Víctimas en Bojayá exigen respeto por sus lugares sagrados y de memoria histórica
Luego de la masacre de Bojayá, ocurrida el 2 de mayo del 2002 en el templo de Bellavista, las víctimas decidieron convertirlo al igual que sus aledaños (antigua escuela, antiguo colegio, la casa parroquial y la casa de las Agustinas Misioneras) en un lugar sagrado para la conservación de la memoria histórica y la reconciliación; el cual está siendo desmantelado por ladrones que no han sido identificado por las autoridades.
Según la lideresa social, Elizabeth Álvarez, esto ha sido constante pues “hace desde hace algunos días estamos siendo afectados por los dueños de lo ajeno que se nos están robando todo el material como las sillas, las ventanas, las puertas y hasta el techo”, afirma.
Este lugar que es utilizado por las víctimas y sus organizaciones para las conmemoraciones, actos de reconciliación comunitario y demás actividades relacionadas con la superación de los daños ocasionados por el conflicto armado, el desarrollo y la paz regional, ha sufrido varios saqueos dejando pérdidas por más de 20 millones de pesos.
“Todo lo que se ha perdido en el lugar no lo tenemos cuantificado, pero asciende a más de 20 millones de pesos”, dijo José de la Cruz Valencia, miembro del comité por los derechos de las víctimas.
Las victimas sienten que estos hechos son una revictimización y vulnera las garantías de no repetición ya que “el lugar de memoria recoge todo lo que vivimos en el municipio de Bojayá y es representativo (…) no queremos repetir un 2 de mayo y con eso sentimos que nos quieren volver atrás; nos tocó retirar lo poco que nos quedó. Hasta la virgen la tuvimos que sacar”, dice Elizabeth.
Jaqueline Machado, inspectora de Policía, expresó que “estamos investigando, tenemos indicios, pero aún no hay testigos, la investigación está en curso”, dijo.
Las víctimas y líderes de las comunidades hacen un llamado a las autoridades para esclarecer los hechos y poder restaurar el lugar para seguir trabajando por la paz y reconciliación de la región y el país.
