Paulo Coelho: “No soy mentor de escritores jóvenes. ¿Quién soy yo para enseñar?"
Amado por millones y criticado por otros tantos, Paulo Coelho regresa a las librerías del mundo con su obra ‘El camino del arquero’, donde habla de una de sus grandes pasiones.
Resistido por la crítica y la academia, pero adorado por millones de lectores en distintas partes del mundo, el brasileño Paulo Coelho cumple 35 años de publicar sus obras con ‘El camino del arquero’.
En él, vuelve a un tema que ha tocado en reiteradas ocasiones en sus anteriores libros: una invitación a la inspiración y a la reflexión sobre nosotros mismos. Todo esto, a través de una fábula para encontrar la determinación necesaria y ser perseverante.
“Un día estaba sentado en mi casa en los Pirineos y pensé en lo increíble que era el tiro con arco y quise escribir un libro sobre mi experiencia. Lo quería escribir al menos para leerlo yo, o condensarlo para mí. Intenté enseñarme a mí mismo lo que aprendí instintivamente. A veces, cuando aprendes, tienes que sentarte y entender qué fue lo que aprendiste”, comentó el escritor, de quien se dice ha vendido más de 320 millones de los ejemplares de sus libros publicados.
Tan sólo los más fieles seguidores de los libros de Coelho saben que él es un fiel practicante del deporte del tiro con arco.
“De joven me parecía muy elegante. Me dije: ‘Algún día me dedicaré a esto’. Así que viví en los Pirineos y conocí a alguien por casualidad quien empezó a enseñarme a utilizar el arco y las flechas, y me enseñó los fundamentos del tiro con arco. Implica pasar de una tensión extrema a una relajación total, justo en el momento en que se abre la mano. Es realmente elegante, porque se necesita la postura para disparar bien. Se trata de aprender a concentrarse y de hacer este tipo de ejercicio no solo por hacer ejercicio, sino por hacer algo que quieres hacer”, recordó el autor.
Esta experiencia la guardó por años, reflexionó sobre ella y, ahora, sintió el momento ideal para escribir sobre la vida, partiendo de dicha afición.
“Fue, en cierto modo, un desglose de mi experiencia en el tiro con arco. Y, por supuesto, debía tener una guía, una historia. A medida que leen, aprenden todo lo que aprendí, todo lo que necesité. La arquería no es simplemente dar en el blanco, sino realmente intentar ver el mundo a través del arco”.
Y agregó, “el momento de tensión total antes de abrir la mano, la conexión. Que llegue la flecha al blanco es irrelevante. Pero lo relevante es convertirse en el arco, en la flecha y en la propia diana”.
Otra de esas experiencias, que no solo ha influido en este libro, fue su peregrinar por ‘El Camino de Santiago’ por las rutas de España.
“En él y el arco, uno debe conocer su objetivo o la diana, hacia allí se encamina. Me influyó mucho en el sentido de que sabía que tenía que centrarme en un punto y avanzar. ‘El camino del arquero’ ofrece guías sencillas para una vida bien vivida”.
En su escritura, Coelho quiere mostrar que la vida es más sencilla de lo que parece, pero es el propio ser humano quien se encarga de complicarla.
“Una fábula o alegoría habla a las partes ocultas de nosotros mismos. Se aprende la esencia de la vida al prestar atención a las cosas sencillas que le rodean. Esta es básicamente la idea de ‘El camino del arquero’. Hablo de todo, desde la amistad y más allá: la importancia del arco, de la concentración. Al final de cuentas, es la vida. Se aprende viviendo la vida plenamente”, continuó Coelho.
En el libro, los espectadores se encuentran con el mentor llamado Tetsuya, con la enseñanza clave: “se aprende haciendo algo”.
Para el escritor nacido en Río de Janeiro, “algo que le guste a uno, en realidad, no se necesita un mentor, solo se necesitan los pasos. Una vez dados los pasos, se puede seguir adelante y es cuestión de repetir y repetir hasta que un día, y no quiero decir que se convierte en algo automático, sino que, de alguna manera, el subconsciente se apodera de uno y se avanza”.
Son tres décadas y media las que cumple Coelho publicando, cautivando un fiel público lector, pero también con un número de escritores a quienes ha llegado a influir.
“No soy mentor de escritores jóvenes. ¿Quién soy yo para enseñar nada a nadie? Por supuesto, recibo invitaciones para dar clases magistrales, pero nunca acepto porque no tengo nada que enseñar. Creo que escribir es una experiencia en sí misma”.
Y finalizó, “espero que de la misma manera como ocurrió con ‘El Alquimista’, la gente vea la misma travesía que existe en ‘El camino del arquero’. Por supuesto, son diferentes. ‘El Alquimista’ es un libro del trayecto y, aunque ‘El camino del arquero’ también lo es, espero que la gente utilice ‘El camino del arquero’ para aprender los fundamentos de la vida. Realmente lo espero”.