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Cada dos semanas desaparece una lengua de las 6 mil que se hablan en el mundo

Las lenguas indígenas son las que desaparecen con mayor frecuencia, debido a la disminución notoria de las comunidades correspondientes o debido a su aculturación.
Ana María Lara

Toda lengua es un templo en el que está encerrada el alma del que habla. Oliver Wendell Holmes

Las lenguas son mucho más que suma de palabras, son la expresión compleja de una manera de pensar y estar en el mundo, de una identidad única. Prueba de ello es el trabajo de orfebres que, ante la dificultad de encontrar equivalentes culturales, hacen los traductores para verter de una lengua a otras realidades, pensamientos y situaciones.

Las lenguas son un tesoro sin el cual somos desabridos. Y que en tiempos de globalización se ven amenazadas por la asimilación cultural y la uniformización del lenguaje tecnológico, así como por la desaparición de culturas minoritarias. Cada dos semanas desaparece una lengua de las 6 mil que se hablan. Las regiones de mayor desaparición de las lenguas son Melanesia, África subsahariana y Suramérica.

En 1999, la Unesco declaró el 21 de febrero como Día Internacional de la Lengua Materna, con el propósito de preservar y reivindicar la diversidad lingüística y cultural, de modo que la educación pueda darse en todas las lenguas y mantener así todos los modos de sentir y relacionarse, las cosmovisiones y las tradiciones. La lengua materna es aquella con la que aprendemos a decir nuestras primeras palabras; es decir aquella que empezamos a aprender al nacer.


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xSi se consideran solo los hablantes nativos, las lenguas más habladas en el mundo hoy son: el chino mandarín (918 millones) el español (480 millones) y el inglés (379 millones).

Ha habido un intento de lengua universal, el esperanto, creado por un polaco en el siglo XIX, que tiene hoy apenas 2 millones de adeptos y no ha logrado seducir mucho más allá.

Las lenguas indígenas son las que desaparecen con mayor frecuencia, debido a la disminución notoria de las comunidades correspondientes o debido a su aculturación. Pero también hay lenguas que reaparecen, como el hebreo, que estuvo en desuso durante 200 años, o el zaparo, lengua de una comunidad amazónica del Ecuador, que pasó de tener 20 mil habitantes en el siglo XIX a apenas cinco en el presente y está reviviendo, siendo declarada Patrimonio Inmaterial Humanidad.

En Colombia, la lengua mayoritaria es el español, impuesto en la Conquista en detrimento de las lenguas indígenas que la Corona española prohibió, pero que se ha dotado de elementos gramaticales y lexicales propios, enriquecidos por los vocablos y modismos regionales.

La población indígena de nuestro país es de casi dos millones y se hablan hoy 65 lenguas indígenas, además del creole en San Andrés y Providencia y el palenquero en San Basilio, reducto viviente de los negros cimarrones, que lograron huir de la esclavitud. También hay una importante comunidad gitana que habla romaní. También existe una lengua de señas.


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El mapa lingüístico de las lenguas indígenas fue elaborado bajo la dirección de María Stella González y María Luisa Rodríguez para el Instituto Caro y Cuervo en un trabajo exhaustivo que se inició entre 1994 y fue publicado en el año 2000 con el título ‘Lenguas indígenas de Colombia, una visión descriptiva’.

La ley 1381 de 2010 propende por el reconocimiento, la protección y el fortalecimiento de las lenguas nativas. Estas son lenguas ágrafas, de tradición oral y ha sido notable el trabajo de etnolingüistas que han elaborado su transcripción.

Pero no podemos soslayar que el español colombiano, lengua rica que se renueva y enriquece constantemente con vocablos y modismos propios, también sufre la invasión de lenguas extranjeras, especialmente el inglés, que no solamente se usa en dudosas traducciones en el campo de la tecnología o de las artes audiovisuales, sino en la lengua cotidiana, sin ninguna necesidad, ya que el concepto o la cosa tiene ya en español la palabra correspondiente.

La lengua materna hay que amarla, cultivarla, hablarla y escribirla con orgullo.

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