Mujeres indígenas, las cuidadoras de la Amazonía colombiana
Más de 3000 lideresas de 40 comunidades indígenas desarrollan proyectos sostenibles en pro de la conservación natural y cultural de sus territorios en seis departamentos de la región.
Aprovechar de manera sostenible los recursos naturales para la elaboración de artesanías, fortalecer las actividades productivas en los conucos a través de las siembras y las prácticas ancestrales, recuperar y potencializar la seguridad alimentaria mediante prácticas tradicionales de las indígenas, contribuir a la recuperación del bosque a través de la siembra y recuperación del árbol cenizo, recuperar el conocimiento ancestral, gastronómico y artesanal aplicando prácticas de conservación del medio ambiente son algunas de las iniciativas que lideran más de 3.000 mujeres indígenas de la Amazonía colombiana en los departamentos de Vaupés, Amazonas, Putumayo, Caquetá, Guaviare y Guainía.
Proyectos que resultaron seleccionados de la convocatoria ‘Cuidadoras de la Amazonía’- dirigida exclusivamente a mujeres de la región- del programa REM Visión Amazonía, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Programa de Pequeñas Donaciones GEF y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, que busca potenciar el liderazgo de las mujeres, fortalecer sus conocimientos ancestrales y desarrollar iniciativas económicas sostenibles de manera que contribuyan al bienestar propio al de sus familias, y a la protección del territorio.
De acuerdo con el Programa de Pequeñas Donaciones GEF, en los proyectos de ‘Cuidadoras de la Amazonía’, las mujeres indígenas son las responsables de administrar 1.000 hectáreas de chagras o conucos (áreas agrícolas tradicionales) para garantizar la seguridad alimentaria de sus comunidades así como proteger y restaurar 50 áreas de importancia biológica y cultural.
Uno de ellos, ‘fortalecimiento de las actividades productivas en los conucos a través de las siembras y las prácticas ancestrales’, lo lidera María Elsy González, indígena curripaco del departamento de Guainía, y representante legal de la Asociación de Mujeres del Guainía- AMUGUA-, se enfoca en generar diálogos y encuentros de saberes, donde madres y abuelas transmiten los conocimientos ancestrales (principalmente a niñas y jóvenes) en torno a los cultivos, el cuidado de las semillas, las temporadas aptas para las siembras, el clima y lo que deben tener en cuenta para que que nunca falte la comida.
Con este proyecto, la Asociación pretende, además, potencializar las actividades productivas de manera ancestral y tradicional, reforzar el liderazgo y empoderamiento étnico, reconocer los derechos de las mujeres indígenas, y visibilizar el conocimiento y transmitirlo de generación en generación.
“Reconocer el liderazgo de las mujeres es fundamental. Aquí quedó plasmada la importancia de cada uno de los roles que tienen, porque ellas son las que trabajan la tierra, conservan la naturaleza, conocen de medicina tradicional y son las que transmiten el conocimiento, son unas grandes líderes en sus comunidades”, señala González.
Tejiendo saberes
Una de las principales preocupaciones que identificaron las mujeres participantes de la convocatoria fue la pérdida de conocimientos tradicionales en la región, uno de los retos más importantes para mantener la cultura y la identidad del territorio, y al cual 21 mujeres, 3 hombres, y 8 niñas y niños integrantes de los semilleros de la Asociación Canasto de la Abundancia han respondido con un proyecto orientado a fortalecer pequeñas empresas y emprendimientos de la tejeduría con mujeres artesanas del pueblo indígena Murui Muina en el municipio de Solano, departamento del Caquetá.
Uno de sus objetivos se centra en promover el uso sostenible de materias primas para la producción y venta de las artesanías.
“Hacemos el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales que están en el territorio, por ejemplo, con la palma de Kumare, cortamos la palma con la hoz y así extraemos la fibra para hacer nuestros tejidos. Lo mismo con el bejuco y la guaruma, que no se arranca de raíz, sino que también se corta con la hoz. Así mismo, hemos trabajado en la reforestación de algunas de estas materias primas, ya que a futuro no queremos que estén en vía de extinción”, apunta Yuri Tatiana Ordoñez Benavides, una de las gestoras del proyecto.
Procesos en los que la mujer desempeña un papel preponderante, dice Yuri Tatiana, pues “es la mujer la que cuida la chagra, la que sabe sobre las plantas medicinales, la que posee y transmite todo ese conocimiento ancestral que viene de generación en generación sobre cómo extraer esos recursos, trayendo beneficios para la familia y la comunidad y permitiendo que cada día se valoren más esos recursos naturales y a que exista una buena relación entre las personas y la madre naturaleza”.
Otro de los valores que tiene esta iniciativa que lleva desarrollándose cinco años, añade Yuri Tatiana, es motivar a las demás mujeres a que vean que también pueden ser generadoras de ingresos y aportar a la economía de las familias, al tiempo que fortalecen sus conocimientos en todos los ámbitos y les permite empoderarse más como mujeres indígenas y demostrar que cada una de ellas es valiosa para la comunidad.
“Asimismo, hemos tratado de sensibilizar a quienes nos rodean sobre la importancia de seguir conservando y reforestando los recursos naturales, cuidando las fuentes hídricas, aprovechando los recursos naturales, que son los que nos permiten sobrevivir en este mundo tan afectado por el cambio climático”, indica.
Estos dos proyectos se suman a otros 67 que fueron seleccionados entre 204 propuestas para recibir apoyo técnico y económico para la implementación de iniciativas desarrolladas por mujeres indígenas de la Amazonía colombiana, cuyo valor se evidencia en el papel histórico que ha cumplido la mujer en la conservación de su cultura, y en sus procesos de empoderamiento para la protección del territorio y sus familias.
“Por tradición, las mujeres somos las protectoras, las cuidadoras, las que replicamos conocimiento en nuestros territorios. Por eso, los proyectos que estamos haciendo permiten que nosotras afirmemos todo lo que sabemos para sostener nuestro planeta”, aseguró Victoria Yassi, lideresa indígena del Putumayo que, junto a 37 mujeres de su comunidad, trabaja en un banco de semillas nativas y en la elaboración y comercialización de productos tradicionales del departamento.
Según señala el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF, una de las mayores organizaciones internacionales de conservación del medio ambiente, “los pueblos indígenas son los principales guardianes de los bosques del mundo. Gracias a sus prácticas ancestrales, han asegurado la conservación del 80% de la biodiversidad del planeta, y los bosques que habitan proveen un tercio de la solución al cambio climático, prácticas en las que las mujeres juegan muy importante como artesanas, madres y conocedoras de la madre naturaleza”.