¿Sabías que Honda es uno de los 44 pueblos patrimonio de Colombia?

Desde que era niño pasaba por Honda, era ruta obligada para ir a la costa caribe de Colombia. En mis recuerdos era un lugar con demasiados vendedores ambulantes, mucha congestión y un puente grande. 

¿Qué ha hecho que Honda esté viviendo una transformación después de tanto tiempo de olvido y ruinas? 

Honda, Tolima fue el epicentro del comercio, la cultura y la migración de muchos extranjeros a Colombia. Sus casas evocan el estilo alemán, libanés, inglés y español de los siglos XVII, XVIII y XIX, que se ha venido rescatando desde hace algunos años. 

Honda ha venido desarrollando un turismo patrimonial e histórico muy interesante, y esto es gracias a lo que denominaremos los "apasionados por Honda”. Este municipio ha despertado el amor de muchas personas que no precisamente son de Honda, quienes se han enamorado de la magia del lugar por sus calles empedradas, casas históricas y los miles historias que inundan cada rincón. 

Antes que nada, se me escapan muchos nombres de las personas que vienen transformando la ciudad en un lugar que ya no es de paso, sino que es un destino para disfrutar. 

Diría que tuve la fortuna de toparme con un grupo de arquitectos que han empezado a trabajar por la recuperación de lugares icónicos en Honda. Les presento a Alejandro Cabanzo, Diego Rodríguez y Gregorio Socoloff. 

Tres arquitectos que han invertido no sólo en tener una casa de veraneo, sino que le han apostado a tomar lugares olvidados y restaurarlos. De los tres, el primero en dar el paso fue Gregorio Socoloff, él es un cachaco con abuelo ruso que llegó a Honda hace 27 años y al año compró una pequeña casa, que junto a ella había una farmacia de 1906, la cual estaba bastante deteriorada. 

“Recuerdo que en la casa había un árbol, las estanterías de madera dañándose”, cuenta Gregorio, quien con los años compró la farmacia y la convirtió en un museo donde al principio la gente podía entrar; solo que empezaron a robarse los objetos y decidió solo dejar una reja para que los transeúntes puedan deleitarse con la vista de una Botica de hace más de 100 años.

En la actualidad tiene otro proyecto con su esposa y algunos familiares, la restauración del Teatro Unión, el cual cuenta con 340 sillas; fue un teatro de 1890 donde se presentaban todo tipo de espectáculos. En 1930 se quemó y se reconstruyo un edificio que ahora es patrimonio, este es el nuevo proyecto de Gregorio: “en realidad la idea del teatro es de mi esposa , me ha tocado estar  al frente. No es fácil, es muy costoso, y hemos abierto distintas donaciones para lograr abrir un espacio cultural para Honda”. 

A la fecha, el teatro cuenta con la estructura funcional, una parte del equipo de sonido, la tela para forrar las sillas, pero se necesita la mano de obra para hacerlo. Gregorio sigue tocando puertas y trabajando en este nuevo proyecto de curaduría.

Una estación del ferrocarril a trilladora de café es el proyecto de los arquitectos Diego Rodríguez, Alejandro Cabanzo y Fernando de la Carrera. Otros bogotanos que emprendieron el proyecto de restaurar esta edificación que se encuentra a orillas del río Gualí, la cual tiene toda una historia de lo que fue la época del comercio del café. 

Su idea es hacer una curaduría del lugar y poder prestar el espacio para que se use como un sitio de arte y cultura, de reunión para las personas de forma libre, donde se puedan realizar ferias de libro, conversatorios o exposiciones de todo tipo. Diego cuenta que al principio no fue fácil vender la idea a su pareja, “¿tú sabes de Honda?, me gustaría invertir allá, ella me miro con poco entusiasmo, pero al llegar fue la primera en comprar casa acá”. 

Son dos años de iniciar su proyecto de restauración de un lugar icónico de la historia de nuestro país como fue la estación del ferrocarril, que luego se convirtió en la Trilladora Gualí. 

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Este es el lado de la restauración arquitectónica, pero es tan solo una parte de los “apasionados por Honda”, personas como Tiberio Murcia, oriundo de Honda, un historiador y guía turístico que ha sido un faro para la recuperación de la memoria de Honda, corrigiendo y capacitando a políticos, entidades y comunidad en general en los datos exactos que la historia cuenta sobre su territorio. 

“Para mí se debe involucrar a los hóndanos, no son solo las personas de fuera, son las que deben hacer la recuperación de la ciudad, y eso se hace desde la Cátedra local en Honda”. Para Tiberio el educar a los niños desde pequeños sobre lo que fue y representa Honda para el país es fundamental, dándoles identidad y sobre todo pertenencia del patrimonio que deben conservar. 

Festivales 

También las personas atrás de los festivales han sido clave en la transformación de Honda, un ejemplo es ‘La Magdalena Fest’, un festival que nació en el 2018 y ha logrado consolidar una cultura sobre el río Magdalena, donde la música, la pintura, los diálogos y la gastronomía han mostrado la ciudad como un destino para foráneos y residentes. 

Carolina Rojas es una mujer de Medellín que se enamoró hace varios años del municipio, de esa magia y encanto que tiene Honda. Carolina (la creadora del festival), habla que cada año es una experiencia más: 
“vivir un poco lo que es el río Magdalena, entender sus lenguas, las formas y entender que somo una cultura tan diversa en Colombia, desde el Huila hasta el Atlántico”. Y todo eso se puede disfrutar por las calles de la ciudad de los puentes, llamada así por los 40 puentes registrados en la oficina de Planeación de la Alcaldía municipal.

El otro festival es ‘Ibanasca Fest’, su gestora es Laura Varón, lleva tres años con este proyecto, una joven que tiene sus raíces en Honda, que vivió y viajo por el mundo, pero mucho antes de Pandemia con su madre compraron una casa y construyeron un pequeño hostal que también ha sido una propuesta como muchas al desarrollo turístico en el municipio. 

El ’Ibanasca Fest’ es un espacio de arte urbano donde las mujeres toman la vocería y expresan por medio de murales sus ideas de una sociedad más incluyente, embelleciendo así, muchos espacios de Honda y logrando recuperar de otra manera a lugares olvidados del territorio. 

Son muchas las personas que vienen contribuyendo a la transformación de Honda, esto es solo un 0,1 % de todos los Apasionados por la ciudad donde se unen los ríos Magdalena, el Gualí y el Guarinó.

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Javier Hurtado un empresario que ha venido construyendo un pequeño hostal cerca al puente de Navarro, se ha sumergido en la vida Hondana, reconociendo sus encantos y planteando a la Honda soñada. 

Alberto Gómez, quien llegó poco antes que Gregorio Socoloff, ha sido muy importante en el desarrollo cultural del municipio, no solo internamente sino desde fuera, trayendo amigos y conocidos a que se enamoren de la calle de las trampas, el museo del Río y toda la arquitectura que rodea la ciudad. 

El patrimonio de Honda son más que sus calles empedradas, sus casas de siglos pasados o los puentes que la conforman; es su gente, aquella que es atraída por su belleza y hace lazos de amor con esta tierra o el hondano que se siente orgulloso de su pueblo natal. El patrimonio sin el cuidado y la voluntad del ser humano no trasciende, el valor que le damos a los lugares y nuestro trabajo por hacer de ellos un mejor lugar, es el legado que dejamos a las nuevas generaciones.