La justicia brasileña continuará este viernes la votación que podría dejar al expresidente Jair Bolsonaro inelegible durante ocho años si es hallado culpable de abuso de poder por desinformar sobre el sistema electoral antes de su derrota frente al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
De los siete jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE), tres ya votaron a favor y uno en contra de la condena de Bolsonaro por haber cuestionado las urnas electrónicas en Brasil durante una reunión con embajadores en julio de 2022.
El veredicto se debe definir por mayoría del pleno (al menos 4 de 7 votos).
Durante la tercera sesión del juicio este jueves, suspendida después de cuatro horas hasta el viernes, Bolsonaro viajó desde la capital, Brasilia, a Rio de Janeiro (sureste).
"Lamentablemente hablar de vacuna, de voto, de urna (...) pasó a ser crimen", dijo el expresidente a la prensa al llegar a Rio en relación al juicio.
Antes de su viaje, Bolsonaro defendió nuevamente su inocencia. "No cometí ningún delito al reunirme con embajadores. Querer quitarme los derechos políticos por abuso de poder político es inexplicable", sostuvo.
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Incitación a la "paranoia colectiva"
El caso se centra en un evento con diplomáticos organizado por Bolsonaro en la residencia presidencial de la Alvorada, en el que aseguró presuntamente sin pruebas que buscaba "corregir fallas" del sistema de urnas electrónicas con la "participación de las Fuerzas Armadas".
En su discurso, transmitido por la red pública de TV y las redes sociales, este excapitán del Ejército (1964-1985), dijo que la supuesta vulnerabilidad del sistema podía servir para manipular el resultado electoral en su contra, algo que repitió en numerosas ocasiones durante la campaña electoral contra Lula, hoy presidente de los brasileros.
"¿Qué puede ser más grave para un jefe de Estado que, con objetivos electorales, movilizar el aparato de la República para transmitir intencionadamente la idea de que las elecciones brasileñas no son limpias?", dijo el magistrado Floriano Marques, que votó a favor de una condena.
En cambio, su colega Raul Araújo votó por la absolución de Bolsonaro al considerar que "la intensidad del comportamiento no fue tal para justificar la medida extrema de la inelegibilidad".
El juez instructor del caso, Benedito Gonçalves, fue el primero en votar en la sesión del martes.
En su exposición, lamentó "el discurso violento y mentiras" que pusieron "en jaque la credibilidad de la justicia electoral", y dijo que la reunión con los diplomáticos "sirvió para incitar un estado de paranoia colectiva" sobre el sistema electoral.
Consecuencias para Bolsonaro
El abogado de Bolsonaro, Tarcisio Vieira, anticipó que en caso de condena, recurrirá la decisión ante la Corte Suprema. Una inhabilitación política dejaría a Bolsonaro, de 68 años, fuera de las próximas elecciones presidenciales en 2026.
"No soy un expresidente normal, soy un expresidente del que el pueblo ya tiene nostalgia, tenemos el potencial de ganar las elecciones", dijo el jueves en Rio.
Prácticamente la mitad de brasileños votaron por el expresidente en la segunda vuelta de las elecciones de octubre.
Tras la derrota, seguidores de Bolsonaro promovieron cortes en centenares de carreteras y acamparon frente a cuarteles de todo el país pidiendo una intervención militar.
El 8 de enero, una semana después de la investidura de Lula, miles de bolsonaristas concentrados en Brasilia invadieron y saquearon los edificios de la Presidencia, del Congreso y del Supremo Tribunal Federal (STF, máxima corte).
Bolsonaro se hallaba entonces en Estados Unidos, donde permaneció tres meses, hasta finales de marzo. Una condena del TSE puede ser el primero de una serie de reveses judiciales del exmandatario, que enfrenta más de una decena de procesos administrativos en el tribunal electoral.
Además es objeto de cinco investigaciones en el STF, con penas susceptibles de prisión, incluyendo una por su presunto papel como autor intelectual del asalto a las instituciones en Brasilia.