El chontaduro hace parte de la economía familiar agropecuaria del departamento del Putumayo.
Juan Miguel Narváez Eraso
La paz es el mejor ingrediente que los campesinos del municipio de Villargazón en el departamento del Putumayo, le ponen al chontaduro y a cada uno de sus derivados.
“Desde el momento en que varios hogares de la zona renunciaron a la siembra de coca, confiaron en que el chontaduro les iba a traer felicidad y prosperidad. Hoy lo confirman y lo disfrutan a partir de los beneficios que les otorga un emprendimiento agroindustrial que desarrollan a partir de una asociación comunitaria”, destacó el representante de los productores de chontaduro del departamento del Putumayo y vocero de la Asociación de Productores de Chontaduro de Villagarzón, Asochon; Omar López.
Actividad agroindustrial
Destaca que en el municipio 230 familias se dedican a la siembra de chontaduro y que las mujeres son clave en la actividad agroindustrial. “La mayoría de jóvenes y adultas conocen los invaluables secretos nutricionales de ese fruto con el cual impulsan también el ecoturismo, es decir, que propios y visitantes después de disfrutar la belleza de las cascadas y de otros atractivos naturales que rodean a la región, tienen la oportunidad de saborear los derivados del chontaduro”, afirmó.
Por su dedicación, empeño y deseo de superación, la asociación cuenta con importantes herramientas de trabajo que en su tiempo le fueron donadas por la administración seccional y la cooperación internacional. Por eso para los procesos de transformación agroindustrial, la agremiación comunitaria cuenta, entre otros apoyos técnicos, con una máquina que garantiza el empaque al vacío del chontaduro.
Para los procesos agroindustriales la agremiación también dispone de una máquina para la transformación del chontaduro en concentrado para la alimentación animal.
“Teniendo en cuenta que las cosechas del chontaduro son estacionarias, implementamos una serie de estrategias de mercadeo cuyos principales soportes de venta son las redes sociales. Las nuevas tecnologías son un gran aliado para la asociación porque a partir de ellas promocionamos en el departamento del Putumayo y al interior de Colombia, todos los derivados del chontaduro que producen 70 mujeres de la asociación comunitaria”, afirmó.
Experiencia agropecuaria
Nohemí Delgado, quien desde hace 10 años hace parte de la Asociación de Productores de Chontaduro del municipio de Villagarzón, exaltó dicha experiencia agropecuaria porque a partir de los conocimientos tradicionales implementó en su predio un vivero en el que actualmente hay alrededor de 800 plantas.
“Yo conozco las plantas de chontaduro desde hace 40 años, es decir cuando mi papá tenía una finca y sus frutos crecían de manera natural, sin necesidad de insumos agropecuarios”, dijo.
Frente a esas ventajas recordó aquellos momentos en los que, en cada cosecha, su padre obtenía racimos de chontaduro que pesaban entre 25 y 30 kilos de peso. “Pese a todas las circunstancias, sembrar este alimento es una experiencia maravillosa porque a partir de nuestros conocimientos, le aportamos a la nutrición y al desarrollo agropecuario de la región”, manifestó.
De igual manera precisó que las fértiles tierras de Villagarzón producen distintas variedades de chontaduro, entre las cuales destacó las conocidas como ‘Macho’, ‘Manzano’, ‘Rojo’, ‘Amarillo´ y Anaranjado’.
Conservas y harina de chontaduro
“Como productora y transformadora del chontaduro llevo más de 3 años y esos procesos los inicié al tener en cuenta los beneficios que obtenían de ello mi padre, esposo e hijos. Ante la alta demanda de chontaduro, los precios del fruto se vieron afectados y quienes hacemos parte de Asochontam nos dimos a la tarea de buscar alternativas productivas”, manifestó Claudia Moros, quien hace tres años inició dicho emprendimiento.
Anualmente producen entre 5 mil y 6 mil unidades de conservas y alrededor de mil kilos de harina para consumo humano, cuya producción la hacen en el transcurso de la cosecha. La planta de transformación está ubicada en la vereda Canangucho, donde la asociación comunitaria tiene proyectada la instalación de quioscos para la venta y exposición de los productos derivados del chontaduro.
“Nuestros padres, esposos e hijos son los productores, y nosotras, esposas e hijas, las transformadoras. Nuestra jornada de trabajo inicia a las 7:00 de la mañana y dependiendo de las actividades a desarrollar terminamos a las 10:00 de la noche”, destacó.
Además, asegura que en la época de cosecha cocinan entre 150 y 200 kilos diarios de chontaduro, con los cuales producen las conservas y harina para consumo humano.
“La transformación agroindustrial del chontaduro siempre la agradeceremos al Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, porque nos especializó en gastronomía. Así mismo es valioso destacar el respaldo de una fundación canadiense y de la Unión Europea, las cuales fueron clave en el desarrollo de este proyecto que en el municipio de Villagarzón contribuye al sostenimiento de la paz.