Arrecifes de coral: albergues naturales bajo el mar
Los arrecifes de coral son tal vez uno de los ecosistemas que proveen mayor cantidad de servicios a la sociedad, por un lado, son una barrera que logra frenar el embate directo del oleaje, además de ser fuente de biodiversidad y de sustento para muchas comunidades.
La reserva de biosfera de San Andrés cuenta con la tercera formación arrecifal más grande del planeta, contiene cerca del 77% de los arrecifes del país. Su importancia ha hecho que sea objeto de acciones de restauración, así como de investigaciones que buscan conocer, entre otros aspectos, los beneficios que brinda para las islas.
Biólogos marinos como Julián Prato, que conocen la importancia de este complejo natural, han implementados proyectos, como el que se desarrolló en Cayo Bolívar, en marco de la Expedición Seaflower, con la finalidad de valorar los servicios ecosistémicos o beneficios que prestan los arrecifes en este sector del archipiélago.
“Se basa en presentar a la comunidad y a los tomadores de decisiones, la importancia que tienen este hábitat para nuestro propio bienestar como humanos, esto es fundamental porque hay muchos beneficios que proveen y que no nos llegan a la cuenta de servicios públicos como la energía y el agua”, asegura Prato
Uno de estos beneficios de acuerdo con el biólogo marino es la protección contra el fuerte oleaje. “Hemos instalado unos sensores en mar abierto por fuera del arrecife, para medir la altura de las olas, detectamos algunas hasta de 4.5 metros, es más o menos hasta el techo del segundo piso de una casa”, añade
De acuerdo con el investigador, lo que se ha podido determinar es que cuando estas olas rompen en la barrera arrecifal, disminuyen hasta llegar a unos 50 centímetros, lo que posibilita la existencia misma no solo de Cayo, sino también de la isla de San Andrés.
Seres impresionantes
Algunos de los arrecifes de coral que existen hoy en el planeta empezaron a formarse hace más de 50 millones de años, muchos sobrevivieron a la extinción de los dinosaurios, la era del hielo y a otros fenómenos ambientales intensos.
Este ecosistema es albergue para cerca del 25% de las especies marinas. Sirve de refugio, reserva de alimentos y guardería para sus cientos de habitantes, como los peces, algas, tortugas y tiburones.
“El arrecife protege como un muro en el mar, más allá de la costa, donde las olas grandes chocan y pierden fuerza, de esta manera forman una barrera que actúa como escudo natural ante tormentas tropicales y huracanes”, asegura el biólogo marino, Julián Prato.
Estas estructuras naturales importantes para el turismo por su atractivo visual, y considerados entre los ecosistemas más grandes y complejos del planeta, están conformados por corales, caracterizados por un esqueleto compuesto principalmente de carbonato de calcio.
Este esqueleto, se forma a partir de secreciones continuas de los pólipos de coral, pequeños animales invertebrados que se anclan a las rocas del fondo marino donde se reproducen y dan lugar a miles de clones.
Dichos organismos terminan construyendo una estructura calcárea que los conecta entre sí, formando una extensa colonia en continuo crecimiento que tiende a agruparse en otras colonias para formar complejos arrecifes.
Arrecifes y peces loro
A pesar de su valor, estos ecosistemas, como muchos otros se encuentran en riesgo por distintos factores. De acuerdo con Catalina Gómez, bióloga marina, las perturbaciones de los arrecifes a nivel local podrían estar asociadas a fuentes de contaminación, sobrepesca, desarrollo costero no planificado y al aumento de sedimentos en el agua. También debido al calentamiento global, la acidificación de los océanos, tormentas tropicales y huracanes.
En el sector de Cayo Bolívar se detectaron unas 25 especies de corales, entre ellas las conocidas como Acropora Palmata (cuerno de Alce) y Acropora Cervicornis (Cuerno de Ciervo) que mundialmente se encuentran en peligro de extinción, sin embargo, en esta zona fueron vistas muchas pequeñas colonias, lo que traduce para los investigadores en una luz de esperanza.
“Estamos sorprendidos positivamente. Hemos encontrado las formaciones arrecifales más saludables del archipiélago. Comparado con los cayos Serranilla, Bajo Nuevo, Albuquerque y la isla de Providencia, Bolívar tiene una de las formaciones arrecifales mejor conservadas con mayor complejidad estructural”, concluye Prato.
Por su parte, Gómez asegura que en esta zona se evidencia una buena cobertura coralina sin signos agresivos de enfermedades masivos, además de una alta diversidad de especies, entre las que se encontró una que no se había reportado antes en la zona.
En Cayo Bolívar además se han encontrado las mejores poblaciones de pez loro en todo el archipiélago, una especie herbívora que ayuda a controlar las algas que pueden crecer encima de los corales, manteniendo el equilibrio de este ecosistema
Esta especie es conocida como ‘los jardineros del arrecife’. Nadan a través de este hábitat mientras remueven las algas que crecen en ellas, en el proceso, ingieren pequeñas porciones de corales que al entrar en su tracto digestivo son trituradas y se convierten en arena blanca coralina.
La médica veterinaria y candidata a Magister en Biología Marina, Diana Carolina Castaño, afirma que un pez loro puede producir alrededor de 350 libras anuales de arena blanca, en algunos lugares del mundo donde hay unas especies de loro de mayor tamaño se han reportado hasta 500 libras anuales por individuo.
Por estas razones, la salud de los arrecifes de coral se traduce también en bienestar para los seres humanos, y en esta ocasión, hay noticias positivas sobre su conservación para la reserva de biósfera Seaflower.