Pasar al contenido principal
CERRAR

'Chepa', el hombre traje que engalana las calles de Rionegro

Se llama Luis Iván Restrepo Ospina, pero nadie lo conoce como tal. En su ciudad natal es conocido como Chepa.
Chepa: el hombre traje
FOTOS: Daniel Santa Isaza
Daniel Santa

Si uno le pregunta a Chepa cuántos años tiene, dirá que cincuenta con diez más, cinco más y cuatro más. Si uno le pregunta cuántos trajes tiene, dirá que trescientos o cuatrocientos, pero que no los saca todos porque no tiene tiempo.

Dirá, además, que hace cincuenta años le dio por salir disfrazado de militar a las calles de Rionegro, en Antioquia, “después de ver películas de Cantinflas, de clavillazos y de resortes”. Y si uno le pregunta de dónde saca tantos trajes, esto dirá: “Me los han regalado los países del mundo, porque por allá estoy en fotos, y por allá me tienen en un museo, en Europa”.

Se llama Luis Iván Restrepo Ospina, pero nadie lo conoce como tal. En su ciudad natal es conocido como Chepa. ¿Su virtud?, ninguna en especial. ¿Su talento?, nada del otro mundo. Pero este hombre es, de lejos, más famoso que todos los alcaldes que ha tenido Rionegro.

Chepa se sienta todos los días en el parque de Rionegro a lucir sus trajes militares (otros dirán disfraces), aunque no sea época de Halloween.Chepa1

Nació en el barrio La Chirria. Su traje preferido es el de la Guardia Suiza.

Chepa2

Tal es su fama que, según cuenta, un día el Alcalde le dijo que cambiaran de puesto. Él respondió que no, que ahora los alcaldes andan muy enredados, y que lo que a él le gusta es sentarse en el parque principal y recibir el cariño de la gente.

Chepa “Cuando hice el papel de Hitler, vinieron rusos, vivieron alemanes… eso se llenó. Es que el turista quiere conocerme en persona, no en fotos”, cuenta.

chepa

La gente lo saluda. Él, con cabeza en alto, amistoso, responde: “este es de general”, “este es de Hitler”, “este es de José María Córdova”, “este es de la Guerra de los Mil Díaz”…

Chepa

Él, impecable, con sus trajes, medallas, estampas, botas, sombreros o bastones, se juzga único, irrepetible.

Chepa

Jura que en la cárcel Bellavista de Medellín “hay un tipo pagando veinte años de cárcel por la medio bobadita” de que un día se atrevió a usurpar su papel de hombre de mil trajes.

Chepa

Así es Chepa: pintoresco, amable, dicharachero. Si vive o no en su propio mundo de ficción, no nos interesa saberlo.

Chepa

Va de pueblo en pueblo. Unos lo invitan a desayunar, otros le dan “la liga”: diez, veinte mil pesos.

Chepa

“Yo madrugo todos los días a las cinco de la mañana. A veces pasa la policía y me lleva hasta allá, hasta la Alcaldía. Eso de lunes a viernes. Pero los sábados y domingos me voy pa’ los pueblos, porque si no voy a los pueblos la gente se emberraca”, afirma.

Chepa

Cuando Chepa no sale vestido de militar, en verdad parece que al parque de Rionegro algo le hace falta.

Chepa

Chepa asegura que pronto visitará San Carlos, por petición de la Alcaldesa: será la próxima vez que le pongan en el pecho la medalla de un municipio.

Chepa

¿Qué hace Chepa un 31 de octubre, cuando todo el mundo se disfraza? Nada. Se viste normal, de camisa y tenis. Así nadie lo reconoce. Así evita que le tiren huevos y maicena, y estropeen sus trajes.

Chepa

En época electoral, los políticos lo persiguen. Él, feliz, se deja llevar. Difícil le ha sido cumplir itinerarios tan arduos como los de los últimos días.

Chepa

“Todo lo que tengo es hecho a mano. Los trajes de hoy por hoy, eso es a máquina, eso no sirve”, sentencia.

Chepa
Artículos Player