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¿Cómo darle vida a una historia? Según el equipo de Relatos Amarillos

En este capítulo de Al Desnudo el equipo de Relatos Amarrillos se puso en la tarea de descifrar ¿cómo darle vida a una historia?
¿Qué es un podcast y cómo darle vida a una historia?
Foto: Unsplash
Édgar Pedraza - RTVCPlay

En 2016, el actor Kevin Spacey inauguró la conferencia especializada en emprendimiento y tecnología ‘Bits & Pretzels’, en Múnich, Alemania y, aunque mucha agua ha pasado por debajo del puente, una frase que dio durante su discurso puede resumir muy bien el significado de construir y darle vida a una historia: “Una buena historia puede tocar nuestro corazón. Una gran historia puede unirnos. Y una mala puede separarnos”.

Precisamente, en este capítulo de Al Desnudo el equipo de Relatos Amarrillos se puso en la tarea de descifrar ¿Cómo darle vida a una historia?, tomando como punto de partida el último capítulo del pódcast: ‘Tabla de Salvación’.

Dividir para crear

La historia central de este capítulo es la de Juan Pablo González quien, a través de varios hechos que marcaron su vida, fue perdiendo la fe y empezó una búsqueda para llenar su vacío espiritual. 

María Alejandra Roa, investigadora de este relato cuenta que por la dificultad del tema se decidió dividir la historia en fragmentos para que fuera más fácil de digerir.

"Esta historia tenía varios retos: uno es que Juan Pablo es un personaje muy común al que le pasó algo muy particular. Pero eso nos lleva a pensar en un tema muy trascendental, como el sentido de la vida. Entonces, eso era un poco denso. Para reducir la densidad, parte de lo que quisimos hacer fue dividir la historia en tres partes y contarla junto con Juan (director del pódcast) para procesarla tanto para los oyentes como para nosotros mismos", contó Roa.

Las historias necesitan mantener al oyente atrapado y con ganas de seguir escuchando, por lo que, para este capítulo el equipo decidió construir la historia de Juan Pablo dejando cada sección de la narración en punta, en un momento álgido que permite al oyente preguntarse ¿Qué pasa después?

"Partimos la historia y la dividimos en segmentos. Terminamos cada uno con una especie de curiosidad para el oyente. Juan Pablo se volvió ateo, rezando al Padre Nuestro, lo cual es algo inusual; luego, a Juan Pablo le dio leucemia y él pensó en suicidarse”, resalta Roa.

La investigadora recuerda también que al final optaron por narrar y dejar entrar al oyente a la privacidad de Juan Pablo y su vida cotidiana, solo con los sonidos y las voces de un momento íntimo pero muy diciente.

"Para cerrar la historia, queríamos mostrar la nueva normalidad, ¿verdad? La normalidad a la que llegó Juan Pablo, algo muy sencillo, que es cómo el sentido de la vida: se encuentra en las pequeñas acciones que hacemos, en las que disfrutamos y, sobre todo, en las que compartimos con otros. Esto conecta muy bien con la historia de Pedro.

Para este segmento, fuimos a la casa de Juan Pablo y grabamos una escena cotidiana. A él le gustan mucho los videojuegos y juega con la hija de su esposa y su esposa. Además, disfrutan de tomar café juntos. Esto le da una especie de textura a la última escena."

Sebastián Duque, investigador y escritor de Relatos, resalta que la historia toma vida gracias a que al dividirla se crean respiros, pausas que ayudan a que el oyente esté pendiente del relato y se enganche con otros.

"Es como si uno estuviera en un tren con un destino que hace paradas en algunas estaciones. Sentimos que estas paradas refrescan mucho la historia. Te cuento una, pero no toda, porque aquí entra otra historia que es buenísima. Tranquilo, que volvamos a la trama principal después de esto. Así, conseguimos aligerar la historia en sí misma, dividiéndola en tres partes y, al mismo tiempo, dándole un respiro."

Moldeando historias

Pedro explica que una de las claves para moldear la historia es el trabajo en grupo donde cada uno aporta ideas y, como dicen popularmente, “mete mano” a los relatos para darles un sentido único.

“Cada escritor tiene su propia manera de acercarse a las historias. Siempre me parece fascinante cuando, en un consejo de redacción, decimos: bueno, listo, esta historia la va a hacer María Alejandra, esta otra la hace Daniel, yo me encargaré de una, y Juan de la otra. Luego, escuchamos el capítulo para ver cuál es el enfoque de cada persona en esa historia que discutimos durante varios días, durante muchas horas”.


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Pero recuerda que a pesar de que todos tienen visiones diferentes, al final, logran mantener el espíritu del show y del capítulo en el resultado final, dándole la identidad que tiene Relatos Amarillos.

“Si bien cada uno aporta su toque personal, también mantiene el espíritu del espectáculo y el capítulo.

Encontramos en Relatos Amarillos una forma de unir todas esas perspectivas y contar la historia de manera coherente sin perder de vista el toque personal que aporta cada escritor y escritora”.

Eso solo se logra “a través de un acompañamiento casi colectivo de la historia. Desde que alguien tiene la idea, hasta que alguien la investiga y la escucha con feedback, es como si fuera una creación colectiva en la que todos contribuyen” y agregó que “Relatos Amarillos, a pesar de contar con muchos escritores invitados, el espectáculo tiene un corazón, un espíritu y un alma que construimos juntos durante horas y horas de trabajo”.

Hilando historias

Las historias en Relatos Amarillos son como pequeños pedazos de tela que deben coserse entre sí para darle forma a una pieza completa, pero coherente. 

Sebastián explica que al revisar cada historia se deben encontrar esos puntos en común que cohesionan todo:
“Propongo los temas funcionan como sombrillas o carpas que proporcionan un espacio de sombra, es decir, un lugar en el que se pueden ubicar varias historias que, aunque parezcan diferentes entre sí comparten algo por más sutil que sea. Se trata de abordar la misma temática desde distintas perspectivas”

“Abordar un anclaje temático es mirar un tema como si fuera un dado que tiene varias caras. Un tema puede ser ‘tablas de salvación’ o ‘inspiración’. En este sentido, uno puede decir, " busquemos una historia en la que la inspiración haya sido un factor crucial al principio de las circunstancias por las que va a atravesar nuestro personaje".

Luego, "al principio, busquemos otra en la que la inspiración es lo que saca a nuestro personaje de un problema". Y, finalmente, busquemos una historia de una persona que durante toda su vida nunca sintió que nada lo inspirara, hasta que pasó esto".

Así, vamos viendo cómo diferentes circunstancias en la vida de las personas pueden llevar a la inspiración.

Agrega, además: “De esa manera, podemos ir ensamblando esas historias y tener como costuras. Solemos decir en clase que todo encaja, pero uno debe tener unas buenas conexiones para que todo funcione. Uno debe tener una comprensión integral del tema que se quiere tratar, marcado con el estilo narrativo que tiene cada espectáculo, como en el caso de Relatos Amarillos, que es el que es”.

Sonido y tecnología como parte esencial de la historia

Contar y construir historias en Relatos Amarillos depende, en buena medida, a los sonidos y los aparatos de grabación con los que se trabaja, un recurso para darle vida a las historias y entregarles las características únicas de este formato.

Duque explica que en el caso de la historia de Pedro: “Mi conductor tiene depresión” -que se grabó en tiempo presente- tiene una ventaja y es la de poder usar el micrófono como una cámara de video.

“El uso del sonido ofrece muchos más elementos narrativos y sensoriales que un enfoque audiovisual o escrito.

Además, es más ágil en términos de producción, ya que no necesitas pasar por el proceso de elaboración visual, que, aunque es sublime, suele ser mucho más costoso que la producción de contenido auditivo. En resumen, el micrófono capta de manera efectiva las acciones que están ocurriendo, brindando una experiencia auditiva muy poderosa”.

Daniel Lizarazo, Investigador y realizador de Relatos Amarillos explicó que en el pódcast es necesario usar recursos más naturales, como los sonidos en vivo y grabaciones directas en el proceso de creación

“En Relatos Amarillos tratamos de evitar la artificialidad, es decir, construir escenas exclusivamente durante la postproducción. Aunque esta técnica es ampliamente utilizada en otros contextos y es efectiva, no se alinea completamente con nuestra visión en Relatos Amarillos. Por lo tanto, consideramos fundamental, por ejemplo, incorporar sonidos ambientales a nuestras historias. Sin embargo, no se trata únicamente de sonidos ambientales utilizados para contextualizar la narración, sino también de generar escenas en vivo”.

Resalta además: “Pedro y Sebastián tienen un enfoque muy natural para crear escenas en vivo, algo que no habíamos abordado con tanta determinación en Relatos Amarillos hasta ahora. Estamos empezando a explorar nuevas formas de contar historias, y la capacidad de crear escenas en vivo es vital. Estas escenas no solo impulsan la trama, sino que también aportan nuevas dimensiones a la percepción de los personajes”.

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