer que esas investigaciones tengan unos impactos, ante un público académico, grupos y colectivos sociales”.
Las emisoras de paz
Desde la facultad de Comunicación Social de la Universidad Santo Tomás se llevó a cabo una serie de talleres conceptuales sobre la paz y conflicto con comunidades de varios rincones del país en 2022 con Radio Nacional de Colombia.
Esto se dio producto de la creación de las emisoras de paz, las cuales están contempladas en el punto 6 del Acuerdo de Paz entre el Gobierno colombiano y la extinta guerrilla de las Farc-Ep.
“La facultad fue contactada para dictar los talleres conceptuales sobre lo que es paz y conflicto, porque se necesitaba que periodistas con mucha experiencia, sobre todo en región, comprendieran qué era la paz, cómo se trabajaba y cuál era su rol dentro de una emisora”, relata el profesor, quien participó directamente en el proceso.
Cuenta que junto a las primeras 7 emisoras de paz de Radio Nacional de Colombia, se buscó “convocar a personas de las comunidades”, quienes recibieron talleres sobre radio y periodismo para la paz.
“Fue tan bello que tuvimos como resultado más de 35 productos sonoros, elaborados por las propias audiencias de estas emisoras, estamos hablando de toda esa diversidad geográfica y cultural”, señala el profesor Pablo, quien destaca la participación de comunidades indígenas, afrocolombianas, jóvenes, entre otros.
Concluye, destacando que en los espacios se buscó que las emisoras de paz buscaran un “elemento diferencial”, para así que “tengan siempre ese apellido y no queden mezcladas frente a aquellas que no nacieron con ese fin”.