Fernanda Castaño y Éric Kobero son una pareja colombo francesa que busca llevar las artesanías wayuu y diferentes tipos de tejidos de Colombia hasta cualquier parte del mundo. Esta iniciativa nace en el periodo de confinamiento, con el fin de compartir la cultura entre Francia y Colombia.
‘Umakii’ es el nombre que recibe este proyecto gracias a una pequeña región ubicada al norte de Riohacha, habitada por el pueblo Wayuu actualmente. Este intercambio se basa en una economía social, son los artesanos quienes dicen cuál es el valor del producto, son ellos quienes ponen el precio, ya que según argumentan, son ellos quienes saben cuánto tiempo toma tejer cada pieza, por lo que la pareja colombo-francesa asegura que su propósito es una economía justa.
“No hay jerarquías, ellos tienen el mayor conocimiento, el saber hacer y nosotros los apoyamos en la parte comercial, desde el inicio fue muy equitativo en todo sentido, les llama mucho la atención, hemos tejido relaciones, no son proveedores, somos equipo de trabajo donde hay diálogo, iniciativa, se exponen ideas”, comentó la pareja.
En pleno confinamiento después de haber tenido la oportunidad de viajar por la costa colombiana, y haber conocido las artesanías, Éric quedó sorprendido y enamorado de ellas, ahí nació la idea de querer mostrar en Francia y toda Europa el patrimonio artesanal, ya que no todos los países cuentan con la misma diversidad de Colombia.
“Deseamos que todos descubran la belleza de la artesanía colombiana, el trabajo manual de sus artesanos creadores y la historia que se esconde detrás de cada pieza elaborada. Nuestro equipo de trabajo de artesanos cuenta con sello de calidad Icontec hecho a mano y denominación de origen, permitiéndonos ofrecer una alta calidad en tejidos”, cuenta la pareja colombo-francesa
Inicialmente pensaron en el chinchorro. Dadas las circunstancias del encierro durante la pandemia, esto los hizo reflexionar sobre lo agradable que sería tener en casa un espacio diferente a los cotidianos: la sala, comedor, habitación, etc. Por eso encontraron en las hamacas no solo un objeto para transformar el hogar, sino para conservar la tradición detrás de su tejido y las comunidades que preservan estos saberes.
“Me enamoré de estas maravillosas hamacas hechas a mano y de las comunidades, estas hamacas que no se encuentran en Europa porque son totalmente industriales. Estoy muy orgulloso de poder participar en la conservación de este patrimonio ancestral y esta forma de vida”, cuenta Éric Kobero con emoción, que incluso ha aprendido a hablar español.
“Soñamos llegar a toda Europa, iniciamos por Francia porque es el país más cercano que tenemos, donde vivimos, pero nuestro objetivo es tocar diferentes países del continente para mostrar el patrimonio ancestral y que somos muy afortunados de tener comunidades indígenas que estén vigentes y han perpetuado su saber hacer de generación en generación”, contó Fernanda Castaño,
Esta es una apuesta no solo por dar a conocer estas piezas sino también a las comunidades indígenas del pueblo Wayuu que crean este arte, contar sobre sus costumbres, historia, de donde vienen, su estilo de vida, cómo aprendieron esta tradición, más que el producto es la riqueza de Colombia y sus comunidades indígenas.
Involucrados en el proyecto
En el proyecto hay artesanas descendientes de comunidades indígenas de departamentos como: La Guajira, Bolívar y Atlántico. Cada familia tiene un líder que se encarga del control de calidad de los productos que se tejen, de cumplir con las entregas, esta persona es el puente entre Umakii y el grupo de tejedoras, participan entre 5 y 10 personas, hay algunas familias más numerosas “lo lindo de este trabajo es que es muy familiar, trabajan desde sus casas y comparten con sus hijos quienes a su vez aprenden”, cuenta Fernanda.
Una de las mujeres wayuu que hace parte de este proyecto es Mileidy Velasquez y habla sobre lo que significa tejer para ella: “guardar la cultura transmitida de generación en generación por mis ancestros, especialmente transmitido por parte de las abuelas maternas, esto se enseña durante el tiempo en que las mujeres vivimos una transición entre ser niñas y convertirnos en mujeres”
“Los artesanos se vincularon con Umakii de una manera natural, espontanea, les nació del corazón, porque es una oportunidad de mostrar sus productos nacional e internacionalmente, somos un puente para mostrar su saber hacer afuera y en el resto de Colombia ya que muchos no tienen una vitrina para mostrar, a veces es muy casero y artesanal y lo ven de una manera más local, creo que es muy gratificante ver y sentir que están valorando su trabajo, su conocimiento y lo muestran en el exterior”, según cuenta la colombiana.
Por cada producto vendido, a las mujeres artesanas se les da un porcentaje adicional que es utilizado para realizar capacitaciones, con el fin de que puedan replicar su conocimiento. Fernanda cuenta que en algunas regiones hace falta apoyo para conservar estos saberes, pero esta iniciativa es una manera de acercar a personas que no tienen los recursos para aprender.
“La apuesta cultural es poder traer a varias tejedoras e indígenas a una feria artesanal en Francia, donde expongan su conocimiento, sus saberes y demás”, cuenta Fernanda.
Respuesta en Europa
De acuerdo con la pareja, la respuesta ha sido muy positiva, maravillados con los productos, las texturas, y según cuenta la pareja, para ellos es impactante que sean realizados con materias primas naturales y aseguran que les encantan los colores y que sean hechos 100% a mano.
Mileidy Velasquez habló sobre la importancia para ellas como artesanas de llevar sus productos al extranjero “es maravilloso porque estamos dando a conocer parte de nuestra cultura, las artesanías del departamento, hace que no se pierda esa tradición, esas costumbres porque si nos compran seguimos realizando”.
Proyección
El objetivo de esta pareja es que a nivel mundial puedan reconocer a nuestro país a través de las artesanías, inicialmente en Francia pero también en Estados Unidos, a futuro esperan llegar a muchos países europeos para que conozcan la belleza artesanal, poder ayudar y hacer donaciones con más artesanos, asociarse con más comunidades indígenas y que cada una cuente con su líder y se fortalezcan los procesos organizativos.
Damaris Escalante, es otra mujer que hace parte de este proyecto, representante legal del taller artesanías Claudia Cecilia, quienes elaboran hamacas, bolsos y mochilas, cuenta que es importante esta alianza porque a través de la comercialización ha mejorado su calidad de vida.
“Tenemos la oportunidad de vender dentro y fuera del país, le damos educación y alimentación diaria a nuestros hijos, para nosotros como asociación es un reconocimiento a nuestra cultura, a nuestro origen, a cada familia que hace estos tejidos porque Umakii cuenta nuestra historia, los procesos artesanales y de vida, somos 15 familias donde trabajan todos, hijos, familias, yernos, vecinos, somos alrededor de 30, 40 personas quienes podemos vender nuestras artesanías, recibimos ese apoyo para replicar los diseños, reconocimiento nacional e internacional, además recibimos bonificaciones e incentivos por cada hamaca vendida en el exterior donde fortalecemos algunos diseños. Han sido nuestro apoyo, también en la pandemia”.