‘El cambio es con las mujeres’, señala el programa de gobierno planteado por el candidato Gustavo Petro. Una propuesta que, según se lee en el documento publicado por la campaña del líder del Pacto Histórico, busca “emprender las transformaciones para saldar la deuda en términos de representación política, igualdad y autonomía económica frente al hombre, el derecho a una vida libre de violencias, a decidir sobre sus cuerpos y a realizar un proyecto de vida próspero y autónomo”.
Para cumplir con este apostolado, Petro propone, entre otros, que el 50 % de los cargos públicos en todos los niveles sean ocupados por mujeres. La creación de un Sistema Nacional de Cuidado que reconozca, recompense y redistribuya el trabajo del cuidado. Un plan de choque para el desarrollo, prevención y eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres. Además, propone mejorar el goce de los derechos sexuales y reproductivos y la creación del Ministerio de la Igualdad.
Para Suelen Castiblanco, docente del programa de Negocios y Relaciones Internacionales de la Universidad de La Salle, de estas propuestas, una de la más destacada es la creación del Sistema Nacional de Cuidado puesto que implicaría visibilizar y atender varias de las desigualdades históricas que han enfrentado las mujeres.
“Este Sistema Nacional de Cuidado permitiría reconocer que las mujeres y los hogares son los principales proveedores de cuidados de niños, niñas, personas mayores y personas con discapacidad. Implicaría la construcción de espacios para distribuir las responsabilidades de cuidado, de forma tal que si las mujeres quieren trabajar puedan hacerlo sin necesidad de estar atadas al rol de cuidado, pero también que el Estado reconozca que la reproducción social, el sostenimiento de la vida, es una función importante y debe ser remunerada”, señala Castiblanco.
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De acuerdo con la docente, aunque desde hace varios años en Colombia funcionan sistemas distritales y están en construcción los municipales, estos han funcionado desarticuladamente y no existe un sistema nacional. “Con esta propuesta, Gustavo Petro se compromete a jalonar ese sistema nacional, a garantizar una remuneración para las mujeres que se dedican a los oficios del hogar, así como a asegurarles una pensión a aquellas mujeres que han dedicado toda su vida a las labores del hogar”, explica.
Y agrega que con esta agenda, Gustavo Petro permite pensar en un modelo económico más pensado en la sostenibilidad que en el crecimiento (económico).
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Frente a la garantía de los derechos sexuales y reproductivos, Castiblanco señala que Petro no se ha manifestado de manera contundente frente a la interrupción voluntaria del embarazo. “En la medida en que el candidato hizo un acuerdo con algunos sectores de diversas iglesias, no ha habido un pronunciamiento contundente sobre este tema, aunque es de esperar que su vicepresidenta sí esté a favor de garantizar este derecho para todas las mujeres”, señala la docente.
Uno de los elementos importantes en los que sí se ha manifestado el aspirante presidencial es estar a favor de la unión de parejas del mismo sexo, y su derecho a la adopción y a la seguridad social. Además de respaldar ejercicio libre de la sexualidad y la reducción de todas formas de violencia contra las mujeres y la población LGBITQ+, un tema que la agenda programática de Petro incluye en un apartado.
Sin embargo, Castiblanco indica que este “está más centrado en un análisis y reflexión de las causas estructurales de la violencia, de lo violenta y patriarcal que es la sociedad colombiana respecto a cómo resolvemos nuestras diferencias a través de la violencia. Petro propone programas orientados a mejorar la autonomía económica de las mujeres, de forma que puedan salir con mayor facilidad de relaciones violentas o abusivas. También planta programas para mejorar el sistema de denuncias, el sistema de atención a las violencias y otros elementos que en esencia responden más a lo que tradicionalmente se ha hecho”.
Por la igualdad
Una de las banderas del líder del Pacto Histórico se centra en la creación del Ministerio de la Igualdad con el cual pretende articular todas las políticas para el empoderamiento integral de las mujeres, las diversidades de género y orientación sexual, generacionales, étnicas y regionales, Una propuesta que según la docente no es nueva en el país, y debería concentrar todas las necesidades de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+ en términos de violencia intrafamiliar, empleabilidad, y acceso diferencial a la salud, entre otros aspectos.
No obstante, Castiblanco se muestra escéptica a la creación de este ministerio, “porque si bien sería importante que hubiera una oficina que se encargue de los asuntos de las mujeres -somos un poco más del 50 % de la población- y de la comunidad LGBTIQ+, en Colombia tradicionalmente esos nuevos ministerios se crean con muy pocos recursos, y terminan siendo más un saludo a la bandera”.
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Castiblanco considera que a menos que esa nueva cartera cuente con los recursos necesarios para atender las problemáticas y necesidades particulares de estas poblaciones y dejen de repartirse en diferentes carteras y entidades: Justicia, Salud, Trabajo, Comisarías de familia (que atienden a nivel municipal y no nacional), y Vicepresidencia, entre otros, “esta podría ser una propuesta más centrada en darle institucionalidad a algo pero que seguramente no se va a traducir en cambios o impactos reales en las condiciones de vida de estas poblaciones”, apunta.
Frente a la propuesta de garantía de los derechos a la diversidad de género y orientación sexual de la población LGBTIQ+, con enfoque generacional e intercultural, para superar la desigualdad, el estigma y enfrentando todas las formas de violencia, Castiblanco expresa que si bien existe un apartado sobre el tema, aún hay un desconocimiento sobre las dinámicas y factores sistémicos de cómo funcionan, por ejemplo, las violencias contra esta comunidad.