“Estilo resiliente”, la moda del cambio social en Norte de Santander
La iniciativa, es liderada por la Fundación Actitud Resiliente, cuenta con 15 máquinas de coser e integra a siete madres cabeza de hogar y trece adolescentes, que en algún momento de la historia emigraron de sus lugares de origen, y hoy se ubican en el barrio Cuberos Parte Alta en la capital del departamento.
Alejandra Briceño, formadora de la Fundación agrega que: “La marca de moda se logra con el acompañamiento que desarrolla la cooperación internacional y tiene un propósito: presentar alternativas a la comunidad, en especial, a las madres cabeza de hogar que la conforman”.
La Fundación llegó en 2019 a la zona de Cúcuta con talleres en fortalecimiento de los derechos humanos. Con su trabajo logra reunir todas las tardes en el Centro Juvenil Resiliente, a cerca de 40 mujeres entre madres cabeza de hogar, víctimas del conflicto armado y migrantes venezolanas que encuentran en la costura alternativas de desarrollo económico.
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Con un arduo trabajo en 2022 lograron abrir el taller de formación laboral y del entusiasmo y la imaginación de sus participantes lograron consolidar “Estilo Resiliente”: una marca que ofrece a sus visitantes bolsos y camisetas, y que esperan por tener su punto físico de ventas.
“Queremos romper fronteras y ser ejemplo para otras comunidades, que pasito a pasito se llega a grandes lugares, queremos que nuestro taller sea inspiración que permita a las mujeres ser útiles para la sociedad, que sean vistas con orgullo”, cuenta Alejandra.
Los rostros de la costura
Cada bolso o camiseta, tiene su sello, ellas buscan tejer la memoria y la verdad de lo que ha sido la lucha por la búsqueda de posibilidades en el departamento. En cada producto podemos encontrar un código QR que nos direcciona a un producto audiovisual para conocer la historia de quien está detrás de su diseño.
Sara Pineda, es madre de cuatro hijos y una de las integrantes del proyecto y comenta que para ella tejer una camisa o un bolso también representa perseverancia, resistencia y “todo un trabajo que funciona para no perder lo que significa formar parte de un barrio o de un departamento como Norte de Santander”.
En medio de sus facciones delgadas una sonrisa nos cuenta que se dedica a la costura desde 2015 y que fue un arte que le aprendió a sus padres. En una mirada al horizonte recuerda que estaba en el colegio cuando arreglaba los uniformes con su mamá, y que desde ese momento le nació la pasión que hoy me permiten ser el sustento de mi hogar.
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Con un vestido de flores que engalana su corazón comenta también, que tiene su propia línea de ropa que se llama Sara Pineda, “aunque mi fuerte es la decoración de cojines y almohadas para bebé, el taller de costura es todo lo que amo y aquí estoy luchando con todas mis compañeras para que seamos vistos de una manera diferente".
Otra de las integrantes de “Estilo resiliente” es Carolina Rincón, que en medio de su silencio y su cautela agrega que no solo es el sustento de sus hogares, sino que también es la oportunidad de narrar el camino que cada joven transita para desarrollarse en medio de situaciones adversas.
"Yo tejo el bolso pensando en mi hijo, en las oportunidades que le ofrezco si seguimos trabajando por sacar adelante este proyecto de costura" comenta mientras se soba las manos al señalar el diseño que más le gusta: una cartera de color beige con flores moradas.
Y así, las mujeres y los jóvenes de las periferias en Cúcuta, demoran un día en diseñar cada producto y se transforman en agentes de cambio social y entre hilos y agujas le apuestan a la construcción de una cultura de paz, convivencia y reconciliación en Norte de Santander.
