El Frente Nacional fue el acuerdo entre los dos partidos que habían sido casi únicos en la historia política colombiana: Liberal y Conservador. Por diferentes causas entre lo práctico y lo ideológico, para 1958, los miembros de uno y otro bando habían estado intentando acabarse por más de un siglo. Así que, tras el intento de unidad y disolución de las diferencias que no pudo lograr el dictador Gustavo Rojas Pinilla entre 1953 y 1957, los líderes de los dos partidos acordaron acabar la matazón y recuperar la institucionalidad mediante la alternancia del poder. Cuatro años el uno, cuatro años el otro y nadie más durante dieciséis años.
El Frente Nacional ha llegado a ser denominado como “camisa de fuerza democrática”. La iniciativa fue de los líderes Alberto Lleras Camargo (liberal, gran estadista, intelectual de mentalidad republicana) y Laureano Gómez, representante de la más radical tendencia conservadora, vinculado en su momento con tendencias falangistas. Volver a la institucionalidad y el Estado de Derecho fue una urgencia. Una y otro se encontraban bajo amenaza con la intención del dictador Rojas Pinilla por perpetuarse en el poder.
En efecto, con el Frente Nacional el nivel de violencia que venía caracterizando el contexto rural colombiano se redujo y aumentó la gobernabilidad. El país venía desinstitucionalizado desde el punto de quiebre que fue el 9 de abril de 1948. Durante diez años, el Congreso estuvo cerrado y el país se gobernó por decretos, no por leyes. Por ello, el Frente Nacional se recibió con entusiasmo por parte de la ciudadanía. El plebiscito inicial en 1957 no solo logró una votación superior a cualquier elección previa, sino que fue el marco para que, en Colombia, por primera vez la mujer ejerciera su derecho al voto.
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Así entonces, el Frente Nacional inició su marcha de cara a los años sesenta. Una década en la que las formas de entender y conformar lo público empezaron a cambiar. Las ideologías de los partidos tuvieron que reformularse a tono con los cambios a nivel nacional e internacional. Para el caso Conservador, es preciso recordar que la Iglesia católica venía también modificando sus formalismos a la luz del Concilio Vaticano Segundo. Por otra parte, esta década fue la que quiso consolidar una clase media beneficiada por cierta expansión de la educación, mejoras estructurales en las ciudades, la comunicación y la vinculación con mercados internacionales. Es también el momento en que las guerrillas, de ser pequeños ejércitos de autodefensa ante el abuso del poder del gobierno, pasan a la ofensiva con el objetivo de cambiar estructuralmente el sistema de vida.
Lo anterior nos lleva a tener en cuenta el plano internacional: el mundo se encuentra en Guerra Fría y está declarada la guerra al comunismo. Pero, en 1959, se sacude América Latina con el triunfo de la Revolución Cubana. En respuesta, vino la Alianza para el progreso, programa reformista propuesto por los Estados Unidos que propuso mejoras en educación, reforma agraria y gobiernos democráticos. No fue tan así, pero ese contexto marcó el desarrollo del Frente Nacional en sus componentes reformistas.
Estas temáticas las abordamos en el nuevo episodio de “Historias de Onda Larga”, un podcast de la Radio Nacional de Colombia que, para abordar la complejidad de los inicios del Frente Nacional, cuenta con la compañía del historiador, abogado, economista y profesor emérito de la Universidad Nacional de Colombia, Álvaro Tirado Mejía. Así mismo, la voz de Alberto Lleras Camargo en varios de sus discursos como presidente, ideólogo y promotor del Frente Nacional y la institucionalidad democrática en Colombia.
Escucha aquí el podcast: Elecciones vs. autoritarismos: el Frente Nacional