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El mantenimiento de la cancha de fútbol, una labor silenciosa pero fundamental

Al estar expuestos a los cambios de clima, los campos de juego requieren ciertos cuidados para que estén en optimas condiciones y el espectáculo “ruede” adecuadamente.
Canchas de fútbol
Foto: Colprensa
Yaneth Jiménez Mayorga

Ese tapete verde de grama sobre el que rueda el balón de fútbol, sobre el que los habilidosos “derraman” su talento, ese tapete sobre el cual se gritan los triunfos o se lloran las derrotas, ese tapete verde donde sucede la “batalla” del honor, donde se consagran las estrellas o se “fusilan” los derrotados, ese rectángulo sagrado … la cancha de fútbol.

Esa cancha que muchas veces observamos desde las pantallas del televisor, del móvil y/o desde las graderías como algo que simplemente está ahí, pero que para los protagonistas del juego es su “escenario”, requiere cuidados especiales que permitan que el espectáculo “ruede” adecuadamente.

Pero, ¿qué tipo de cuidados y mantenimiento exige una cancha de fútbol de forma que garantice el desarrollo del juego? Sobre el tema hablamos con Fred Eduardo Asprilla, director de Deportes de la Escuela Colombiana de Ingeniería, y dos de los colaboradores encargados del mantenimiento de los campos deportivos de la institución universitaria, quienes nos hablaron sobre los cuidados y el mantenimiento básicos de una cancha de fútbol de césped natural.

En general, el mantenimiento se puede resumir en los procesos de poda o corte, fumigación y riego, drenaje y demarcación de la cancha.

“Lo primero que hay que hacer es estimular el crecimiento de la grama, que se realiza a través del proceso de poda o corte, el cual se hace con una máquina podadora o un tractor podador, equipo que permite dos cosas esencialmente: cortar el césped y dibujar las figuras que adornan el campo”, explica el profesor Asprilla.

Este corte o poda, según señala William José Herrera, podador experto, quien desde hace tres años cumple su labor en las canchas de la Escuela Colombiana de Ingeniería, se realiza teniendo en cuenta el nivel o altura que tenga el pasto. “Yo manejo las cuchillas- que se ubican en la parte de abajo del tractor- a través de pedales que se mueven hacia arriba o hacia abajo desde donde controlo el corte”, dice.

Una tarea que puede durar máximo dos horas y que él realiza cada 15 días teniendo en cuenta afectaciones como el clima, porque, por ejemplo, “cuando llueve mucho, la cancha se empoza de agua, lo que hace que el pasto crezca mucho más rápido, caso en el que el tiempo de poda es más largo”, comenta.

Pero también influye el uso que se le dé al campo de juego. “En una cancha que se utilice con cierta regularidad, este proceso se debe realizar por lo menos dos veces por semana. Cuando la cancha tiene mucho trajín, el pasto se daña más rápidamente, principalmente en algunas zonas como la del arquero o el centro del campo donde suele maltratarse el césped, por lo que el corte debe hacerse con más frecuencia”, agrega el profesor Asprilla.


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Canchas Escuela Colombiana de Ingeniería/Foto: Yaneth Jiménez Mayorga 

Fumigación y riego

Una parte esencial en el mantenimiento de una cancha de fútbol es el control de las malezas, que se efectúa a través de la fumigación y la fertilización con fertilizantes, herbicidas y fungicidas y tratamientos químicos, “irrigando, por ejemplo, úrea para que mejore el crecimiento de la grama”, resalta el profesor Asprilla.

Durante este proceso se determinan las cantidades y tipos de nutrientes que requiere el campo, como el fósforo, potasio, hierro, manganeso y magnesio, los cuales ayudan a reducir la presencia de malezas y a tolerar las inclemencias del clima.

De forma similar sucede con el proceso de riego, que se realiza según las condiciones climáticas y del estado del campo, el más común consiste en un sistema de tuberías que se entierran donde se insertan unos difusores que gracias a la presión del agua, emergen de la tierra regando el área seleccionada.

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Tractor podador cancha de fútbol/Foto: Yaneth Jiménez Mayorga

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Drenaje

Al estar expuestos a las lluvias, los terrenos de juego corren el riesgo de enfangarse o empozarse con las implicaciones que ello representa para los deportistas, por lo que es de suma importancia contar con un sistema de evacuación y absorción del agua, conocido como drenaje, el cual permite mantener el equilibrio entre la humedad y las condiciones de infiltración de aguas lluvias.

“La cancha no es una superficie completamente pareja y tiene unos sitios donde pueden generar charcos, por lo que es necesario hacer zanjas con tubos, ya sea en pvc u otro material, que tiene unos pequeños orificios por donde el agua se conduce y se filtra. Este es un proceso muy importante, pues si no se realiza adecuadamente puede generar lesiones al futbolista”, acota el profesor Asprilla.

Generalmente, en los campos profesionales para conseguir un buen drenaje se colocan los tubos en paralelo de 40 a 50 centímetros de profundidad en zanjas de 40 centímetros de ancho y separadas de dos a tres metros, sobre los cuales se pone un corrugado especial de tela geotextil para que la tierra no se mezcle con la grava, lo que aporta a alargar la vida útil del césped.

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Orlando Alfonso encargado demarcación canchas Escuela Colombiana de Ingeniería/Foto: Yaneth Jiménez M

Demarcación

Pero la cancha, la cancha profesional, no sería la cancha sin la demarcación de cada una de sus líneas, una labor que Orlando Alfonso, el encargado de demarcación y mantenimiento de los campos deportivos de la Escuela Colombiana de Ingeniería, conoce muy bien y que desempeña desde hace 18 años.

“Para la demarcación utilizo una máquina tipo fumigadora como las que se usan en el campo, en la cual mezclo la pintura de vinilo con agua, la “rebajo” y la filtro para darle el tono que se requiere y así poder aplicarla al césped. Y el proceso lo hago con base en unos datos suministrados con anterioridad sobre las medidas y la textura que debe tener. Para una cancha de 100 metros por 70 me puedo demorar mediodía demarcándola o si la cancha ya ha sido pintada, el retoque puede demorarse unas dos horas”, explica Orlando Alfonso.

Es de tener presente que sobre el campo de juego se dibujan varias líneas: las más largas que se denominan líneas de banda, las más cortas que se llaman líneas de meta, y las líneas de mitad del campo, las cuales tienen todas un ancho máximo de 12 centímetros, siendo 10 centímetros el promedio.

Luego de estos procesos, la cancha, ese tapete verde, ese rectángulo sagrado queda listo para un nuevo encuentro, un nuevo encuentro colmado de pasiones.

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