La etnoeducación consiste en visibilizar la diversidad cultural con la que cuentan los países, en este caso, en Colombia surge en los años 70, cuando se origina el término de etnodesarrollo. Así mismo es un compromiso que invita a que desde el aula de clase se prioricen aprendizajes culturales en términos de oralidad, prácticas artesanales, musicales, cosmovisión de pueblos tanto de afros, indígenas y otras etnias de nuestro país, según explica María Camila Bernal, profesional especializada en desarrollo humano enfocado hacia la justicia social.
Debido a la riqueza y diversidad étnica y cultural, del país se vincula la etnoeducación en el marco normativo de Colombia, teniendo en cuenta que el 13,6% de la población colombiana pertenece a comunidades étnicas, donde se encuentra población negra, afrocolombiana, raizal, palenquera, rom o gitana e indígena (DANE). De hecho, en la Constitución del 91 se reconoce que somos un país pluriétnico y multicultural, lo cual conlleva a que las entidades de nivel nacional como territorial, fortalezcan la autonomía de los diversos pueblos y que se generen modelos educativos acordes a la forma de vida y saberes de las comunidades étnicas del país.
En el marco de la diversidad los retos de una educación incluyente son amplios. Por eso, el Ministerio de Educación Nacional define la Etnoeducación como “la educación que se ofrece a grupos o comunidades que integran la nacionalidad y que poseen una cultura, una lengua, unas tradiciones y unos fueros propios y autóctonos".
En Colombia, los primeros antecedentes son del año 92 con la cátedra afrocolombiana, la cual integró en ese momento a comunidades raizales, palenqueras y afro pero no vinculó a las comunidades indígenas. Sin embargo, a pesar de que existe un marco normativo constitucional y se cobija además en la Ley 115 del Ministerio de Educación, aún la implementación es muy incipiente, pues esta regulación resalta que la etnoeducación debe ser dirigida a los estudiantes de todas las instituciones educativas del país para que en su desarrollo humano tengan un contacto cercano con la diversidad y de esta manera apropien la riqueza cultural y ancestral, y además promuevan el respeto y reconocimiento de los derechos de estas comunidades étnicas, lo anterior se fundamenta en otros decretos posteriores que indican que debe ser para todos los estudiantes del territorio colombiano.
Una experiencia etnoeducativa significativa en el país es la estrategia pedagógica que Yasmin Salas, magister en Educación Intercultural e indígena Nasa de Tierradentro, Cauca, hizo en la casa de pensadores de la Comunidad Nasa del Cauca de la Secretaría de Integración Social, que consistió en el desarrollo de un proyecto pedagógico con niños y niñas de primera infancia enfocado en la siembra del maíz, donde abordaron temas como el calendario lunar, cuidado y riego de las plantas; además, se trabajó en el reconocimiento del maíz como alimento propio de los pueblos originarios a través de la preparación de mute, chiche de maíz y arepas.
Salas indica que se desarrollaron aprendizajes sobre las festividades propias de esta comunidad y otros temas adicionales. Todos estos conocimientos se trabajaron desde la sabiduría de los mayores y es un proceso propio que permite a los niños y niñas el autoconocimiento y fortalecimiento de la identidad étnica y cultural de su comunidad.
Resalta que en este proceso etnoeducativo también participaron niños y niñas que no hacían parte de la comunidad Nasa, lo que permite a las familias conocer los saberes ancestrales y valorar la riqueza cultural, social y la cosmovisión de las comunidades étnicas de nuestro país.
Sin embargo, Bernal señala que es importante superar algunas dificultades en la implementación de la etnoeducación:
• Definir un parámetro de docentes de etnoeducación en relación con la cantidad de estudiantes, esto indica que debe existir un número de estudiantes de comunidades étnicas en el colegio para que se vincule un etnoeducador, los cuales son docentes especializados en conocimientos étnicos, lo que va en contravía del objetivo de etnoeducación para todos y todas.
• Aumentar la cantidad de docentes formados en etnoeducación en el país, lo que dificulta que todas las instituciones educativas puedan ofrecer la cátedra de etnoeducación.
• Baja oferta de parte de las universidades nacionales de programas de pregrado y posgrado en etnoeducación, igualmente en la mayoría de licenciaturas no se contempla una cátedra en conocimientos étnicos.
Y los retos, que según la experta se podrían proponer para fortalecer la etnoeducación son:
• Implementar el enfoque étnico en todos los programas de formación en licenciaturas del país, con el objetivo de que estos nuevos docentes cuenten con conocimientos especializados en etnoeducación.
• Vincular a los Proyectos Educativos Institucionales – PEI, la etnoeducación como una propuesta transversal, que permita que las comunidades educativas apropien y reconozcan como patrimonio del país la riqueza de nuestras comunidades étnicas, desde la diversidad y el aporte histórico a la humanidad.
• Trabajo intersectorial con enfoque de etnodesarrollo, es decir, reconociendo el aporte histórico desde los ámbitos ambientales, sociales, culturales y económicos de las comunidades étnicas al país.
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