Los cinco nadadores paralímpicos santandereanos que estarán con la delegación colombiana en Tokio 2020 disfrutaron de una manera particular el último día de preparación en la piscina de su tierra natal. Esta es una crónica previo al viaje hacia el país del sol naciente.
Moisés Fuentes García, Miguel Ángel Rincón, Carlos Daniel Serrano, Nelson Crispin y Brayan Triana son los cinco santandereanos que harán parte de la delegación colombiana paralímpica que competirá en Tokio 2020 a partir del martes 24 de agosto.
El pasado lunes 19 de julio tuvieron su último gran entrenamiento de preparación en las piscinas de la Villa Olímpica ‘Alfonso López’ en su ciudad, Bucaramanga.
Mientras calentaban y estiraban sus músculos, la conversación giraba en torno a una sola cosa: la piscina del Centro Acuático de Tokio, en donde competirán por medallas.
Una vez, dentro de sus respectivos carriles, y después de cumplir con la primera parte del entrenamiento que les planificaron sus entrenadores Luis Carlos Calderón y William David Jiménez, las palabras se cambiaron por fuertes suspiros que advertían el esfuerzo realizado.
Cuatro por cien combinados, cuatro por cincuenta en mariposa con aleta y cuatro por cincuenta en modalidad libre con plaquetas, fue la primera parte del ejercicio.
“Y eso que ya les estoy disminuyendo cargas porque la competencia está aquí no más a la vuelta de la esquina”, aseguró Calderón, entrenador de la selección Colombia de natación paralímpica.
Con una cuerda elástica de 25 metros de ancho que en uno de sus extremos tiene un cinturón para amarrarse al cuerpo, cada uno debía nadar, y desde el extremo opuesto, su compañero debía halarlo en la misma dirección. Según explicó el entrenador, al sentir mayor impulso, el cuerpo se acostumbra a una velocidad mayor en competencia.
“Y eso es lo que queremos en ellos, que se sientan en confianza de nadar lo más rápido posible", indicó William Jiménez.
Completado el segundo entrenamiento y la liberación de las cargas dentro del agua, los rostros cansados vuelven a alegrarse. Culminada la jornada, quedan claras las ganas e intenciones de cada uno en los próximo paralímpicos y vuelven a vestirse.
Los deportistas
Brayan Triana, que competirá únicamente en la modalidad 100 metros pecho por tercera vez en una paralimpiada, agarra su bastón guía justo donde lo había dejado como si a pesar de su problema de caída de las retinas aún pudiera ver.
El cinco veces paralímpico, dos bronces y una plata, Moisés Fuentes, que competirá en la misma modalidad, pero diferente categoría, con un poco de ayuda se reacomoda en su silla de ruedas, en la que ha estado sentado desde 1996 cuando seis tiros en su espalda le impidieron volver a caminar.
Lo mismo hace Miguel Ángel Rincón, que de inmediato agarra su celular y se cuelga en sus orejas los audífonos. Para él, Tokio 2020 será su primera participación en unos paralímpicos, certamen en el que competirá en 200 metros libre, 20 metros mariposa y 100 metros pecho, y certamen con el que empezó a soñar desde que tenía 8 años –hoy tiene 23– cuando perdió la movilidad de sus piernas por una bala que él mismo disparó, sin saberlo, en su estómago.
Carlos Daniel Serrano, que ya acumula en su pecho un oro, una plata y un bronce en Río 2016, viajará con el propósito de divertirse, pero también devolverse con oro a más no poder. Él competirá en 100 metros pecho, 200 metros combinado, 20 metros mariposa y 50 metros libre. Sin embargo, él no es el que más competencias tendrá.
Nelson Crispin disputará hasta siete medallas paralímpicas en las modalidades 50 metros libre, 100 metros libre, 400 metros libre, 100 metros espalda, 100 metros pecho, 200 metros combinado y 100 metros espalda.
Entre bromas y chanzas sobre sus mismas discapacidades, todos salen del complejo deportivo rumbo a sus casas. Pocas horas después estarán embarcando un avión rumbo a Palmira, Valle del Cauca, en donde se concentrará el equipo colombiano. El 16 de agosto tomarán el avión que después de algunas escalas los llevará al otro lado del mundo.