El pintor y diseñador Hernán Gamarra fue el encargado de recrear la obra, cuyo reto implicó captar la esencia del lienzo de ‘Figurita’ Rivera, para exaltar en una versión digital, la imagen del XVII Carnaval Internacional de las Artes.
La mujer de la flor del arrebatamacho es un óleo en el que ‘Figurita’ Rivera plasmó a una mujer de ojos almendrados, soñadores, luciendo en su cabello una cayena roja. Gamarra recuerda que la cayena es la flor insigne de Barranquilla y que la denominación popular por la que se le ha designado el nombre de “flor del arrebatamacho”, proviene del cortejo que sucede en el baile de la cumbia, cuando las mujeres coquetean con sus parejos, ondeando sus polleras y adornando sus cabellos con esa flor.
Explica Gamarra que la recreación del cuadro de ‘Figurita’ Rivera fue un reto porque no se quería hacer igual porque para eso se usaba el cuadro original. Sin embargo, había un problema para llevarlo a redes sociales, por los colores de la obra.
“Se decidió utilizar el lenguaje del pop-art, popularizado por algunos de los más importantes artistas de los Estados Unidos en las décadas de los 50 y 60, destacando en su versión elementos sobresalientes de la obra original, la cayena que adorna la cabeza de la mujer, la sensualidad de su boca y la tristeza expresada en los ojos, logrando con ello un nuevo momento de la obra, pero conservando intacto el poderoso aire nostálgico del personaje”, resalta Gamarra.
Agrega que descubrió que en el cuadro original no se ven detalles como los brazos de la mujer, pero al desaturar el cuadro, se dio cuenta que la posición que tiene la modelo es de una mujer asomada desde una ventana, apoyada en sus brazos.
“En cuanto a la tristeza de los ojos y la sonrisa que también se puede interpretar en la obra, fueron elementos que me gustó trabajar. Así mismo, se decidió poner como fondo del afiche un color rojo vino tinto que manejan los telones de las artes escénicas y no el del cuadro original”, apunta Hernán Gamarra.
Por su parte, Miguel Iriarte, director de la Fundación La Cueva, señala que la obra está inspirada en Rosita Mosquera, quien fue la musa del artista barranquillero y que con ese lienzo, ‘Figurita’ obtuvo el primer puesto en el último Salón de Pintores Costeños que organizara La Cueva en la década de los años 50.
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‘Figurita’ Rivera
El acordeonista, la vendedora de pescado y la mujer de la flor del arrebatamacho, son quizás junto a La Mulata de Enrique Grau, las obras más destacadas de la pintura colombiana, indica Miguel Iriarte.
Agrega que ‘Figurita’ era un personaje extraordinario que junto a los demás miembros de la Cueva como García Márquez, Obregón, Cepeda Samudio, eran seres excepcionales, sin los que La Cueva, no sería el nido germinal de la modernidad cultural, en términos de artes plásticas, literatura, cine y música.
“Figurita tenía la virtud de cabalgar sobre dos caballos: el del mundo popular porque muchos de los bares del centro de Barranquilla estaban pagados con murales y obras de él, pero a la vez fue un hombre inscrito en las tendencias de la pintura contemporánea”, expresa Miguel Iriarte.
Anota que Orlando ‘Figurita’ Rivera fue bailarín, compositor, profesor, vitalista empedernido, consagrado pintor de murales en burdeles y profesional de la locura, según el mismo Gabriel García Márquez.
El director de la Fundación La Cueva, Miguel Iriarte, subraya que el apodo de Figurita obedece a la revista ilustrada que el mismo Orlando Rivera creó en la década de los años 40, en el siglo pasado, y que se llamaba Figuras.
Iriarte indica que ‘Figurita’ Rivera fue un cultor del Carnaval de Barranquilla y quizás uno de los mejores diseñadores de carrozas de la fiesta.
Hay quienes sostienen que ‘Figurita’ predijo su propia muerte cuando un día le comentó a Vilá Fuenmayor, el entonces dueño de La Cueva, que a él le gustaría morir un sábado de carnaval, como sucedió, el 27 de febrero de 1960, tras caer desde la carroza El Tulipán Verde que la habían encargado para una reina internacional.
En el libro “Orlando Rivera: Figurita entre comillas”, publicado en el año 2006, el periodista y gestor del Carnaval de las Artes, Heriberto Fiorillo, escribió: “Se dice que Rivera murió como quería, en plena carnestolenda, al caer tres metros (a veinte kilómetros por hora) desde una carroza que construyó. No iba disfrazado de mujer sino de negro, el mismo negro comediante que cantó e hizo muecas en una revista musical presentada en el Teatro Colombia. Ese era, de cualquier modo, la Figurita del vacilón y la gozadera. El otro era el de las obras que aquí reunimos para ustedes. El otro era, es, el pintor, Orlando Rivera”.