Cuenta la historia que en junio de 1828, el general y libertador Simón Bolívar arribó a Santa Fe de Bogotá, luego de salir victorioso en Perú, y se instaló en el Palacio de San Carlos, residencia de los presidentes - donde actualmente se ubica la Cancillería-, allí llegó acompañado de su Guardia de Honor, un grupo de hombres compuesto principalmente por soldados irlandeses que se encargaban de velar exclusivamente por su seguridad, que había sido creado en 1814 en Barrancas, Venezuela.
Según nos narra el Teniente Leonardo Cisneros, oficial de historia militar del Centro de Estudios Históricos del Ejército, a este hecho se le atribuye el origen de lo que hoy conocemos como Batallón de Infantería Guardia Presidencial, cuya historia, señala el Teniente Cisneros, se puede conocer a través de diversos hitos y momentos, entre los que se destacan:
-1828: El 25 de septiembre, Simón Bolívar sufre un atentado a manos de un grupo de soldados y civiles seguidores de Francisco de Paula Santander - conocido como la Noche Septembrina- al que su Guardia de Honor enfrenta, protegiéndolo y salvándolo; un suceso en el que Guillermo Ferguson, quien fungía como jefe de la Guardia de Honor, pierde la vida. Hechos que dieron origen a su lema de “En defensa del honor, hasta la muerte”.
-1916: A través del decreto 2446, el entonces presidente de la República, Marco Fidel Suárez, crea un corregimiento militar de caballería para custodiar la seguridad del presidente, unidad que funcionó hasta 1925.
-1927: El primer mandatario Miguel Abadía Méndez funda una nueva unidad, cambiando la caballería por infantería, con el nombre de ‘Guardia de Honor del Presidente’, la cual se compone por dos compañías de infantería, un escuadrón de caballería, una compañía de artillería y una banda de músicos, actualmente vigente.
-1928: El 16 de agosto, mediante el decreto 367, cambia su nombre a Batallón Guardia Presidencial, con una connotación de ser netamente un Batallón de Infantería; y se nombra como primer comandante al Teniente Coronel Roberto Perea Sanclemente.
-1948: El 9 de abril, conocido como ‘El Bogotazo’, uno de los sucesos más representativos de la historia nacional, el Batallón Guardia Presidencial enfrenta a la horda que intentó asaltar el Salón Elíptico del Capitolio Nacional, protegió a los asistentes de la Novena Conferencia Panamericana, e impidió que agredieran al entonces Presidente Mariano Ospina Pérez, su familia y colaboradores.
-1958: Desde este año, a la compañía de Infantería se agregan las armas del Ejército Nacional de Artillería, Caballería, e Ingeniería Militar, las cuales hasta la actualidad siguen teniendo representación.
-1967: Un temblor de tierra afectó las instalaciones del Batallón, lo que hizo que se reubicara su sede del Claustro de San Agustín- donde en la actualidad funciona el Museo de Artes y tradiciones Populares- a la entonces Brigada de Institutos Militares, frente al Parque de los Mártires, sobre la Avenida Caracas con Calle 10, donde hoy se ubica el Bronx Distrito Creativo.
-1985: El entonces presidente Belisario Betancur pide que el Batallón sea traslado a la carrera octava con calle sexta, donde se construyeron unas nuevas y modernas instalaciones, donde se ubica hasta la actualidad.
La banda marcial
Uno de los componentes más representativos del Batallón Guardia Presidencial es, sin duda, su banda marcial, que fue creada en 1927, con el objetivo de amenizar los actos protocolarios del Presidente de la República, indica el teniente Cisneros.
Su creación - según lo expone Mario Alberto Sarmiento en su tesis de maestría en Musicología de la Universidad Nacional, ‘Bandas en Bogotá 1930-1946: El caso de la banda de músicos del Batallón Guardia Presidencial’- representó el renacimiento de las bandas militares no solo al interior del Ejército sino que enriqueció la actividad de conciertos que la Banda Nacional y la Banda de la Policía Nacional desarrollaban en plazas públicas y diversos escenarios, al tiempo que extendió su función educativa hacia nuevos públicos a través de su participación en ceremonias especiales y eventos protocolares.
“Aunque el funcionamiento y la actividad de las bandas militares en Colombia desde el siglo XVI hasta el primer tercio del siglo XX respondió siempre a los acontecimientos históricos, sociales y políticos de cada época, con el inicio de la llamada República liberal en 1930, la actividad de la Banda del Batallón Guardia Presidencial resultó fundamental en la implementación de una política que utilizó todos los medios modernos de divulgación de la cultura con el fin de educar a las masas y construir el proyecto de nación al que aspiraron los gobiernos liberales”, se lee en la tesis.
De acuerdo con el autor de la tesis, gracias a la asociación existente entre bandas y música militar, y las ideas de poder y autoridad, el modelo francés fue adoptado como una herramienta útil para la construcción de lugares y espacios simbólicos comunes que permitieron la implementación de la agenda que formaba parte de la política de Extensión Cultural del Ejército de Colombia.
Este modelo, según la investigación y análisis de Sarmiento, estableció una formación instrumental similar a la de las bandas francesas de la época, definió un tamaño promedio de treinta y cinco músicos en total (director, músico mayor y treinta y tres músicos), reglamentó además los requisitos y el modo de ingreso a las agrupaciones, las funciones de cada músico de acuerdo con su jerarquía, los servicios que se debían prestar, los tipos de conciertos que debían presentar, entre otros aspectos.
“Lo fundamental, sin embargo, fue la implantación del manejo del repertorio de acuerdo con una clasificación bien definida y la aplicación de conceptos musicales que reglamentaron los objetivos y la forma de componer piezas originales y de adaptar obras de otros autores para ser interpretadas por las bandas”, acota en su tesis Sarmiento.