La docente investigadora Lorena Salazar Gámez, del programa de Ingeniería Civil de la Universidad Mariana en Pasto, lidera un grupo de trabajo que realizó el estudio para investigar la causa de la muerte de la totora, una planta característica de lagos y esteros en Suramérica.
La totora desempeña un papel vital en la protección del suelo de las orillas del lago, la purificación del agua y el refugio de la fauna silvestre, así como el anidamiento de aves migratorias en la laguna de La Cocha. El deterioro de la totora ha llamado la atención de la comunidad local y ha llevado a los científicos a analizar la calidad del agua en busca de posibles causas.
Los resultados preliminares del muestreo determinan que la calidad del agua se mantiene normal, acorde a una laguna de alta montaña, según la docente, pero explica otros hallazgos: “Encontramos unos elevados índices de actividad biológica y eutrofización, es decir la cantidad de materia biológica como algas, clorofila e invertebrados lo que en un segundo momento puede producir la descomposición del agua”.
La eutrofización se refiere al exceso de nutrientes en el agua, como el nitrógeno y el fósforo, que provienen principalmente de actividades humanas. Estos altos niveles de actividad biológica podrían llevar a la descomposición del agua y estar afectando la salud de la totora.
Un estudio realizado en el año 2020 arrojó que la laguna estaba en estado oligotrófico, es decir con pocos nutrientes, pero este reciente estudio iniciado solo dos años más tarde enciende las alarmas.
“En este reciente estudio encontramos gran contenido de algas en los suelos lo que llama la atención de manera muy grave y es posible que esa actividad biológica haya llevado a que se produzcan hongos o microorganismos que estén afectando a la totora”, afirma la investigadora, Lorena Salazar Gámez.
Estos hallazgos no son concluyentes por lo que se inició un nuevo estudio para evaluar los lodos, nuevamente la calidad del agua y la totora directamente.
Además de los factores relacionados con la calidad del agua, varios contribuyen al estado de degradación de la laguna de La Cocha, según la subdirectora de Conocimiento y Evaluación Ambiental de Corponariño, la entidad encargada de vigilar y controlar el humedal Ramsar, María Natalia Moreno Santander:
“El desarrollo demográfico asociado al turismo, la construcción de viviendas alrededor del lago y el vertimiento de residuos tanto de las viviendas como de la explotación de la trucha arcoíris y el carboneo son algunos de los factores de riesgo”, puntualizó Moreno.
Corponariño como autoridad ambiental ha venido realizando diversas actividades para minimizar el impacto en este ecosistema de páramos azonales como el control al vertimiento del eviscerado de la trucha, afirma la funcionaria.
“Aquellos usuarios que cuentan con el permiso de vertimiento, que son legalizados por la autoridad ambiental, cuentan con las plantas de tratamiento de agua residuales para garantizar que sus vertimientos sean tratados y dispuestos de manera adecuada”.
También se adelanta por parte de la corporación autónoma el Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico de La Laguna de la Cocha, que en su etapa de formulación tiene una inversión cercana a los $1.200 millones de pesos. Este plan definirá la condición ambiental del espejo de agua y la calidad del agua. De acuerdo a ese diagnóstico se plantean diversos escenarios frente al desarrollo demográfico, la producción de trucha, el carboneo, y sus posibles soluciones.
Además, una comisión noruega trabaja en la actualización del estudio de capacidad de carga para el cultivo de trucha y otros factores de riesgo.
Según el presidente de la Corporación Salvemos el Humedal Ramsar La Cocha, Francisco Javier Aranguren, la capacidad de carga de las jaulas de cultivo de trucha ha excedido sus límites de manera incontrolable.
“Corponariño dio demasiadas licencias de producción de trucha sin tener en cuenta la capacidad del lago y esa situación debe ser controlada desde ya”, explicó Aranguren.
La comunidad local también está tomando acciones para la conservación de la laguna, con la existencia de 48 reservas de la sociedad civil que realizan actividades de conservación de manera autónoma. Asimismo, se está planificando un congreso internacional para el mes de junio, donde se espera que todos los actores involucrados en la protección del lago, junto con las entidades territoriales y la autoridad ambiental, trabajen en conjunto para desarrollar un plan de acción que evite la degradación del humedal.