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Pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta rechazan fumigaciones con glifosato

Los líderes arhuacos, koguis, wiwas y kankuamos pidieron al Gobierno Nacional tenerlos en cuenta.

Precisamente cuando se celebra el Día de la Tierra, los cuatro pueblos indígenas que habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta: arhuacos, koguis, wiwas y kankuamos, reiteraron la defensa de su territorio y rechazaron la decisión del Gobierno Nacional de implementar nuevamente las fumigaciones aéreas con glifosato.

Tras bajar de sus comunidades hasta Valledupar, las autoridades tradicionales indicaron que “desde los años 70 nuestros territorios han sido fumigados con glifosato y se han envenenado nuestros cultivos, nos han querido quitar nuestra soberanía alimentaria, además que genera en la salud de nuestros pueblos efectos nocivos”.

“Las fumigaciones no solo contaminan el espacio donde se realizan, sino que también contaminan el aire, el medio ambiente y los alimentos; traen enfermedades catastróficas y afectan el territorio colombiano en su totalidad. Por lo tanto las rechazamos porque afectan a toda la sociedad, a todas las comunidades, a toda la humanidad”, dijo el gobernador arhuaco Zarawawiko Torres.

Y agregó: “Nosotros respetamos los espacios ajenos, y cuando el gobierno se inmiscuye de alguna manera con ciertas decisiones o afecta de manera integral a nuestros territorios afecta a toda la humanidad, y más cuando se considera que la Sierra Nevada de Santa Marta es el corazón del mundo”.

Reunidos en la Casa Indígena de Valledupar, mamos, cabildos y otras autoridades emitieron un comunicado conjunto en el que solicitan el respeto a su territorio ancestral, asegurando que este comprende 1.8 millones de hectáreas, de las cuales cerca de 800 mil están amenazadas, ya que existen solicitudes para adelantar proyectos de vías férreas, vías de doble calzada y puertos que están irrumpiendo el buen manejo de los ríos.

“Esto último no es una acción menor, representa la vulneración de los derechos de la naturaleza, la no garantía del mínimo vital del agua y una vida digna para nosotros, pero en mayor medida para nuestros niños, no hay agua potable en muchos de nuestros territorios y eso se evidencia en el perfil epidemiológico que refleja la aparición de múltiples enfermedades respiratorias e infecciosas”, manifestaron las principales autoridades indígenas.

“Hemos tenido que acudir a las instancias judiciales para preservar nuestra cultura. Recientemente la Corte Constitucional tuvo que tutelar el derecho al agua de la comunidad Wiwa de Tezhumake, conformada en su gran mayoría por niños y niñas, pues no hay fuentes de agua potable”, afirmaron miembros de la Confederación Indígena Tayrona.

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