Vigía del Fuerte es un municipio del Urabá, ubicado a orillas del río Atrato y que limita con el departamento del Chocó. Aunque es un pueblo orgullosamente antioqueño vive y respira costumbres netas del pacífico.
Una de sus expresiones más tradicionales es la chirimía, un género musical que ha acompañado las fiestas patronales de este municipio en honor a la Virgen de las Mercedes. Es infaltable el sonido de un buen clarinete, de unos bombos y todos los instrumentos musicales que conforman un grupo de esta música propia del Pacifico.
Willen Mena Caicedo, es un vigieño que desde los 13 años fue inquieto con la música. “Mis primeros pinitos los di con el viejo Tulio, Ángel, Alejo…Ellos fueron mis maestros a quien les debo lo que hoy yo soy”, asegura Mena.
Desde que sus maestros le enseñaron a tocar instrumentos, se hizo un percusionista de la chirimía especialista en el redoblante, e inició a su corta edad a acompañar las comparsas de las fiestas patronales del municipio que lo vio nacer.
Hoy a sus 35, de manera voluntaria es el líder de Song Vigieños, un grupo conformado hace tres años por niños y jóvenes a los cuales enseña a tocar los instrumentos que él aprendió a interpretar.
“Ya sabemos que la música chirimía es tradicional y que se va transmitiendo de generación en generación, entonces yo adquirí los conocimientos necesarios y hoy en día la transmito a otros para que no se pierda esa tradición que nos dejaron nuestros ancestros”, comenta.
Además, asegura que también lo hace para enfrentar al monstruo de la violencia, distraer a los niños en dinámicas creativas y así evitar el reclutamiento forzado, entre otras problemáticas latentes en el territorio.
“Los niños son el futuro entonces hay que ir inculcándoles esa tradición para que ellos vayan creciendo con eso, y vayan desarrollando todo su potencial y no se enreden en cosas como vicios, robos, drogas, delinquir, cosas que no son productivas. Todo lo que estamos haciendo conserva la cultura y construye paz”, asegura.
Willen cuenta que tiene un problema auditivo en su oído derecho, pero que eso no ha sido limitante a su pasión por la música. “No sé, el cuerpo se adapta y el talento, la música, las vibraciones, lo que a uno le gusta uno busca la forma para no dejarse morir, para no dejar caer ese talento que nace con uno, cosas innatas que a veces no tienen explicación”, cuenta.
Aún con el optimismo que lo caracteriza, este docente cuenta que un limitante para este proceso que desarrolla con los niños, niñas y jóvenes es no tener un lugar propicio para sus ensayos. “El inconveniente más grande que hemos tenido es porque no hay casa de la cultura como tal, eso es importantísimo e indispensable donde uno pueda darles una mejor enseñanza, más práctico”, menciona.
Willem Mena continúa como todos los años tocando su redoblante en cada bunde y/o comparsa de las festividades de Vigía del Fuerte, impartiendo sabrosura y goce con sus paisanos vigieños y forasteros, al lado de algunos de sus alumnos que ya están aptos para dar lo mejor de sí con los sonidos de la chirimía.