La administración de Tunja radicó ante el Gobierno Nacional el protocolo de bioseguridad para que la capital boyacense sea ciudad piloto para la reactivación del sector informal que representa un 49% de la población de este territorio.
De acuerdo con el alcalde, Alejandro Fúneme, el documento enviado al Ministerio del Interior, a la Vicepresidencia y Presidencia de la República establece los protocolos de bioseguridad y contempla la organización de la ciudad.
“En reunión con el ministro de Comercio determinamos que los protocolos propuestos van por buen camino, y que las herramientas que hemos presentado están siendo validadas por el Gobierno Nacional, el aprovechamiento de espacios públicos y la organización de los mismos”, aseguró el mandatario.
Dentro de las medidas propuestas se encuentra la instalación de lavamanos en espacios públicos, ubicación de canecas especiales para la disposición de elementos de protección personal; señalización y definición de los espacios para la actividad económica; caracterización de la población; tomas de muestras de Covid-19 para tener un punto de partida y hacer seguimiento epidemiológico.
Además de lo anterior, se debe hacer una inscripción de las diferentes actividades a través de la página web picoycedulatunja.com, donde se registrará al comerciante informal y sus familiares, con el ánimo de hacer un cerco epidemiológico en el caso de presentarse un contagio.
Según Fúneme, la propuesta que le planteó a Gobierno Nacional representa una garantía de protección. "Tenemos claro que ese sector debe ser atendido con urgencia por las limitantes y necesidades que están padeciendo, en tanto podamos garantizarles de manera coordinada la progresión de la activación”, sostuvo.
El mandatario municipal explicó que una vez sea notificado con luz verde para la reactivación, este sector retornará actividades de manera progresiva.