Así es el pesebre costumbrista más grande de Latinoamérica
Venecia es un pueblo del suroeste antioqueño a una hora y media de Medellín, se habla de este municipio por su magia, porque tiene una pirámide natural a 1850 metros sobre el nivel del mar, porque ese cerro, tiene forma de rostro de mujer. Pero, cuando más se habla de Venecia es en diciembre, porque allí, en la iglesia San José, en toda la nave lateral, desde el sagrario hasta la puerta de entrada, hay un pesebre a escala con más de 2000 muñecos con oficios tradicionales de los pueblos antioqueños.
El creador de esta obra es Luis Fernando Betancur Merino, un arquitecto nacido en Venecia, que por puro amor y con sus propios recursos, año tras año ha ido transformando este pesebre hasta convertirlo en el más grande de Latinoamérica. Luis espera tener pronto la visita de los jurados del Guiness Record, para convertirlo en el pesebre a escala más grande del mundo.
Luis Fernando empezó desde los 12 años a construir pesebres en su casa, primero de cartulina, luego de cartón paja, este lo hizo hace 30 años, estuvo en la iglesia San José, pero no lo guardaron bien y con unas lluvias muy fuertes, se dañó. Finalmente, hace 15 años empezó a construir poco a poco las figuras de madera que hoy habitan el pueblo de este pesebre.
El pesebre de Venecia tiene 250 metros cuadrados, 240 edificaciones, 2100 muñecos que hacen de habitantes del pueblo, tiene una cadena montañosa de 50 metros de largo, un río de 25 metros de largo, 120 movimientos mecánicos y de agua.
“Yo me encargo de hacer todo, incluso los movimientos los hago yo, con unos mecanismos en madera. Logro realizar, todo esto en medio de una escena cotidiana de los pueblos antioqueños, por ejemplo, se puede ver al notario moviendo la manito cuando firma los papeles”.
Todos los oficios de un pueblo tradicional de Antioquia están representados en el pesebre. El sastre tomándole las medidas a un parroquiano. En la tienda de mascotas están bañando a un perro. De la cárcel se está volando un preso. En la iglesia el capellán está tocando la campana. Los mineros están trabajando en la mina de carbón. Un arriero halando una mula rebelde. Un grupo de personas elevando un globo, pescadores, bailarines, bodas, entierros, peluqueros, y mucho más.
El pesebre requiere al menos 20 minutos para verlo al detalle, para apreciar todos los personajes y movimientos creados por el arquitecto Luis Fernando Betancur.
“Todos los movimientos, personajes, edificaciones y vestuario los hago yo. Lo único que contrato son los carrieles, las ruanas, los sombreros y algunos árboles. Luego de hacer las figuras y edificaciones viene el montaje, en el cual tardamos aproximadamente entre 20 días a un mes y en este me ayuda la familia a decorar para que no se vean los cables, y quede todo perfecto”, explica el arquitecto.
Desde los 12 años Luis Fernando quería crear un pueblito paisa. Recuerda su primer pesebre en cartulina y dice que este tan grande es una copia de este de su niñez, un pueblo con una hermosa montaña de fondo, una cueva y el nacimiento del niño Jesús. Es más, o menos, el mismo pesebre que hacemos todos los colombianos, pero este es único y gigante.
“La creación de este pesebre nace por mi cercanía con la iglesia, fui acólito, me la pasaba en la iglesia, soy muy creyente. La tradición de San Francisco de Asís, quien hizo el primer pesebre en 1223, en un pueblito de Italia, esto quedó en mi corazón y la he magnificado. Yo quiero que se convierta en tradición, que las personas vengan de romería a ver este pesebre único en el mundo. Es mi mejor compensación, este pesebre lo costeo yo, es un regalo para la comunidad, mi premio es ver a la gente feliz y hablando bien del pesebre”, indica Luis Fernando Betancur.
El pesebre de Venecia se mantiene abierto gratuitamente en la iglesia San José hasta el 15 de enero, vale la pena conocerlo y maravillarse con el pequeño pueblito paisa.
