La llegada de las Emisoras de Paz a territorios históricamente azotados por el conflicto armado en Colombia ha significado una nueva ventana hacia la paz y una posibilidad, sin antecedentes, de escuchar las voces de la gente, de la comunidad invisibilizada por los sonidos de la guerra misma.
Luego de la firma del Acuerdo de Paz, las perspectivas cambiaron, en particular, para los ciudadanos rurales en cuya geografía el impacto de la violencia dejó una huella de muerte y desesperanza. Tras los múltiples logros que trajo el pacto, uno de ellos, muy importante, fue la entrada al aire de las Emisoras de Paz porque de inmediato se convirtieron en vehículos para la paz y la reconciliación.
Así lo destacó Carlos Enrique Corredor, docente del Departamento de Ciencias Económicas de la Universidad del Cauca, doctor en Antropología y profesor de la misma institución de la Maestría en Estudios Interdisciplinarios del Desarrollo.
“Pensamos que la paz es un acuerdo entre dos actores y olvidamos que también se trata de darle la voz a la gente. Implica escucharlos y comunicar de manera eficaz. Las emisoras tienen esa vital función: no sólo la de explicar en qué consistió el acuerdo, sino de darle la palabra a esas comunidades para entender sus concepciones sobre la construcción de paz”, consideró el académico.
A juicio de Corredor, el papel de la comunicación para la paz, en un país permeado por la guerra, posibilita evidenciar las realidades de los territorios rurales donde las dinámicas de trabajo colectivo son un buen ejemplo para el resto de la sociedad nacional.
“Porque eso le da sentido y significado a esos pequeños ejercicios que la gente hace en sus contextos locales. Esa es una posibilidad crucial ya que los ciudadanos pueden contar lo que hacen y mostrarlo al país. Eso se constituye en un espacio de esperanza que dignifica a la comunidad. Una alternativa que antes no tenían”, afirmó Corredor.
Y es que, según el docente universitario, las Emisoras de Paz se han convertido en un puente ideal para conocer el concepto que las víctimas del conflicto y demás expresiones sociales tienen acerca de la paz territorial.
“Hay esfuerzos fundamentales desde la vida comunitaria, trabajos incansables hacia la conservación de la vida misma”, resaltó el académico, al acotar relevante, el rol que cumplen las radiodifusoras de paz.
Y añadió que “en los territorios las realidades son contrastantes respecto a las que se viven las grandes ciudades capitales del país, razón por la cual, las emisoras ayudan a entender la trascendencia de la ruralidad y los caminos de reparación para sus habitantes. En sus espacios escuchamos procesos, organizaciones y líderes que nos enseñan a construir una sociedad en medio de la precariedad y diversidad del mundo rural”, expresó el Dr. Corredor.
“Las emisoras de paz impiden que la guerra destruya la esperanza”
Antonio Pardo, integrante de la Mesa Nacional del Café y firmante de paz, consideró que el trabajo de las Emisoras de Paz va más allá del rol difusor. Para este reconocido líder del suroccidente colombiano, “envían mensajes certeros para avanzar en la construcción de la paz, precisamente en esos territorios dónde, aún hoy, hay presencia de nuevos actores armados”.
En esa perspectiva, acotó que uno de los valores agregados de estos medios territoriales es que en las zonas donde se encuentran instalados, la ciudadanía los considera valiosos porque tienen un canal de difusión al alcance.
“Aunque tristemente hoy la guerra le está haciendo una mala pasada a las comunidades de varios departamentos del país, justo ahí radica la importancia de estas estaciones de radio y los mensajes esperanzadores que a través de ellas se emiten. Ese ejercicio es muy importante y por eso deben continuar y mantenerse, incluso se debe crear más Emisoras de Paz en todo el país”, resaltó Pardo.
Anotó que la radio para la paz es un concepto trascendente entendiendo que Colombia ha sido un país sometido a la guerra y por eso resaltó el papel de las ondas radiales y de los equipos periodísticos que perviven en los territorios en la consolidación de la paz.
“Cada día van construyendo paz, abordando temáticas de reconciliación, memoria y reparación. Aun estando en medio de las adversidades que les pueden ocasionar los actores armados, se mantienen en la tarea y avanzan sin temor”.
En esa medida, Antonio Pardo insistió en que “no se puede ceder ni un centímetro en la construcción de la paz. Ni siquiera es una apuesta para un solo sector, es una apuesta de país para nuestros hijos. Por eso hay una gran responsabilidad, un reto de seguir avanzando y no perder el impulso. La guerra no puede volver nunca más”, concluyó.
“Las Emisoras de Paz significan mucho para los movimientos sociales”
Jonathan Centeno, vocero del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (Pupsoc), expresó que la creación de las emisoras ya es un avance importante en la concreción de aspectos puntuales del Acuerdo de Paz.
Explicó, en esa medida, que “a través de estas emisoras sentimos garantías para visibilizar nuestras apuestas territoriales y para expresar libremente nuestras políticas sociales. Así mismo para expresar nuestras opiniones. Eso significa mucho para el movimiento social porque podemos elevar nuestras voces y plantear nuestras agendas temáticas”.
Centeno añadió que las Emisoras de Paz, con cada contenido difundido y con el poder de la radio en las comunidades, genera debates importantes para el país y ayudan a alimentar la democracia.
“Además se encuentran en zonas históricamente excluidas, pero con ellas, ahora sus habitantes pueden elevar la voz de las mujeres y la población vulnerable. Permiten hablar en esos territorios olvidados y hablar de la reconciliación. De tramitar nuestros conflictos de otra manera y no bajo la ley de la violencia, como se nos ha impuesto”, subrayó.
El líder social exaltó, igualmente, la relevancia de los temas abordados en cada espacio radial y la alternativa que representan las Emisoras de Paz frente a las agendas editoriales de medios tradicionales del país.
“Siempre hemos vivido en un país en donde la comunicación va en un solo sentido, pero en estas emisoras, hay participación desde nuestros propios lenguajes, nuestras realidades y los conceptos que tenemos del país, desde el territorio. Nos permiten confrontar los mensajes que envían los grandes medios de comunicación y contrastarlos”, añadió.