Francia Elena Márquez Mina tiene 40 años, es madre de dos hijos y antes de ser electa vicepresidenta de la República se desempeñó como líder social, activista medioambiental, defensora de derechos humanos y abogada desde el 2020.
De sus primeros años de vida recuerda que pasaba el tiempo en casa de los abuelos maternos y paternos, a la vez que compartía con su madre, una partera, agricultora, minera; y su papá, que se desempeñaba como agrominero y obrero.
"Para mí era muy bonito en mi infancia ir al río Ovejas, en el Cauca, dormir junto al río con mi abuelo. Nosotros hacíamos unos ranchos a la orilla y el ruido del agua me arrullaba y me dormía. Mi abuelo llevaba su racimo de plátanos y en la noche nos hacía plátano y cogía pescado y nos lo asaba. Éramos muy felices (…) crecí en una familia extensa, la crianza era colectiva. Aquí todo el mundo lo cuidaba a uno y si se portaba mal, cualquiera podía corregirlo”, recordó.
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A los 16 años tuvo a su primer hijo y mientras tanto trabajaba como minera de oro artesanal y como empleada doméstica en Cali; sin embargo, en medio de esa rutina, empezó a oponerse a la explotación minera indiscriminada y a la entrega de títulos mineros que deterioraban el medio ambiente y ocasionaban el desplazamiento forzado de las comunidades.
De su activismo medioambiental se recuerda la defensa del río Ovejas, así como la marcha de los turbantes, en la que junto a 70 mujeres afrodescendientes caminó desde Cauca hasta Bogotá, casi 600 kilómetros, para exigirle al Gobierno que protegiera a este departamento de la minería ilegal que estaba contaminando las fuentes hídricas y vulnerando los derechos de las comunidades.
“Soy parte de un proceso, de una historia de lucha y resistencia que empezó con mis ancestros traídos en condición de esclavitud. Soy parte de la lucha contra el racismo estructural, soy parte de los luchan por seguir pariendo la libertad y justicia. De quiénes conservan la esperanza por un mejor vivir, de aquellas mujeres que usan el amor maternal para cuidar su territorio como espacio de vida”, es una de las maneras en la que la candidata a la Vicepresidencia se describe.
Como muchos colombianos, Francia Márquez fue víctima de desplazamiento forzado junto a sus dos hijos, al ser señalada como objetivo militar de los grupos armados ilegales por su activismo y defensa de los derechos de las comunidades.
De esa época la candidata aseguró “personas conocidas me llamaron y me dijeron: ‘tiene que irse de aquí porque la van a matar’. Con mis dos hijos salí hacia una casa ajena y de ahí me fui a Cali, la ciudad más cercana donde me abrieron las puertas. Era triste ver a mis hijos pequeños tan vulnerables, eso es lo peor que he vivido y no se lo deseo a nadie, incluso me sentí culpable porque creía que había puesto en riesgo la vida de ellos”, dijo.
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Igualmente, como líder social y víctima participó en los diálogos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las extintas Farc, en La Habana (Cuba), explicó cómo el conflicto armado afectó históricamente de manera desproporcionada a las comunidades afrocolombianas, en especial a las mujeres negras.
En marzo de este año obtuvo una votación de más de 780.000 votos dentro de la consulta para la elección de candidato presidencial de la coalición, siendo la tercera votación más alta de todas las consultas a nivel nacional, lo que llevó a que fuera catalogada como la "revelación electoral" por Forbes Colombia y CNN en Español.
"Soy parte de quienes alzan la voz para parar la destrucción de los ríos, bosques y páramos. De aquellos que sueñan en que un día los seres humanos vamos a cambiar el modelo económico de muerte, para darnos paso a construir un modelo que garantice vida", ha asegurado.
Entre los reconocimientos que ha recibido Márquez está el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia, el Premio Medioambiental Goldman, hizo parte del Top 100 de mujeres influyentes de 2019 de la BBC y obtuvo el Premio Joan Alsina de Derechos Humanos en 2019.