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‘The Music Home’, un sueño de música y paz en Ocaña, Norte de Santander

En Ocaña, Norte de Santander, hay una casa dedicada a la formación musical. Entre baterías, guitarras y ukeleles van construyendo un nuevo espacio para promover arte y paz
Escuela de música ‘The Music Home’: un sueño de paz en Ocaña
Anthony Pacheco

Madelin Rodríguez y Miguel Johan Romero son dos artistas ocañeros que desde el año 2001 unieron sus vidas por una pasión: la música. Miguel era el baterista de una banda de rock en la que estaba Félix, hermano de Madelin, y desde ahí, como él mismo manifiesta, “hubo amor a primera música”. Este deseo de encontrar en el arte una herramienta para construir sociedad, los ha llevado por 21 años a luchar por un sueño que se materializó en 2019.

“Mi deseo siempre era transmitir el conocimiento que he adquirido con mucho esfuerzo, siempre se me ha dado esa facilidad de poder expresarlo, fue un proceso bastante largo y siempre tuve esa esperanza de poder tener algún día mis propios estudiantes. Se me dio la oportunidad en Bellas Artes (Escuela de artes en Ocaña) de armar un taller libre y ahí comencé mi carrera, metiéndome más profundamente en el instrumento y también en la parte pedagógica, quise hacer algo más independiente, tomé la decisión y dije: ¡vamos a hacerlo!”, afirma Miguel.

El concepto que “del arte no se vive” perseguía a esta pareja de músicos. Madelin recuerda que en varias ocasiones no recibió buenos comentarios.

“La gente tiene esa esa creencia y me lo dicen todavía. Al principio fue un choque porque me decían todo el tiempo “no les va a ir bien”, tuve muchos problemas por eso, pero también fue un proceso mostrarles que estaban equivocados y creo que cuando se hacen las cosas bien y con amor, se tienen bonitos resultados como lo hemos tenido hasta ahora”, puntualizó.

Ahora son papás de Ángel y Victoria, quienes crecieron en este ambiente musical. Miguel tiene muy claro que la llegada de sus dos hijos fueron la pieza que faltaba para proyectar sus sueños.

“Tener los hijos fue el motor que encendió la chispa de la música, y ahí fue donde dije que la música va a ser mi vida y va a mantener mi hogar, mejor dicho, mi hogar es música y por eso decidimos nombrar al proyecto ‘The music home’”, señala.


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Un giro inesperado

A medida que llegaban los estudiantes, también se iban enfrentando a otras pruebas, pues ya el concepto de la escuela como sustento cambiaba. Entender y canalizar las diferentes emociones de sus estudiantes y ensañarlos a convivir, fue la clave para darse cuenta que esteban construyendo unos escenarios de paz.

“Aparte de lo musical, es un encuentro muy bonito con los niños en los cuales se aprende acerca del comportamiento de ellos y de cómo llevar a cabo esos talentos que tienen”, resalta Miguel.

Por otra parte, Madelin dice que “también con los papás se ha podido llegar a tener una integración, donde ellos también nos dan las opciones y ayudas que a veces necesitamos, ha sido bonito este proceso porque hemos estado todos integrados”.

Honestidad, respeto y disciplina son los principios que rigen la casa musical que busca, como él mismo Miguel manifiesta, “crear un tejido entre todos nosotros: la escuela, los estudiantes y los padres de familia, es como un laboratorio que se va creando entre nosotros y la sociedad”.

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Son cerca de 30 estudiantes quienes reciben formación musical en ‘The music home’. Tal es el reconocimiento del trabajo que realizan la profe Made y el profe Migue, como cariñosamente los llaman, que ya están recibiendo niños con capacidades diversas, pero sienten que debe crecer aún más y por eso ya tienen una nueva apuesta.

“Mi deseo es no solamente darle la oportunidad a los que tienen el privilegio de estudiar música, sino también esas personas que no tienen el recurso, que han tenido conflictos, problemas por la violencia, que vienen del campo, personas que vienen con otro tipo de situaciones; la idea es brindar, de manera gratuita, con apoyo del gobierno, la oportunidad para que los niños hagan parte del proceso de formación, tanto en lo musical como en lo humano, y construir paz a través de la música”, afirma Miguel.

Mientras los redobles de los tambores y las vibraciones de las cuerdas marcan el compás del cambio para los niños y jóvenes que hacen parte de esta familia musical, sus mentores siguen trabajando para crecer y ampliar su campo de acción, ya que la idea es cambiar muchas vidas, así como cambió la de la pareja de músicos.

Para Madelin, ‘The Music Home’ ha tenido un antes y un después, reflexiona sobre el cambio que tuvo su vida en todos los aspectos gracias a la escuela. A pesar del paso del tiempo, considera que apenas están empezando, y “espero que sea por mucho tiempo y que sea del gusto de todos, que podamos llenar espacios y que todos se sientan muy a gusto”, concluyó Madelin.

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