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Conoce la historia de Diana Rojas, la cazadora de eclipses colombiana

Tras ocho eclipses de Sol y 10 de Luna, esta colombiana sigue persiguiendo su sueño: ver estos fenómenos naturales en lugares más recónditos del planeta.
Conoce la historia de Diana Rojas, la cazadora de eclipses colombiana
Foto Diana Leal
Diana Leal

Desde que Diana Rojas vio su primer eclipse en 1998, no ha parado, y luego del pasado eclipse anular del 14 de octubre, suma ocho eclipses de Sol observados al rededor del mundo, además de diez de Luna. Ella es administradora de empresas, diseñadora gráfica, emprendedora, astrofotógrafa, presidenta de la Asociación de Astronomía de Colombia (ASASAC) y cazadora de eclipses.

“Cazar eclipses reúne dos cosas que amo con la vida: la astronomía y el turismo. Yo soy aficionada por los viajes y, mejor dicho, me pego de un avión cayéndose, a donde sea yo viajo y la razón principal, que son los eclipses, es una forma espectacular de vivir la astronomía”, expone Rojas.

Su primer eclipse, recuerda, “fue en Colombia en 1998, en ese momento no tenía conocimientos de astronomía, estaba todavía en el colegio y mejor dicho, no sabía ni qué era de mi vida, pero después, cuando empiezo mi vida universitaria y laboral, decido viajar a Shanghái, China, en 2009, y allí me encuentro con mi primer eclipse total de sol, se nos tapó bastante el cielo, luego de la totalidad cayó un aguacero impresionante, pero eso no me hizo desistir”.

A su vez, relata que después de esa experiencia en el país asiático, su pasión no paró. Continúo siguiendo el rastro de los eclipses. Los persigue, los espera, los disfruta y en su trasegar, afirma que universo le ha regalado varios; pero a su vez, recuerda que todo empezó en Bogotá.

Allí, en la capital colombiana, pudo ver uno de sol, en 1998. Luego vino el de Shanghái, China, en 2009; después en Cairns, Australia, en 2012 y le siguieron muchos. 

  • Longyearbyen, Svalbard, en Noruega, en 2015.
  • Estrecho de Makasar, Indonesia en 2016.
  • Casper, Wyoming, Estados Unidos 2017.
  • La Serena, Chile, 2019.

Y después de seguir vagando por su memoria y por sus recuerdos, afirma que la particularidad es que dos de ellos, el de Australia e Indonesia, los pudo observar, en su totalidad, en alta mar y con cielos completamente despejados, gracias a la complicidad de astrónomos aficionados con los que se topó alguna vez en su vida. 

Una aventura a 0° centígrados

De todos estos avistamientos recuerda con especial aprecio el eclipse de sol de 2015. Fue en el asentamiento de Longyearbyen, ubicado en el archipiélago de las islas Svalbard, en Noruega.

Esta, asegura, fue una observación atípica. "Llegar al lugar, buscar hospedaje, y sobre todo, lidiar con una temperatura de -7° centígrados, es algo con lo cual no se puede improvisar", cuenta. 

Y es que superar los retos de dicha travesía, en compañía de su hermana y en un sitio en el que respiras frío total; "fue duro". Sin embargo, la compañía ha sido necesaria.

"En este tipo de viajes tienes que solucionar muchas cosas, entre esas adversidades en alguna ocasión me tocó buscar pilas para cámara, porque las que llevas se podían congelar", añade.

diana Noruega
Foto Diana Rojas - Cazadora de Eclipses

Así nació la pasión por los eclipses

Entre un viaje y otro, empezó a encontrarse con gente de todas partes del mundo, que al igual que ella, estaban ahí por un único objetivo: cazar eclipses.

Y, sentir dicha afinidad y reconocer el camino que ha recorrido, la animó a denominarse como: 'cazadora de eclipses'. 

“Los eclipses que he cazado no han sido fáciles, empezando por Svalbard, Shanghái o ir a Australia, fue un reto grandísimo. Yo trabajo muchísimo para poder conseguir el dinero, y de hecho antes no era tan común como ahora que uno ve una comunidad de colombianos que se interesan por los eclipses y que espero que crezca para atravesar el mundo juntos en busca de ellos”, afirma Rojas.


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Cazadora de Eclipses Observatorio Astronómico

“Sueño con ver más eclipses y, ojalá, creando una comunidad de cazadores de eclipses en Colombia, ojalá esto se popularice aún más y tenga más personas aficionadas. Dentro de mis múltiples trabajos, también soy la presidenta de la Asociación de Astronomía de Colombia (Asasac) y organizo el Festival de Astronomía de Villa de Leyva. Mi labor es ser gestora para poder empujarlos para que se interesen cada vez más por la astronomía”, acota.

Hace poco menos de tres meses, Rojas decidió dar otro paso más hacia su sueño de crear una comunidad de cazadores y, como se diría coloquialmente, se lanzó al agua y alzó los primeros cimientos de su propio observatorio astronómico.

Está ubicado en el desierto de la Tatacoa, a 20 minutos del municipio de Villa Vieja, que, entre otras cosas, es conocido por ser uno de los puntos ideales para observar y estudiar la inmensidad del cielo, en esta zona del mundo. 

Nicolás Romero
Foto Nicolás Romero

“Nunca me imaginé emprender en la Tatacoa, de hecho no fue a propósito del eclipse anular, solo me ofrecieron la oportunidad y ubicación, entonces cerré los ojos para pensar si la tomaba o la dejaba, y decidí tomarla y empezar en tiempo récord a montar e invertir tanto en la locación como en los equipos para la gente, y también conseguir las personas adecuadas para este proyecto, que afortunadamente, hay gente espectacular en el desierto”, añade.

De esta manera, el pasado 14 de octubre, Rojas logró reunir al rededor de 100 personas amantes de la astronomía en Cazadora de Eclipses Observatorio Astronómico, para observar el eclipse anular de Sol que tuvo especial presencia en aquel punto del Huila, un evento sin precedentes que duró tres horas y 27 minutos, con un tiempo de anularidad de cinco minutos con 13 segundos.

La cazadora de eclipses continuará siguiendo la ruta que marque el sol para seguir sumando a la lista estos eventos que le han enseñado a ser paciente, enfocada, constante, a ver más allá y confirmar que la pasión sí se puede convertir en trabajo. Actualmente, sueña con poder ver el cometa Halley y fotografiar un eclipse acompañado de la aurora boreal, pero como son dos eventos tan lejanos como inciertos, se prepara por lo pronto para el eclipse total de Sol que se verá en Estados Unidos el próximo año, y el de Egipto en 2026.

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