En el libro “Jazz al Parque, 25 años”, Luis Daniel Vega nos recuerda que “si bien en Latinoamérica la música de arpa está ceñida a regiones específicas de la geografía hemisférica, el bogotano Edmar Castañeda ha logrado sacar del confinamiento al instrumento y llevarlo a lugares que en el jazz nunca antes se habían explorado”.
Y realmente es así, pues si bien la pionera Dorothy Ashby fue la primera intérprete en arriesgar una improvisación jazzística en el instrumento en la década del 50 y, años después, Alice Coltrane haría lo propio con un sentido más experimental, entrada la década de 2000 apareció en la escena neoyorkina el ejecutante colombiano, quien siguió vinculando el arpa al jazz mundial a través de la mezcla con música llanera y otras tendencias latinoamericanas. En palabras del propio intérprete, “me siento honrado de crear un nuevo estilo para este instrumento y haberlo podido llevar a nivel mundial, enviando un mensaje acerca de lo que es la familia, la música y todo lo bueno que Dios ha hecho en mi vida”.
Edmar Castañeda nació el 31 de marzo de 1978. Hijo del músico y docente Pávelid Castañeda, empezó a familiarizarse con la música llanera desde su infancia, interesado primero en el cuatro, las maracas y el baile. Luego de estudiar el arpa, encontró en ese instrumento un vehículo para comunicarse. A sus 16 años emigró a Nueva York. Allí conoció el jazz y de inmediato puso su instrumento al servicio de ese género, convirtiéndose en un pionero en la fusión de los sonidos de los Llanos Orientales y la música improvisada, dueño de un estilo absolutamente personal.
Una de las figuras más relevantes del género, el saxofonista cubano Paquito D’Rivera, fue quien lo descubrió en una de las llamadas Noches de Rumba de La Esquina Habanera, un club nocturno al lado del río Hudson. Así empezó la carrera ascendente de Castañeda, primero invitado a grabaciones de artistas como las cantantes María Topferova y Lila Downs y, a partir de 2009, como líder de una agrupación en la que participan músicos como el trombonista Marshall Gilkes y el baterista y saxofonista Dave Silliman, entre otros.
Su amor por la música del legendario bajista Jaco Pastorius lo llevó a pensar en un arpa que pudiera tener mayor recurrencia de bajos. Así nació su EC Llanera, fabricada en conjunto con la fábrica francesa Camac. Según le contó al diario Los Ángeles Times, “nunca pienso como un arpa (…). Esta es una técnica que he desarrollado por muchos años aquí en Nueva York en esta búsqueda del jazz, en la búsqueda de crear algo nuevo”.
Un total de siete producciones discográficas como líder con nombres como “Entre cuerdas”, “Cuarto de colores”, “Double Portion” y “Family”, más un par compartidas con la pianista japonesa Hiromi, el armonicista suizo Grégoire Maret y la pianista colombiana Laura Lambuley engrosan la producción del arpista colombiano. Más allá de eso, al lado de su esposa, Andrea Tierra, conforma el proyecto de jazz vocal y música del mundo Andrea Tierra Quartet. En unas semanas lanzará "Viento sur", su nueva grabación, con un concierto en el legendario Blue Note de Nueva York.
El 31 de marzo llega a sus 45 años de vida Edmar Castañeda, figura del jazz colombiano para el mundo. Por eso es nuestro Artista de la Semana.