¡Playas de Tumaco, sublimes destinos turísticos que encantan en el Pacífico nariñense!
Estos encantadores lugares, en los que predominan palmeras y aves silvestres, guardan significativos hechos que datan de más de 100 años de antigüedad.
En las playas de El Bajito, la juventud tumaqueña emprende a partir del ecoturismo.
Juan Miguel Narváez Eraso
Tumaco, aquel paradisíaco destino turístico del sur de Colombia enclavado en la costa pacífica nariñense, ofrece un sinnúmero de atractivos naturales y arquitectónicos que encantan a quienes llegan a este majestuoso lugar.
Entre aquellos elementos que adornan a este encantador sitio, predominan históricos y pesados cañones que junto a ellos reposa una enorme ancla que supera los 500 kilos de peso.
Según Jaime Santamaría, promotor turístico de ´La Perla del Pacifico nariñense’, el cañón Eduviges tiene más de 100 años de antigüedad y, según registros históricos, fue utilizado en la revolución liberal de la Guerra de los Mil Días.
De igual manera, subraya que en 1899, tropas de ese entonces, que utilizaron el cañón Eduviges, derrotaron a la embarcación de nombre ‘Boyacá’, la cual precisa que fue destruida con un solo disparo.
Estos antiquísimos elementos que decoran el malecón que comunica a El Bajito con el puente de El Morro, se complementan con un sendero de aproximadamente 100 metros de extensión, rodeado de palmeras y murales que invitan a propios y visitantes a querer la fauna y flora silvestre.
Para quienes guardan respeto por los históricos hechos religiosos que en las playas de El Bajito sucedieron hace más de un siglo, existe otro atractivo y símbolo turístico que en cualquier época del año atrae a multitudes.
Se trata de la imponente imagen alusiva al fray Gerardo Larrondo, quien según el líder comunitario Felipe Castillo; la iglesia católica recuerda que un 31 de enero de 1906 el religioso protagonizó el denominado ‘Milagro Eucarístico’ el cual asegura que tuvo que ver con posteriores hechos relacionados a un terremoto que afectó a Tumaco.
Así mismo asegura que los bañistas que llegan a ese lugar conocido también como Bajito Sanador, lo hacen con la confianza de mejorar su salud, pues varios de ellos dan fe que han dejado sus dolencias por acción de las llamadas aguas sanadoras.
Paseos acuáticos
Dora Castillo, una madre de familia quien a través de las artesanías elaboradas en conchas y caracoles de mar obtiene el sustento diario para sus hijas, indica que en las aguas del Pacífico los visitantes también tienen la oportunidad de disfrutar de agradables paseos a bordo de motos acuáticas.
“Esos recorridos que también se hacen en lanchas, suelen realizarse entre las playas de El Morro y en los alrededores del viaducto que une a estas encantadoras islas”, comenta al agregar que en estos sitios, también pernoctan diversas especies de aves silvestres de las cuales los cantos y plumajes de garzas, pelicanos, tijeretas sabaneras, gaviotas y fragatas enamoran a los turistas.
Todos los encantos de estos tropicales lugares también son aprovechados por los padres y madres de familia para emprender a partir de la gastronomía tradicional.
Por eso, Isabel Quiñones, quien lleva más de 10 años dedicándose a la producción artesanal de cocadas en el barrio La Florida, destaca que transformar el coco en bocadillos tradicionales no solo es una forma de sustento, sino también una manera de resaltar la belleza y riqueza cultural de Tumaco.
Desde su pequeño taller, Isabel comercializa estas delicias en diversos puntos turísticos de la región, llevando un pedacito de tradición a quienes visitan este rincón del Pacífico colombiano.
Para innovar en la preparación de las cocadas, Isabel ‘juega’ diariamente con los sabores de la piña y del mango, entre otras frutas de la región para acentuar el delicioso aroma de las cocadas.
Deporte, arena y gastronomía
Cualquier punto de las paradisiacas playas es ideal para la práctica del fútbol y del voleibol, por eso Linder Castro, representante de servicios turísticos de Tumaco, indica que durante los fines de semana, el deporte a cielo abierto integra a propios y visitantes.
“Estas actividades recreacionales fortalecen las relaciones interpersonales y permiten el intercambio cultural. Son deportes que estimulan la interacción, fomentan la diversidad y la equidad social, aquí cabemos todos”, comenta el dirigente gremial.
Para complementar las actividades recreacionales y los recorridos de los entornos naturales, Linder afirma que es importante la gastronomía tradicional, por eso subraya que los turistas no pueden irse de las playas sin probar la cazuela de mariscos, el clásico arroz con toyo, el ancestral encocao de pescado o el tradicional pusandao.