Por: Laura Ramírez León.
Los bailes afros urbanos están cargados de verdades que brotan para resolver, sanar y resistir a través de los cuerpos que danzan, esa es la fuerza que se concentra en los más de 300 niñas, niños y adolescentes de Quibdó que hacen parte de la Corporación Jóvenes Creadores del Chocó. Una iniciativa artística cuyo propósito es la creación de nuevas realidades y la construcción de sueños a través del arte y la cultura en el Pacífico colombiano.
En un territorio donde las carencias han sido un común denominador, a través de la danza, los Jóvenes Creadores del Chocó dejan saber sus preocupaciones sobre las distintas problemáticas que los rodea: la falta de oportunidades educativas, la amenaza a la seguridad alimentaria, la contaminación ambiental y el conflicto armado. Intención que se ve reflejada en la puesta en escena de la obra ‘Revolución Pazcífica’, presentanda recientemente en el marco de la 4ª Bienal Internacional de Daza de Cali.
“Hace 11 años nosotros entendimos que con la danza y el teatro podíamos arrebatarle chicos y chichas a la violencia que vive el Pacífico. Trabajamos por hacer de la cultura un verdadero entorno protector, en donde se generen espacios de convivencia pacífica en nuestros territorios”, afirma Katherine Gil, representante legal de la corporación.
Quibdó, capital del Chocó, tiene uno los índices más altos de mortalidad y criminalidad del país, una situación que a diario golpea la vida de sus habitantes. Por esto, Jóvenes Creadores del Chocó ha dedicado sus esfuerzos a trabajar con esta población en la búsqueda del fortalecimiento de los espacios de paz en el territorio.
“Nosotros estamos inmersos en un contexto en el que carecemos de oportunidades, a las cuales, jóvenes de nuestras edades deberían tener acceso. En el Chocó la vida no es fácil, sin embargo, nada es imposible y nosotros por medio de la danza transformamos nuestras propias realidades. Les hacemos frente y las denunciamos a través de nuestros montajes artísticos”, afirma Yunier Andrés Mosquera Valencia, bailarín.
De la mano de la energía desbordante que trae consigo la juventud, los integrantes de la corporación exigen que les sea vistos como sujetos de conocimiento en una sociedad que usualmente desconoce su sabiduría, su autonomía y su capacidad en el desarrollo de procesos de resolución de conflictos.
“Buscamos que los chicos y las chicas de nuestro departamento y de nuestro municipio, vean en la danza una oportunidad de vida, una alternativa distinta a la violencia. Muchos de nosotros vivimos en sectores donde las fronteras invisibles no nos dejan transitar libremente por nuestros barrios. Incluso algunos de nuestros bailarines alguna vez hicieron parte de grupos delincuenciales, pero hoy han dejado eso atrás para darle paso a que la danza sane sus heridas”, cuenta Lesly Borja Becerra, bailarina.
‘Revolución Pazcífica, bailes de resistencia’ hace parte del Plan Nacional de Danza del Ministerio de Cultura que, a través del desarrollo de los montajes coreográficos busca fomentar la creación de espacios de práctica profesional y la circulación de bailarines en los diferentes géneros de la danza.
Residencia artística con Germaine Acogny
La 4ª Bienal Internacional de Danza de Cali, en asocio con la Fundación Más Arte Más Acción, el Ministerios de Cultura, la Embajada de Francia en Colombia y el Instituto Francés, invitó a Germaine Acogny, 'la madre de la danza contemporánea africana’, para hacer parte de una residencia artística de ocho días en conjunto con 16 integrantes de la Corporación Jóvenes Creadores del Chocó.
La residencia se llevó a cabo en Nuquí (Chocó) y tuvo como resultado un proceso de dialogo sobre la danza entre dos generaciones y distintos saberes, que se vieron puestos en escena en el Teatro Municipal Enrique Buenaventura el pasado 3 de noviembre en la ciudad de Cali.
A lo largo de hora y media, los espectadores fueron testigos de una muestra artística en donde África y Chocó danzaron de la mano. Una clase en vivo en la que la artista senegalesa de 75 años, invitó a sus alumnos a seguir el ritmo del tambor.
“El diálogo entre ambas generaciones fue fluido. Yo tengo 75 años y tengo nietos de la misma edad, yo era como si fuera una especie de abuela para ellos, pero una abuela severa. Soy una persona muy disciplinada y eso fue algo que apliqué en la experiencia con los Jóvenes Creadores del Chocó. El baile es la disciplina de la vida y yo lo muestro a través de mi cuerpo a través del baile”, contó Germaine Acogny.
“El baile une los pueblos, esta experiencia me confirma que la danza une a los mundos. Algo que los políticos aún no han logrado hacer”: Germaine Acogny.