Este miércoles, en el acto Contribución a la Verdad y Reconocimiento de Responsabilidades, Salvatore Mancuso y Rodrigo Londoño, antiguos adversarios en la guerra y que solicitaron ser escuchados por la Comisión de la Verdad, de manera virtual dieron sus testimonios de participación en el conflicto armado.
En el inicio del acto, Londoño contó que ingresó en 1976 a las Farc, luego de escuchar de su padre las ideas del comunismo y de leer libros de Manuel Marulanda y Jacobo Arenas.
En su declaración, reconoció que está dispuesto a aceptar la responsabilidad que "llevaron a una guerra, a que se dieran hechos gravísimos, crímenes de lesa humanidad que iban en contravía de las ideas que nos inculcaron para entrar a esta lucha".
“No llego aquí como un pecador arrepentido, sino como un revolucionario que viene asumir las consecuencias que generó esa vorágine que se vio inmersa de la guerra, la violencia”, expresó.
Por su parte, Salvatore Mancuso contó que fue motivado a ingresar a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), como civil cansado de la extorsión y secuestro de las guerrillas.
"Fui guiado para acompañar, según lo que decían en ese momento, a 'combatir el enemigo de la nación colombiana y fortalecer la institucionalidad y la democracia'. De esa manera ingresé como un civil, apoyando contra la subversión", sostuvo.
Al igual que Londoño, aceptó su responsabilidad en el conflicto y que sus testimonios “no son una justificación ni apología, solo es lo que ocurrió cuando éramos actores de la guerra. Agradezco su generosidad y nobleza por permitirnos estos espacios para contar la verdad”.
En su declaración, Mancuso expuso que acompañado por la gran mayoría de personas que hacían parte de las economías de las zonas, por medio de las empresas a través de las Convivir, se propició la creación las Autodefensas a nivel nacional.
“Dejé de ser Salvatore Mancuso y me convertí en Santander Lozada y empecé a tener acuerdos con la institucionalidad, el Ejército, DAS, Policía, incluso con Fiscalías afectas a la causa de la autodefensa”, contó.
Entramado a los procesos democráticos en las regiones
En un segundo momento, el padre Francisco De Roux les pidió dar su testimonio sobre cómo su accionar estuvo relacionado con el poder político y las instituciones. De acuerdo con Mancuso, la influencia de las Autodefensas en la política de las poblaciones respondía al deseo como estructura de resolver los problemas.
“Nosotros hicimos alianzas y pactos. Esa vinculación al tema político nos llevó a un entramado que derivó en lo conocido como la parapolítica”, dijo.
También se refirió al genocidio de la Unión Patriótica (UP): “cuando la UP empezó a llegar a cargos de elección popular, la preocupación viene de las instituciones de seguridad del Estado y de sectores económicos. La UP no fue exterminada por las autodefensas, su victimario fue el Estado colombiano”, afirmó.
Uso de armas
Sobre las armas usadas por las AUC, el exjefe para militar aseguró que, de la fábrica Arsenal, ubicada en Bulgaria, trajeron más de 4 mil fusiles y millones de cartuchos. De Centroamérica también llegó igual cantidad, que entró por el Golfo de Urabá. Mancuso sostuvo que hubo pactos con narcotraficantes, y que a algunos de ellos les pagaron con droga a cambio de que les consiguieran armas en el mercado internacional.
A su turno, Londoño anotó que, a finales de la década de 1970, la mayoría de los guerrilleros estaban desarmados y que muchos, como él, tenían machetes. Añadió que luego empezaron a obtener armas en combates y robos a miembros de la Fuerza Pública, hasta que mejoraron las finanzas de las Farc.
“Una de las decisiones equivocadas fue atacar a los detenedores de la guerra. Eso nos llevó a cometer crímenes terribles como el asesinato del Guillermo Gaviria y su consejero de paz. Afectamos a un movimiento que hacía un trabajo muy importante por la no violencia”, manifestó Londoño.