La cápsula espacial Orion de la NASA amerizó el domingo en el Pacífico, completando la misión Artemis 1, un viaje de más de 25 días alrededor de la Luna con el objetivo de que los humanos regresen allí en solo unos años.
El amerizaje tuvo lugar frente a la isla mexicana de Guadalupe a las 17H40 GMT (09H40 hora local).
"Este día marca un gran logro para la NASA, Estados Unidos, nuestros socios internacionales y toda la humanidad", dijo el jefe de la agencia espacial estadounidense, Bill Nelson, en un comunicado de prensa.
La cápsula, que no llevaba astronautas a bordo, reingresó en la atmósfera terrestre a una velocidad de 40.000 km/h y debió soportar un calor de 2.800 grados centígrados, la mitad de la temperatura de la superficie del Sol.
El principal objetivo de la misión era probar el escudo térmico de Orión, que con sus 5 metros de diámetro es el mayor jamás construido.
El vertiginoso descenso de la nave espacial fue frenado primero por la atmósfera y luego por al menos once paracaídas, hasta alcanzar una velocidad de unos 30 km/h al tocar el agua.
"Tuvimos un amerizaje absolutamente perfecto", dijo Melissa Jones, encargada de las operaciones de recuperación de la NASA.
Poco después, helicópteros sobrevolaron la nave espacial, que no mostraba daños aparentes. Orion debía ser dejada unas dos horas en el agua, mucho más tiempo del que se hubiera destinado con astronautas a bordo, con el fin de recopilar información, fundamentalmente sobre el calor inducido al interior.
Luego, buzos le conectarán cables a Orion para subirla al USS Portland, un buque de transporte anfibio cuya parte trasera estará parcialmente sumergida. A continuación, se bombeará el agua, lo que permitirá depositar lentamente la cápsula sobre una plataforma especialmente diseñada para sostenerla.
La operación debía durar entre cuatro y seis horas desde el momento del amerizaje.
El USS Portland se dirigirá luego a San Diego, California, donde la cápsula se descargará en los próximos días.
- 2,2 millones de kilómetros -
El éxito de esta misión era crucial para la NASA, que ha invertido decenas de miles de millones de dólares en el programa estadounidense para regresar a la Luna, Artemis.
Además de llevar humanos a la Luna, otro de sus objetivos es preparar un futuro viaje a Marte.
En 2014 se había realizado una primera prueba de la cápsula, pero entonces no había salido de la órbita terrestre, y por tanto había entrado en la atmósfera más lentamente (a unos 32.000 km/h).
Orion recorrió más de 2,2 millones de kilómetros en el espacio desde su despegue el pasado 16 de noviembre durante el primer vuelo del nuevo megacohete de la NASA, el SLS, que la propulsó.
Las nave sobrevoló la Luna a unos 130 kilómetros de su superficie y se aventuró a más de 430.000 kilómetros de la Tierra, más lejos que cualquier otra nave espacial hasta el momento.
- Artemis 2 y 3 -
Recuperar la cápsula le permitirá a NASA reunir datos cruciales para futuras misiones.
Le proporcionará información sobre el estado de la nave luego del vuelo, pero también sobre las aceleraciones y vibraciones sufridas, y sobre el desempeño de un chaleco que llevó un maniquí dentro de la cápsula para probar la protección que tendría un humano frente a la radiación durante un viaje espacial.
Algunos componentes de la cápsula se prevé que se reutilicen en la misión Artemis 2, que ya está en etapas avanzadas de planificación.
Esta segunda misión, prevista para 2024, llevará una tripulación a la Luna, aunque sin alunizar. Se espera que la NASA anuncie los nombres de los astronautas elegidos muy pronto.
Artemis 3, prevista oficialmente para 2025, alunizará por primera vez una nave espacial en el polo sur de la Luna, donde hay agua en forma de hielo.
Solo doce hombres, todos blancos, han pisado la superficie lunar en las misiones Apolo, la última de ellas en 1972, hace 50 años.
El programa Artemis proyecta enviar una mujer y una persona no blanca por primera vez a la Luna.
El objetivo de la NASA es establecer una presencia permanente en la Luna, con una base en su superficie y una estación espacial en su órbita.
Aprender a vivir en la Luna permitiría probar todas la tecnología necesaria para un viaje de varios años a Marte, posiblemente a finales de la década de 2030.
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