El jazz como instrumento de un condenado a muerte en EE.UU para defender su inocencia
El jazz puede ayudar a un condenado a muerte. Así piensan el músico español Albert Marquès y Keith LaMar, sentenciado a la pena capital en Estados Unidos.
El jazz puede ayudar a un condenado a muerte. Así piensan el músico español Albert Marquès y Keith LaMar, sentenciado a la pena capital en Estados Unidos. Y el martes proclamaron en un concierto en Londres la inocencia del preso.
LaMar, que niega los cargos que pesan sobre él y lleva 36 de sus 55 años de vida entre rejas, leyó sus rimas por teléfono, desde su celda en Youngstown (Ohio), mientras Marquès tocaba su piano, en un concierto en Old Bailey, el Tribunal Penal Central de Inglaterra y Gales.
"Los conciertos crean una empatía que a veces incita a ciertas personas a involucrarse. Y ese es el poder de la música, que no es mayor que el de un juez, pero crea caminos", afirma Marquès a AFP.
El músico catalán de jazz, de 38 años, que vive en Nueva York desde 2011, conoció la historia gracias a un libro que escribió el propio LaMar en 2014, "Condemned" (Condenado).
"Todo nació en 2020, en plena pandemia. Charlando con un vecino, me mencionó el libro. Y me llamó la atención que Keith decía que John Coltrane, músico de jazz, lo mantenía cuerdo. Y se me ocurrió la idea de hacer conciertos-manifestaciones", explica Marquès.
Desde ese momento, Marquès unió su esfuerzo a una organización llamada "Justice for Keith LaMar" que lucha por su liberación.
LaMar lleva en el corredor de la muerte desde 1995, acusado de cumplir un papel determinante en la muerte de otros presos en un motín en 1993.
"Estoy seguro de que es inocente. Creo que todo lo que estamos haciendo conllevará su liberación, lo que hará que casos parecidos también se clarificarán. Por eso se resisten tanto. Es un castillo de naipes y si él lo consigue, cae todo", afirma el pianista.
Ejecución aplazada
El 16 de noviembre de 2023, LaMar debía ser ejecutado, pero la pena capital fue pospuesta hasta enero de 2027 por falta de inyecciones letales, según las autoridades de Ohio.
"Si pierdes el control de una cárcel, has fracasado. Alguien tiene que pagar. Diez personas murieron, nueve presos y un guardia blanco y eso tuvo gran impacto a nivel mediático. El Estado dice que Keith organizó la revuelta y mató a cinco personas", dice el músico.
"No hay pruebas materiales. Solo acusaciones de otros presos contra él a cambio de reducciones de pena", añade.
LaMar se encontraba en la cárcel desde los 19 años por el homicidio de un viejo amigo en una disputa de drogas, en la década de 1980, en su Cleveland natal.
"Dicen que cualquier abogado decente podría haber dicho que había luchado en defensa propia", esgrime el músico.
En agosto de 2020, en Grand Army Plaza, en plena calle, en el barrio neoyorquino de Brooklyn, donde vive el pianista, se dio el primer concierto de ambos, uno con la música y otro recitando textos desde su prisión en Ohio.
"Leyendo su libro, veo un poema y le digo, ¿por qué no lo recitas conmigo tocando el piano? Lo ensayamos, y lo hicimos en un concierto en la calle", explica Marquès.
A esos conciertos en la calle, siguieron otros en lugares cerrados, a partir de 2021, sobre todo en universidades, en Estados Unidos, América Latina y Europa.
"Todo esto no funcionaría si Keith y yo no fuéramos muy amigos. Mis hijos lo han conocido. Mi esposa habla con él a menudo. Es uno de mis mejores amigos", señala Marquès, que lo ha visitado varias veces pese a los 630 km que separan Nueva York y Youngstown (Ohio).
Marquès y LaMar llamaron a los conciertos 'Freedom first' (Libertad primero), nombre también del primer disco de ambos, que salió en 2022.
En sus conciertos han participado otros 80 músicos.
El martes, en Londres, estuvieron acompañados de Jean Toussaint, un saxofonista estadounidense, ganador de un premio Grammy, que vive en Londres, después de que la organización británica Amicus, que lucha contra la pena de muerte en Estados Unidos, recurriera a ellos y los invitara a tocar en una ceremonia.
El proyecto de Marquès y LaMar les ha valido dos premios, uno del ayuntamiento de Berlín y otro de la revista Time Out.
Además, el músico ha escrito un libro sobre la experiencia, llamado "El jazz suena en el corredor de la muerte".
Y en mayo de 2025 saldrá un segundo disco de ambos.