En un trabajo conjunto entre la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) y la Jurisdicción Especial Para la Paz (JEP) se recuperaron tres cuerpos de personas que habrían sido víctimas de desaparición forzada por conflicto armado hace cerca de 24 años, en la cuenca del río Curvaradó, departamento del Chocó.
En el desarrollo de estas acciones humanitarias emprendidas por los mecanismos del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR), también se recibió el apoyo del Consejo Comunitario del Río Curvaradó para acceder a su territorio, así como el aporte de información de Jaime Fandiño, único sobreviviente a las desapariciones cometidas por grupos armados en estos hechos.
Luego de tres días de labores forenses, se logró la recuperación de las estructuras óseas, prendas y objetos personales de tres cuerpos que se encontraban en fosas individuales. En una de ellas, fue necesario el uso de una motobomba para drenar el agua acumulada por las lluvias frecuentes en el territorio. Las estructuras óseas y objetos fueron entregados por la Unidad de Búsqueda este lunes al Instituto de Medicina Legal, para continuar con las labores de identificación plena de los cuerpos.
La información aportada por Jaime Fandiño señala que las personas buscadas: Isaac Tuberquia y Julio Mendoza, fueron asesinados y luego desaparecidos el 24 de agosto de 1997.
“No eran ni las 7:00 a.m. Los tres estábamos negociando una ternera. En ese momento llegaron los paramilitares y yo me escondí. A ellos dos los desaparecieron y yo tuve que huir durante tres días para sobrevivir”, relató Fandiño; agricultor.
Así mismo, según la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, organización de derechos humanos con presencia en la región, “se registró una incursión armada en la que hubo saqueos y el desplazamiento forzado de al menos 60 pobladores de la región, luego de que los terrenos fueran modificados, al parecer, a raíz de la siembra extensiva de palma africana”.
“La presencia permanente de actores armados del conflicto armado limitó durante décadas la búsqueda de estas personas desaparecidas. Ahora, gracias al Acuerdo de Paz, es posible bajo metodologías humanitarias y extrajudiciales ingresar a los lugares donde se reporta la presencia de cuerpos de personas desaparecidas”, aseguró la directora de la Unidad de Búsqueda, Luz Marina Monzón Cifuentes.
En la zona también se desarrollaron exploraciones en terreno para buscar el cuerpo de Alberto -hijo de Jaime Fandiño-, un cultivador de plátano que se presume fue asesinado en 1997 por un grupo guerrillero, que lo acusaba de ser informante de la Fuerza Pública y que aún se encuentra desaparecido, según información que obtuvo el señor Fandiño tras retornar a su tierra después de 16 años de desplazamiento forzado.