Tropisabores del Caribe S.A.S es una empresa pequeña, creada por los hermanos Manga González nacidos en Pivijay, Magdalena, la cual se dedica a la producción y comercialización de pulpas y sodas a base de diversas frutas típicas de la región caribe como el tamarindo, el mango y la maracuyá; sin embargo, el corozo, ha sido la fruta insignia de este emprendimiento constituido durante la pandemia del Covid 19.
“En 2021 decidimos dar vida a este sueño. Comenzamos vendiendo casa por casa y dando a conocer nuestro producto. Cuando viví en Bogotá, me di cuenta de lo difícil que era encontrar frutas como el corozo. Vimos una oportunidad de aprovechar esta fruta exótica, adquirida directamente de los agricultores, y comercializar a nivel nacional en un envase accesible para todos", expresó Daniel Manga.
Fueron largos meses, en los que los hermanos, dedicaban parte de su tiempo a estudiar el movimiento de los mercados, las preferencias y potencialidades de las frutas que se cultivan en Magdalena.
“Fue un proceso muy largo de desarrollo del producto, de indagar sobre el cómo lo haríamos, de buscar clientes y distribuidores y así, con todo el esfuerzo y dedicación nació Tropisabores del Caribe”, agregó.
Ha sido tanto el éxito que han tenido estos jóvenes emprendedores, que hoy, lograron cerrar su primer acuerdo de ventas, para que sus productos sean comercializados a través de un supermercado a nivel nacional, que tiene presencia en todo el país.
“No fue un proceso fácil, ha sido un trayecto largo, de varios años; donde nos tocó además de estandarizar procesos, buscar toda la documentación reglamentaria y permisos sanitarios, demostrar que el producto sí era bueno y de calidad; que contábamos con todas las capacidades físicas y técnicas para hacerlo. ¡No fue sencillo!, pero ha valido la pena, pues nuestros productos a base de corozo, ahora pueden encontrarlos en muchos rincones del país”, agregó Daniel.
Sin embargo, según los hermanos Manga, este ha sido un logro que fue posible, gracias al apoyo de la Universidad del Magdalena y el Fondo Emprender SENA.
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“Nos enteramos de una convocatoria cerrada para estudiantes y egresados de la Universidad, vimos esa oportunidad y ha sido una gran ayuda porque ahora realizamos todo con tecnología de punta para que nuestros clientes y consumidores puedan confiar en nosotros”, afirma Sebastián Manga.
Gracias al beneficio recibido, lograron adquirir máquinas para industrializar el proceso como una envasadora de líquidos, una dosificadora, un cuarto frío para almacenamiento del producto, entre otros, logrando optimizar la producción.
Además, la Unimagdalena los apoyó con la realización de los exámenes físico-químicos para los productos, las tablas nutricionales, y la implementación de la marca.
“El futuro para que los jóvenes desarrollemos el potencial económico del Magdalena está en esas alianzas público-privadas, pues somos potencialmente generadores de empleo en las regiones”, puntualizó, Daniel Manga.
En su planta de procesamiento ubicada en Pivijay y con más de ocho empleados, actualmente se dedican a la producción, lavado, cocción y despulpado del corozo.
Estos jóvenes soñadores, se visionan como una empresa más grande, que permita generar más empleo y ser potencializadores de la economía del municipio y sus alrededores.
“Esperamos llevar este producto a otros países y demostrar que se puede emprender. Esta es una planta muy orgánica, natural y única en la región porque conserva siempre el sabor de las frutas”, concluyeron.