La torta de piña: el placer de la gastronomía en el Catatumbo
El señor Uriel Pino Carrascal, desde hace veintiún años se dedica a la preparación de la torta de piña: una tradición que resguarda la memoria gastronómica en Teorama, Norte de Santander.
Don Pino, como se le conoce de cariño en la tierra de la piña, aprendió la receta de la tradicional torta al lado de los consejos de su hermano a comienzos de los años 2000 en una panadería donde laboraban y desde entonces se dedica a deleitar paladares de propios y visitantes a está localidad del bajo Catatumbo.
Agrega que, la torta de piña la aprendió a hacer en una panadería que era propiedad de su hermano, cuándo él decide acabar la panadería, con el camino ya recorrido decide comenzar a practicar en su casa, “practique y practique hasta pulir la receta y hacer la torta que hago el día de hoy”.
La tienda del señor Uriel se ubica a una cuadra del parque principal Carlos Julio Jácome, una casa colonial y un letrero resguardan las manos que se encargan de fortalecer los saberes gastronómicos en cada receta. Allí día a día, es visitado, principalmente por los teoramenses que no pueden dejar pasar una media tarde con café y torta de piña; y de los visitantes que llegan y se maravillan con está “delicia”, como la referencia Don Pino.
“Mi ubicación es en el barrio El Carretero, en la calle 2 # 1-45, ahí me encuentran y pueden ver que en la casa hay una publicidad de ´Tortas el buen sabor´ que los dirige para que prueben está rica torta, que además es una delicia que no pueden dejar de probar cuando vengan a Teorama”.
Con toda la experiencia que le entrega el camino, muy juicioso de lunes a sábado prepara setenta tortas de piña diarias que son distribuidas en los lugares más cercanos, donde son la muestra de la identidad cultural del municipio. Una receta que requiere más que dedicación, y que necesita toda una sabiduría para no pasar los ingredientes a utilizar, un gramo de más puede pasar los limites del sabor.
“La cantidad que se necesita para la producción de las setenta tortas son veintiséis piñas; veintiún libras de harina, azúcar y mantequilla; ciento treinta huevos y cuarenta y dos cucharadas de polvo de hornear” explica el señor Uriel, que busca cuidadosamente entre su memoria los ingredientes que necesita todos los días sobre las cuatro de la mañana para comenzar con la producción.
Mientras señala los moldes de cuatro onzas y media libra que utiliza para porcionar las tortas añade que primero limpia todas las piñas para después colocarlas sobre el fogón a cocinar con el azúcar y dejar que se haga un melao, el punto que necesita para continuar con su preparación.
“Cuando se haga el melao se le agrega luego la mantequilla y se deja hervir hasta que se disuelva cuando está bien disuelta la mantequilla, se apaga y se deja reposar, para agregarlos los huevos, la harina y el polvo de hornear, para llevarla al horno a una temperatura de 350° aproximadamente por una hora”
Una oportunidad de fuente de empleo para él y siete personas más que trabajan de la mano de la tradición del Catatumbo y con los consejos de los teoramenses su receta perdura a través de los años, quienes le dicen que mantenga la receta para que no pierda los sabores que identifican al municipio ante otros de la región del Catatumbo.
Jesús Coronel, habitante del municipio de Teorama, agrega que la producción de la piña, como la torta y todas sus variedades son reconocidas en el municipio “esa diferencia nos permite ser reconocidos en otros municipios y hasta en otras partes del país, aquí llegan de diferentes ciudades y todos identifican a la torta de piña”.
Un valor fundamental para la memoria gastronómica de la región… esa que se niega a desaparecer y permanece entre los saberes del señor Uriel, quien con una sonrisa día a día entrega lo mejor de su conocimiento para que la tradición perdure y que los paladares de todo el que prueba la torta de piña, piense en volver para comerla.
“Es un valor muy grande porque es muestra de la gastronomía de la región, es una muestra de cómo se transforma el producto típico, como lo es la piña, y se convierte en toda una variedad de productos que nos podemos conseguir en todas las tiendas y locales del municipio”.
Teorama, se reconoce en la región por ser el mayor productor de piña, especialmente se caracteriza por la variedad de la piña perolera y de ella don Pino suele preparar toda una diversidad de productos y sabores que ofrece en su local, que van desde lo dulce, lo salado y las bebidas típicas de la región.
“Los otros productos que se pueden hacer con la piña son la chicha, el bolepiña, los panderos, la mermelada, cocadas, postres, natilla, las croquetas, todas que se consiguen en cada cuadra del municipio”.
Toda una muestra que nos invitan a conocer porque … si visitan Teorama, en Norte de Santander no se pueden ir sin probar la torta de piña, un sabor que se esfuma entre el gusto y la posibilidad de conocer un rincón del Catatumbo, una tierra donde la gastronomía es un estándar de la diversidad cultural.
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