Pasar al contenido principal
CERRAR

Revive ‘Chanchito’, precursora de las revistas infantiles de Colombia

Un trabajo de investigación permitió rescatar, organizar y digitalizar sus 63 ediciones. Dirigida por Víctor Eduardo Caro fue publicada por primera vez en 1933 y catalogada como avanzada para su época.
Revista Chanchito
Imágenes: BiblioRed
Yaneth Jiménez Mayorga

“Por fin queridos lectores. Logramos realizar el proyecto acariciado hace mucho, de publicar una revista que responda a vuestras  aspiraciones y anhelos y sea como el espejo del alma nacional infantil. En Colombia, fuera de algunos periodiquillos de escasa importancia y reducida circulación, los niños no tienen, ni han tenido hace mucho tiempo, un órgano especial, una revista propia, lo cual es como si dijéramos, que no han jugado trompo ni echado cometa. Chanchito aspira a llenar ese vacío, a satisfacer esa necesidad, y ambiciona llegar a ocupar en nuestra vida el puesto que tienen entre la gente menuda de otros países, las publicaciones de esta clase”. 

Con este editorial, publicado el 6 de julio de 1933, Víctor Eduardo Caro, ingeniero de profesión, hijo de Miguel Antonio Caro (fundador de la Academia Colombiana de la Lengua y Presidente de la República entre 1892 y 1898), y nieto de José Eusebio Caro, presentaba el ejemplar # 1 de ‘Chanchito’, la primera revista dirigida a niños, de gran valor histórico para la literatura infantil del país. 

Inspirada en ‘Chanchito’, uno de los personajes menos conocidos de Rafael Pombo- a quien Caro profesaba gran admiración- fue una publicación comercial(empezó costando $0.10, es decir 10 centavos) con la que su fundador, director y editor quiso aportar a la formación de ciudadanía en una época de grandes cambios políticos y culturales en Colombia. 

Durante casi dos años y una frecuencia semanal (salía los jueves), ‘Chanchito’ llegó a “llenar un vacío enorme en la cultura infantil, pues, no existía en Colombia en ese momento ninguna revista para niños”, según comenta Beatriz Helena Robledo en el documento ‘La Revista Chanchito, un homenaje a los niños colombianos’, convirtiéndose ‘Chanchito’ en un  personaje casi real, que les reúne cuentos, novelas por entregas, poemas, juegos, tiras cómicas, recetas de cocina, noticias, entre otros, y que llegó a tener cerca de 7.000 suscriptores, un hito para la época.  

Así sobresalen secciones como ‘Fantásticas aventuras de Tito y Tif’, ‘Retazos de historia’, ‘Los Consejos de Clarita’, dedicados a la cocina y los cuidados del hogar, Juegos de lógica, crucigramas, trivias, la página de preguntas y respuestas.   


También te puede interesar: Güichito: el personaje infantil que resignifica la música tradicional del Catatumbo

Al rescate 

De ‘Chanchito’, hasta el 2022, solo tenían registrados 21 ejemplares en la Biblioteca Nacional de Colombia, no obstante, haberse publicado en total 63 números que se encontraban en los archivos de coleccionistas particulares y que fueron rescatados, organizados y digitalizados gracias al trabajo de investigación de Victoria Eugenia Peters y Jaime Romero, docentes del Politécnico Grancolombiano. 

“Yo estaba realizando mi investigación para mi tesis de maestría en Semiótica sobre formación ciudadana para niños, para la que inicié un rastreo de revistas infantiles en la Biblioteca Nacional, donde encontré a ‘Chanchito’ y donde al indagar otras fuentes descubrí a un coleccionista que tenía los 63 ejemplares. Lo contacté, le pedí que me los prestara y empecé a revisarlos, a analizarlos y así desarrollé el tema en torno al tema de formación ciudadana y lo dejé ahí. Un tiempo después, siendo profesora del Politécnico Grancolombiano, se da la oportunidad de proponer un proyecto de investigación de recuperación del patrimonio cultural, para el que propuse a ‘Chanchito’, y así arrancamos el proceso”, indica  Victoria Eugenia Peters, profesora investigadora de la Escuela de diseño de la Facultad de Ingeniería, Diseño e Innovación del Politécnico Grancolombiano. 

Entre las motivaciones que la llevaron a recuperar la revista dirigida por Víctor Eduardo Caro estuvieron el hecho de ser una revista de iniciativa privada, con 63 números, tener una circulación permanente, con un manejo de conceptos interesantes desde el lenguaje, lo gráfico, lo editorial, lo comunicativo, aspectos difíciles de encontrar en otras publicaciones dirigidas al público infantil, y que le permitían investigar más a fondo. 

“Caro no era diseñador, no contaba con un presupuesto amplio, su equipo lo integraban su hermana, los amigos, artistas conocidos que le ayudaban, sin embargo, la revista tenía un diseño propio, con unos contenidos muy interesantes, plagados de textos literarios adaptados de la literatura universal; un editorial maravilloso a través del cual Víctor se comunicaba con los niños tocando un tema, en ocasiones en varios números, que se convirtieron algunos en verdaderas páginas literarias; las historietas, una sección central que era la única a color, en papel distinto similar al de la portada, textos de escritores principalmente españoles y colombianos. Un modelo de publicaciones para niños”, comenta la profesora Peters. 


Lee también: Cuentásticos, un podcast infantil colombiano que triunfa en el mundo

Patrimonio nacional  

El estudio de la revista permite conocer las primeras formas gráficas que surgieron en el medio, sus influencias de modelos extranjeros y la manera en que influyó en la evolución de la industria editorial, la ilustración y el diseño gráfico. Pero, adicionalmente, Caro rechazaba los métodos de enseñanza basados en la memoria y excesivamente disciplinarios, lo que lo llevó a proponer un aprendizaje basado en la observación, la enseñanza al aire libre para aplicar conocimientos y fomentar su discernimiento, el juego y los trabajos manuales. 

En sus páginas planteaba contenido que contribuyera a la formación de su público como ciudadanos visibles, difundía el amor por la patria, compartía el espíritu educativo, promovía la cultura moderna preocupada por los desarrollos tecnológicos y las ciencias naturales, mostraba modelos de ciudadanía diferentes y proporcionaba conocimientos universales, lo que le valió ser catalogada como una publicación de avanzada para su época,  ya que manejaba un formato novedoso de revista ilustrada.  

“Nuestro alcance con la investigación fue el registro y la sistematización de la revista, así establecimos nuestro primer propósito que fue crear un repositorio que garantizara la permanencia en el tiempo de este bien histórico. Este primer paso se logró desde reconocer que el objeto mismo (la publicación física de la revista) es frágil y su excesiva manipulación pone en riesgo su conservación, así que optamos por un registro digital de los ejemplares, que por cierto se encontraban a manera de tres volúmenes empastados que contenían, cada uno, alrededor de 20 números de la publicación”, explican los docentes. 


También te puede interesar: ‘La trenza’, el fanzine que exalta la poesía hecha por mujeres

Valores que hicieron que desde la academia se decidiera poner este patrimonio cultural al alcance de todos, de ahí que se logró una alianza con la Red de Bibliotecas Públicas de Bogotá (BibloRed) para alojar los 63 números en el catálogo virtual de BibloRed y así asegurar el acceso a todo el que quiera consultarla. 

“La investigación, digitalización y llevar a ‘Chanchito’ al catálogo virtual de la BibloRed ha sido un largo trabajo de casi tres años, que nos muestra que productos como este deben ser rescatados para la construcción de una historia que determina quiénes somos como ciudadanos”, apunta la docente Peters.  

Realmente, señala Beatriz Helena Robledo, “‘Chanchito’ fue una revista muy valiosa no solo por su diáfano testimonio de una época, sino por ser quizás el primero proyecto cultural infantil de envergadura que se registre en nuestro país, y el primero, además, en considerar al niño como un ser independiente del adulto, con posibilidades de participar en las transformaciones de una sociedad que comenzaba a valorarlo como un ser social y cultural”. 


Aquí puedes consultar la colección completa. 


 

Artículos Player