Por: Diego Cuervo Escobar
El coronavirus Covid-19, detectado en China desde diciembre del año pasado, se ha expandido a 165 países del mundo de forma estrepitosa, generando pánico y aislamiento en la sociedad. Sin embargo, especialistas, microbiólogos e infectólogos indican que, si bien el virus ha causado miles de muertes en el mundo, hay razones para no caer en la desesperación, y que la raza humana no desaparecerá a causa de la enfermedad que produce.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80% de los casos presentan síntomas leves y tienen una recuperación optima. Ya son 84.506 los pacientes que se han recuperado mundialmente del Covid-19, de los más de 242 mil contagiados.
El número de la población en China que se ha recuperado de este contagio es de más de 70 mil casos. En Irán se aproxima a los 6 mil, en Italia son 4.025 pacientes recuperados, en Corea del Sur se aproxima a los 1.600, en España son 1.107 casos y en Japón de 150, siendo estos los seis países con los índices más altos de la población recuperada.
Por otra parte, México tiene (4) casos, Argentina (3), Brasil (2) y Colombia ya presenta una paciente recuperada; una joven de 19 años (el primer caso detectado en el país) que fue puesta en cuarentena en su lugar de residencia y tras 10 días de tratamiento y supervisión médica, logró superar el virus y no contagiar a sus familiares.
Estas cifras están siendo actualizadas constantemente por las autoridades; además, la tasa de mortalidad está sobre 3,37% según la OMS.
Por estos días, el mundo se mueve a razón de una sola palabra: coronavirus. Y no es para menos. Las repercusiones médicas, sociales, políticas y económicas han sido incalculables, su alcance ha sobrepasado cualquier precedente, pero la batalla contra él no está perdida.
Para el microbiólogo de la Universidad de Navarra, Ignacio López-Goñi, existen varias razones para conservar la tranquilidad y la esperanza, en comparación con otras pandemias que ha padecido la humanidad, se sabe a qué nos enfrentamos y qué puede producir.
Estás son algunas razones por las que no se debe entrar en pánico, pero tampoco descuidarse.
1. Se sabe qué es el coronavirus
Cuando se produjeron los primeros dos casos de Sida en el mundo, por allá por 1981, la ciencia tardó casi dos años en identificar el virus que causaba la enfermedad. En el caso de la neumonía detectada en Wuhan, China, entre finales de noviembre y principios de diciembre de 2019, luego de los primeros reportes, tan solo una semana después, ya se tenía identificado este nuevo coronavirus del grupo 2B, de la misma familia que el SARS.
La ciencia puso todo a disposición para identificar todos sus patrones, saber que tiene una procedencia animal y que, aunque todos los virus tienen capacidad de mutación, el de este no es muy alta.
2. El pico de contagios en países infectados ha disminuido
“Las epidemias empiezan, tienen un pico y luego terminan. Eso es lo que estamos viendo en China, donde los reportes diarios están mostrando un descenso en el número de casos diarios”, expresó el microbiólogo Ignacio López.
La cuarentena que aisló a millones de personas parece haber tenido efectos positivos, el número de casos nuevos cada día es menor y algunas provincias de China frenaron la transmisión. En países como Correa del Sur las medidas drásticas también han funcionado, lo que para la OMS significa que el virus aun puede ser controlado
3. Las personas se curan
Medios de comunicación, organizaciones mundiales y Estados indudablemente han hecho hincapié en el número de contagiados y de muertes que ha generado el coronavirus, pero hay que hacer una claridad, el Covid-19 no es mortal, eso significa que no todo el que lo adquiera está destinado a un desenlace mortal. De hecho, hay más personas recuperadas que fallecidas en el mundo.
Según la OMS, el 70% de los casos se han curado satisfactoriamente y el 80% presenta síntomas leves o moderados. Las personas que han perdido la vida luego de adquirir este virus eran pacientes que tenían enfermedades de base como diabetes, enfermedades respiratorias previas o deficiencias inmunológicas. Es por esto que los adultos de la tercera edad son los más propensos al Covid-19, y quienes deben tener más rigurosidad con la higiene.
4. El virus se inactiva fácilmente
Al igual que todos los virus respiratorios, este coronavirus está rodeado por una envoltura membranosa que al contacto con el agua y el jabón se rompe fácilmente. Si bien el virus puede vivir en varias superficies, puede ser erradicado rápidamente con una solución de etanol (alcohol al 62-71%), peróxido de hidrógeno (agua oxigenada al 0,5 %) o hipoclorito sódico (lejía al 0,1 %), en solo un minuto.
“El lavado de manos nos puede parece una práctica muy sencilla, pero el jabón acaba con los lípidos y esa capa membranosa muy rápido, lo que también es una buena noticia, pues si bien el virus se activa fácilmente, lo podemos acabar de igual manera”, enfatizó López.
5. Prototipos de vacunas
Gracias al desarrollo científico y la tecnología del siglo XXI la capacidad de generar una vacuna es más grande que la de hace varias décadas. En el momento hay más de ocho proyectos para encontrar la vacuna contra el coronavirus, la comunidad científica viene trabajando con plataformas que ya tenían preparadas de acuerdo con otros tipos de virus.
Lo que retrasa un poco su desarrollo son las pruebas de toxicidad, efectos secundarios, seguridad, inmunogenicidad y eficacia en la protección. Por tal motivo, se habla de varios meses para que pueda salir al mercado y poder ser utilizada, aún así, el mundo puede tener la seguridad de que habrá cura.
Gracias a que se conoce el código genético del virus los investigadores pueden utilizar métodos más novedosos, compartir conocimientos de forma rápida y eficaz que permita encontrar la vacuna lo antes posible.
Finalmente, el microbiólogo señaló que lo que está sucediendo ahora mismo era posible. Hace un llamado a la calma y pide a la sociedad mundial confiar en la comunidad científica y en sus capacidades para combatir este virus, de igual forma, instó a las personas a seguir las recomendaciones y adoptar las medidas por drásticas que sean algunas.
“No solo yo, sino muchos colegas de la comunidad científica, veníamos diciendo que un virus como este para el que no hay inmunidad previa y que puede producir una pandemia, era de esperarse porque ya ha ocurrido a lo largo de la historia. Hemos tenido las pandemias del Zica o el Ebola (…) La palabra pandemia hace referencia a la extensión geográfica del virus, no a la letalidad o peligrosidad”, enfatizó López-Goñi.